Capítulo 6

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«¿Su primer beso?».

Álvaro.

—¡Papá! —Escucho el grito de mi hija, está sentada en la sala de espera, y no veo a Bianca por ningún lado.

Hace unos minutos me llamó para decir que Chiara no se sentía bien y que la traería a este lugar, vine de inmediato dejando un revuelo en la oficina con el asunto del "espía" que todavía no se sabe quien es y tampoco se sabe que ha pasado con los modelos de la campaña.

Pero ahora llego y no veo a Bianca quien se supone que debería estar con mi hija, juro por Dios que no la echo solo porque a mi hija no le agrada nadie y solo quiere estar con ella. Es increíble como habla y se comunica con Bianca, es como si fuera su abuela y es que ni con mi madre se ha llevado así.

—Mi amor, ¿Como te sientes? Me preocupe mucho por ti. —Le digo al llegar a su lugar.

—Ya estoy bien, El doctor le dio un papel a Bianca, dijo que tenías que leerlo. —No puedo ignorar su carita pálida, aún con el rubor que ella misma se colocó, puedo notar lo cansada que se ve.

Mi hija no se enferma mucho, al contrario, ella es muy sana, por esa razón me preocupo tanto cuando la veo en esta situación y es que no me gusta verla ni cabizbaja y mucho menos enferma. Es como un puñal para mi.

Me mira frunciendo los labios como la malcriada que es mientras enrolla en sus deditos la punta de una extraña ¿Trenza? Si, una trenza que no se como demonios se la hizo. Otra cualidad que tiene esta niña es que es una manipuladora nata, tiene un enorme poder para manipularme y hacer que me rinda a sus pies con solo una mirada. Por eso se aprovecha cuando está enferma.

—Nos vamos a casa en este momento, no quiero que te desgastes más. ¿O prefieres acompañarme a la empresa?

Su semblante cambia y sonríe «Le encanta ir ahí» Porque le vuelve mierda la oficina a Nicolás.

—Quiero irme contigo.

—Vale, pero quiero que me digas una cosa —me mira tomando mi mano—. ¿Quien te hizo esa cosa en el cabello?

—Papi, es una trenza y me la hizo una niña muy amable. Me dijo que yo era muy bonita.

—Tiene razón, eres hermosa.

La levanto en mis brazos besando sus manitas calientes y doy la vuelta para buscar la salida aún con el cólera a millón, Bianca tendrá que estar más al pendiente o tendré que poner cartas en el asunto. No puedo seguir permitiendo que mi hija corra peligro y ella en su mundo de lo más tranquila.

Al encontrar la salida del segundo pasillo me detengo bruscamente con la escena tan ridícula que ven mis ojos y es que tengo que enfocar bien y retroceder para verificar que sea ella y efectivamente, La mismísima Ángela Maltés saliendo de la oficina del doctor Galván como la diosa que es.

Y lo que más me sorprende es que a este si le sonríe y permite que toque su espalda baja, esto será muy interesante, más cuando él le susurra algo para alejarse y es cuando pienso que es mi oportunidad. «No te escaparas de mi, témpano».

—Cariño, quiero que me esperes aquí y no te muevas hasta que regrese, ¿vale?

—Si.

Aprovecho que el doctor Galván se ha ido por completo y me voy directo al lugar donde se encuentra Ángela de espaldas, parece estar muy concentrada en sus pensamientos y no puedo ignorar lo hermosa que se ve de espaldas. ¿Pero que ha pasado, Álvaro? Nunca había tenido tanta necesidad de conocer a una mujer. Debo controlarme.

No pierdo tiempo y me acerco a ella al punto de que su cuerpo y el mío queden pegados tanto que su aroma me llega rápidamente. Se tensa al momento que sujeto su cintura y es ahí cuando se voltea bruscamente para enfrentarme.

Más allá de mi orgullo// EDITANDO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora