45. Missing the flight

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Me desperté a no sé qué hora pero cuando vi a mi lado Arizona ya no estaba ahí.

Refregué mis ojos y me quedé un momento viendo hacia el techo.

Entonces, la puerta del baño se abrió. Volteé mi cabeza y vi a Arizona caminando hasta su closet mientras se hacía una coleta. Ella estaba en ropa interior. Sus curvas eran perfectas. Su abdomen es plano. Sus piel blanca combinaba perfectamente con su ropa de Hello Kittie. Eso me hizo reír un poco.

Algo muy dentro de mi se revolvió al verla. Mis piernas se apretaban y mi pecho se contrajo. Era una sensación nueva.

Tomé la frazada y me tapé hasta la nariz. Arizona se volteó y me vio inspeccionándola.

—¡Mierda!— Abrió sus ojos inmensamente y volvió a meterse al baño —¡Se supone que estabas durmiendo!— Gritó desde adentro

—Linda tanguita— Apreté mis labios tratando de no reír —Espero que me la puedas prestar algún día—

—Cierra la boca— Se quejó —¿Podrías pasarme mi uniforme?—

Me levanté de la cama y saqué el uniforme de su closet. Lo tomé en mi manos y toqué la puerta del baño. Arizona la abrió un poco y asomó la cabeza.

—Ten— Le extendí su pedido y aproveché de verla. Sus mejillas estaban enrojecidas. Se ve tan dulce

—Gracias— Tomó la ropa y cerró la puerta.

Mientras se vestía aproveché de ordenar el desastre que habíamos dejado ayer. Unos minutos después y ella salió vestida, agarré mis cosas y me metí a bañar.

Una vez lista, tomamos nuestras pertenencias y bajamos a desayunar.

—Buenos días, niñas— Bárbara nos saludó desde el comedor

—Buenos días— Respondimos a la par

—¿Como durmieron? espero que hayan descansado algo—

Nos sentamos junto a ella y Arizona me sirvió un poco de jugo.

—Yo dormí bien— Dije.

Dormí más que bien.

—Me alegro mucho. Coman rápido para que no lleguemos tarde—

Después de terminar de desayunar, nos subimos al vehículo de Bárbara y nos llevó a la escuela.

—Arizona, hoy debemos buscarte un vestido para tu graduación— 

—¿Hoy? No quiero ir hoy— La rubia soltó un quejido

—¿Te pregunté?— Bárbara miró a su hija por el espejo —Es obligatorio—

—Pero...—

—Sin excusas—

Arizona resopló y se cruzó de brazos.

Una vez que llegamos a la escuela, nos despedimos de Bárbara y luego nos fuimos a nuestras respectivas salas.

—¿Tú ya sabes que usarás?— Me preguntó

—No lo sé aún. Mis padres ni siquiera me han hablado del tema—

—¿Estás emocionada?—

Y aquí es donde me pregunto: ¿Lo estoy? 

Cuando se terminen las clases no podré ver tan seguido a Arizona ni a mis otros amigos. No quiero eso.

—No mucho, no quiero empezar mi vida adulta—

—Cierto, eso es lo más jodido—

A medida que nos acercamos pudimos ver unas cabezas muy reconocidas en el pasillo. Nos acercamos a ellos y saludamos.

taking care of you from a better placeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora