16. Estoy aquí

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Mark y yo llegamos al hospital más cercano. Estacionamos el auto y luego entramos al establecimiento

—Hola, quisiera preguntar por un paciente que va a de llegar— Le pregunto a la chica de la recepción

—Claro, deme el nombre del paciente—

—Arizona Robbins—

—Arizona...— La chica escribe en su computadora, seguramente buscando su nombre —Aquí está. Habitación trescientos dos, tercer piso— Nos indica amablemente

—¡Muchas gracias!— Mark y yo le agradecemos

Corrimos hasta el ascensor y marcamos el tercer piso. Al llegar nos dispersamos para a buscar entre las diversas habitaciones

—¡Aquí está!— Oigo a Mark gritar a mi derecha

Voy a rápidamente hasta la habitación y tocamos la puerta

—Creo que no hay nadie— Susurra Mark

—¿Cómo no?— Vuelvo a tocar pero no sale nadie —Agh— Gruño y abro la puerta

—¿Que mierda?—

Mark y yo entramos pero no había nadie dentro. La cama estaba desordenada. En el sofá había un chaleco muy parecido al del señor Robbins

—Creo que si estuvieron aquí— Me acerco al sillón y tomó la prenda en mi mano

—Creo que eso es mío— Mark y yo nos volteamos y vemos al señor Robbins en la puerta

—¡Daniel!— Corro a abrazarlo —¿Donde está Arizona? ¿Cómo está?—

—Está en el quirófano—

—¿¡Qué, por qué!?— Mi corazón comienza a acelerarse. Jamás se me ocurrió que tendría que intervenir alguna operación

¡JAMÁS!

—El doctor dijo que es su apéndice. También dijo que era una operación sencilla y que no demoraría mucho—

—Dios— Caigo al sofá tapando mi cara con ambas manos y cerrando mis ojos con fuerza —Tenía mucho miedo— Siento una mano sobar mi espalda —Creí que era algo peor, pensé miles de cosas—

—Y lo entiendo— Daniel quita mis manos de la cara y lo veo arrodillarse frente a mi —Tú la salvaste. Si Arizona hubiera estado sola nadie se habría enterado, nadie. Arizona siempre se guarda todo, pero esta vez tenia a alguien a su lado para ayudarla. Por eso y más, muchas gracias— El señor Robbins se levanta y me abraza con fuerza. Al instante rompo en llanto, no por sus palabras, bueno si; hace mucho no me sentía de esa manera, hace mucho nadie me trataba así. Creo que me emociono con el mínimo afecto emocional

—¿Podemos acompañarlos?— Preguntó Mark y nosotros nos separamos

—Por supuesto, acompáñenme— Daniel tomó su chaleco y nosotros lo seguimos

Llegamos a una especie de sala donde habían distintos grupos de personas en diferentes partes de la habitación. Levanto la mirada y veo un cartel que decía sala de espera. Claro, seguro todas estas familias están esperando por sus familiares o amigos.

A lo lejos veo a Bárbara sentada mientras tomaba un café, nos acercamos y ella nos ve

—Callie, hola cariño— La mujer se levanta para abrazarme —Quería agradecerte por lo que hiciste, ayudaste a nuestra pequeña y aún en entre toda esa angustia me llamaste para informarme, en serio muchas gracias— Ella me sonríe y yo le devuelvo el gesto —Y tú— Se para frente a Mark —Deberías estar orgulloso de la tremenda hermana que tienes—

taking care of you from a better placeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora