39. Primer día

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Llegamos, después de cuatro horas de viaje por fin habíamos llegado.

El lugar era muy lindo, parecía sacado de un cuento de hadas. El pasto es verde al igual que las hojas de los árboles. Las flores adornaban un camino que espero investigar a donde lleva.

A lo lejos se veía una piscina gigante y algunos toboganes. Al otro lado estaban las tiendas de los demás campistas.

Los Robbins y yo nos instalamos en nuestro lugar correspondiente, y pasa ser sincera es perfecto. Justo en frente de nosotros hay una fogata y troncos de madera al rededor. Y frente a la fogata había un lago con flores flotando sobre el.

Esto es mágico.

Daniel desempacó una tienda y la armó para poder dejar nuestras cosas mientras íbamos a comer.

—Niñas, ¿por qué no van mientras que nosotros dejamos todo listo?— Bárbara, no es una buena idea

—Eh...—

—Vayan, nosotros ya vamos— Esta vez habló Daniel

Arizona y yo nos miramos por unos segundos y luego terminamos aceptando. Nos volteamos y empezamos a caminar hasta el restaurante.

Amabas caminábamos en silencio y a uno o dos metros de distancia. No nos mirábamos ni tocábamos. Éramos como unas simples desconocidas.

Muchas veces quería perder el miedo y hablarle, pero siempre terminaba callándome.

Soy una tonta.

Finalmente llegamos al restaurante, no estaba tan lleno pero tampoco tan vacío. Arizona encontró una mesa vacía, por lo tanto nos sentamos mientras esperábamos que los demás llegaran.

El silencio no disminuía, al contrario, Arizona no me miraba ni me hablaba. Lo único que se oía eran sus suspiros pesados. Sé que ella siente la misma incomodidad que yo. Me gustaría romperla pero no sé cómo reaccionaría.

Luego de unos torturadores minutos, llegaron los demás. Los señores Robbins y Arizona, fueron en busca de la comida mientras que Tim y yo cuidábamos los asientos.

Luego de un poco de espera llegaron con cinco platos con lasaña, ensalada de lechuga y cinco aguas. Se veía delicioso

—Espero que te guste, Callie—

—Arizona dijo que las pastas eran tus favoritas— Bárbara me sonrió

Mis ojos se abrieron y giraron levemente hacia Arizona, quien comía de su plato sin levantar la vista.

Suspiré levemente y respondí

—Sí, me encantan. Muchas gracias—

Luego de eso comenzamos a comer mientras que hablábamos sobre el campamento. Resulta que mañana comienzan las actividades para adolescentes desde trece a dieciocho años. Será divertido

Después de comer decidimos dar una vuelta por el parque.

El lugar es más bonito de lo que imaginé. Al principio dije que era lindo, pero mientras más te adentras más bello es.

—Miren, ahí hay un conejo— Tim soltó un chillido y corrimos detrás del pequeño animal

—¡Lo tengo!— Exclamé cuando agarré al conejito

Acomodé al peludo animal entre mis brazos y lo acerqué a los demás

—Awww— Bárbara fue la primera en acercarse

—¿Cómo lo atrapaste tan fácil?— Esta vez fue Tim

—Ehh...—

Miré a Arizona y ella estaba viéndome. Creo que no es buena idea decirlo, pues Angelina me había enseñado el día que fuimos al campo de gol.

taking care of you from a better placeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora