taking care of you from a better place

55. Cambios

Ya han pasado aproximadamente dos meses desde que los Robbins se fueron, y han ocurrido tantas cosas desde que ya no están.

El día que leí la carta dormí con Mark, él me cuidó toda la noche. Estaba destruida, tan así que no pude dormí en toda la noche.

Pasé el resto de mis días llorando por su ausencia. Hasta el día de hoy sigo esperando a que un día vuelva, aunque solo sea para verla unos segundos.

A veces me sentaba frente a la ventana a escuchar las canciones que me dedicó. Miraba hacia su antigua habitación y luego cerraba los ojos, así lograba verla una vez más.

A pesar del tiempo aún podía recordar cada parte de ella, porque recordemos que cuando rompimos tiré cada detalle que me había dado, cada foto, cada obsequio, ahora solo me quedaba una foto arrugada de ella y yo, eso es todo lo que tenía de Arizona.

Me imagino en qué será de su vida, ¿pensará en mí?, ¿tendrá a alguien más en su vida?, ¿me extraña?, ¿ya no le importo? Miles de preguntas y ninguna tiene respuesta.

Solo espero que un día nos volvamos a reencontrar. Si ella es el verdadero amor de mi vida, desearía que volviera a mis brazos y así poder besarla una vez más...

[...]

—¿Vas tarde otra vez?—

—Sí, como sabes—

—Puedo oír tu voz agitada, juraría que te ves horrenda—

—Gracias Mark, no esperaba un mejor halago de tu parte—

—De nada hermanita.
Bien, suficiente, suerte en el trabajo, adiós—

Antes de poder responderle me cortó.

Guardé el teléfono en mi cartera y nuevamente comencé a caminar hasta el trabajo.

Veo mi reloj y son las siete cincuenta de la mañana, debería entrar en diez minutos y aún no estoy en el edificio.

Suspiré por milésima vez y aumenté mis pasos, ¡¿Por qué Nueva York tiene que ser tan grande?!

Cuando casi estaba por llegar decidí comprar un café, un rico y delicioso café, así podría pasar desapercibida, la noche anterior había sido un poco ajetreada.

Al llegar al carrito compré mi café y luego fuí hacia el trabajo.

—¡Buenos días!—

Saludé a todos mis compañeros y tomé un lugar.

Han pasado seis años desde que me mudé a NY. La verdadera razón del cambio fue mi independización. Quería tener mi propio espacio, además papá necesitaba gente en sus empresas aquí en la ciudad, por lo tanto Mark y yo nos mudamos.

Estos seis años han sido difíciles, sabía que la vida adulta era complicada, pero jamás pensé que tanto.

Mientras me acomodaba en mi lugar me llegó una notificación a mi teléfono y a penas ví noté que era de ella. Hoy teníamos una cita en un restaurante cerca de casa, lo que me tenía felíz.

Le respondí con unos corazones y luego me puse a trabajar.

He intentado muchas veces tener una relación desde mi primera desilusión amorosa. Sé que yo era pequeña pero creo que es bastante justo lo que estoy sintiendo.