35. Ella y yo

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Pov Callie

No puedo creer que una chica se demore tanto enrulándose el cabello. Diez minutos han pasado y Arizona aún no terminaba el primer lado de su cabello.

—¡Auch!— Exclamó desde la habitación

Rápidamente me moví del baño y corrí a verla. Cuando salgo la veo chuparse el dedo índice de su mano derecha.

—¿Te volviste a quemar?— Pregunto y ella asiente haciendo una mueca de dolor.

Ruedo los ojos y me río.

—Cállate— Ella me lanza una almohada directamente a la cabeza pero yo la atajo.

—Cinco minutos y nos vamos, no pienso esperarte más— Digo y luego me recuesto sobre su cama.

Tomó mi teléfono y me meto al chat de Angelina. Ella estaba un poco molesta por haber cancelado la salida con los chicos. Les dije que Arizona estaba pasando por un mal momento y que me necesitaba. Todos parecieron entender, pero creo que Angelina solo estaba aparentando.

Ahora no solo tengo una chica molesta, ahora tengo dos.

—¡Listo!—

Arizona desenchufa su enruladora y la deja sobre una mesa al lado de la cama. Dejé mi teléfono en la cama y me volteé para contemplarla.

La rubia se levantó y desató el otro lado de su cabello, y cuando lo hizo quedé atónita.

Al principio, no le veía mucho futuro a su peinado, pero ahora que lo juntó puedo ver que es lo más lindo que vi en mi corta vida.

—Vaya— Murmuro —estás... linda—

Arizona se voltea y me sonríe... jodida sonrisa perfecta.

Arizona avanza un poco y ahora puedo verla completamente. Llevaba unos vaqueros negros con un agujero en las rodillas, un top amarillo pastel, un collar de mariposas doradas y unas vans negras.

Arizona es tan linda que hasta con mi ropa de vagabundo se vería bien.

Ella termina de ponerse perfume y luego vuelve hacia mi.

—Estoy lista—

Asiento y rápidamente me levanto de su cama. Agarró mi celular y salimos de la habitación. Bajamos las escaleras y nos despedimos de Bárbara.

Una vez fuera, Arizona cierra la puerta y comenzamos a caminar.

—¿A donde me llevas?— Preguntó

—Ya verás— Digo. Quiero sorprenderla, quiero ver su rostro cuando lleguemos. Todo es sorpresa.

—Pero dime, quiero saber a donde vamos— Insistió

—Y yo te dije que ya verás— Miro a Arizona y esta gruñe

Salimos del condominio y caminamos hasta el paradero de buses.

—¿Por qué tenemos que usar bus? ¿Tan lejos es?—

Preguntas, preguntas, y más preguntas.

—Arizona— Suspiro —No te diré nada— Ella rueda los ojos y se cruza de brazos frente a mi

Hasta enojada se ve tierna.

Miro hacia adelante y mis ojos se detienen en su abdomen, o mejor dicho, en el lunar de su abdomen. Es pequeño, pero es visible si lo miras bien.

taking care of you from a better placeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora