«Es solo un beso».
Ángela.
¿Quien se cree?
¿Cree que porque acepte su invitación me llevará a la cama?
¿O porque es muy guapo caería a sus pies?
Pues no, las cosas no serán así de fácil conmigo. «¿Tanto te afectó?» por favor, claro que no me afecto. Solo bailó bien y es un poco guapo, nadie ha sido capaz de ponerme nerviosa en AÑOS, ni si quiera cuando estuve en la preparatoria o empezando la universidad me ponía nerviosa algún chico. Siempre me buscaban o me invitaban a citas y yo siempre los trataba mal tal como quería hacer con Álvaro pero, ¿que me pasó? No entiendo porqué quería seguir bailando con él, muy en el fondo tenía esa necesidad, pero me negué a estar un minuto más cerca de él.
Después de irme del salón de baile me dirigí al balcón para respirar un poco. Cálmate Ángela solo fue un buen baile y ya. Siempre me ha gustado bailar, desde niña me siento apasionada por la medicina y el baile, sí, no salgo a fiestas, pero eso no impide que me guste este tipo de cosas.
Recuerdo que papá siempre me enseñaba a bailar, todos los días después de su trabajo yo lo esperaba en casa con el estéreo a todo volumen y pasábamos la tarde bailando.
«—Tienes que levantar un poco más la cadera —Me dice y yo lo intento, pero se me hace imposible.
—Esto es más sencillo para ti, papi —Se ríe cuando levanto el pie y no la cadera—, no te rías.
—Bien, bailemos algo más fácil, pero no te molestes.
Ya había pasado un año desde que papá volvió de Rusia, creo que es por eso que estoy cabizbaja y no tengo ánimos de bailar.
—Mejor veamos una película, ¿vale? —Pregunto resignada».
Sonrío solo de recordar ese día, apenas tenía diez años, era buena, pero me costaba mucho lo que es el género de bachata y que a él se le hacía muy fácil. Desde entonces se volvió mi pasatiempo favorito, lo hago sola, me gusta bailar sola.
Olivia me ha dejado sola, prometió no abandonarme y lo ha hecho, se ha marchado con un chico y yo he quedado sola como una entupida en el balcón, le repetí que no se olvidara de mi pero bueno, ella y su debilidad por los hombres. Nunca debí venir, a parte que tuve que soportar a la insoportable mujer que se atrevió a decir que YO quería ser el centro de atención, doy gracias a Dios que siempre he sabido responder como se debe y la he dejado callada.
Pasan los minutos y Olivia no llega, así que decido regresar al salón para buscarla y largarme de una vez, y si no está, me iré sola sin importar que se moleste, ya no quiero quedarme un minuto más. Al dar la vuelta tropiezo con alguien, quien me hace pisar la cola de mi vestido. Me enredo con los tacones y por un momento pienso que caeré a suelo pero esta persona me sostiene con fuerza, así que solo me tambaleo.
Intento dar las gracias pero...
—Tú. —Susurro al ver la persona con la que acabo de tropezar y que tengo al frente.
—Tú —repite con burla—. No creas que te estoy acosando, esto es solo una casualidad.
—No tienes que decirme algo que no me interesa, ya me iba —Estoy apunto de irme, pero antes de dar dos pasos más, Álvaro sujeta mi brazo y me voltea suavemente.
—No te vayas —susurra—. No soy de insistirle a una mujer, pero sí me gustaría que te quedes unos minutos.
No caigas Ángela, No caigas.
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Más allá de mi orgullo// EDITANDO.
Short StoryÁngela Maltés, cuyo orgullo compite con su ego. Arrogante, sin sentimientos y misteriosa, dispuesta a cualquier cosa por conseguir lo que quiere sin importar a quien lleve por delante. Es una mujer segura de sí misma y que jamás le bajaría la cabeza...