Capítulo 30

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«Mi hombre».

Ángela.

Lo primero que hice al entrar en el armario, fue llamar a Olivia, quien de inmediato atendió mi llamada y aseguró estar en casa de Álvaro lo antes posible. La llamada de Galván solo me dejó atónica, su grito me molestó de una manera increíble, jamás voy a permitir que un imbécil como él, me hable de esa manera. Pero no le dije nada, no le reclamé ni espere a que cortara, ya que eso solo me hizo caer en la realidad, y al colgar me pregunté ¿Que estoy haciendo? Estaba siento azotada por Álvaro Beltrán, teniendo "novio".

Galván confió en mí, pidió estar a mi lado porque se supone que soy una buena mujer. ¿Que hice a cambio? Me dejé manosear por otro hombre.

¡Madre mía!

Me dejé llevar por Álvaro, en su momento no me importó, no pensé en nada más que no fuera él. Sus brazos y sus besos me volvían loca, como acariciaba mis labios con los suyos, y me tocaba a su antojo. ¿Podré olvidar eso? No, pero tendré que hacerlo.

Mientras estaba en sus brazos no podía pensar en otra cosa que no fuera lo mucho que me gusta. Álvaro me gusta, me gusta mucho. Su sonrisa y los susurros calientes me ponen a millón, también las palabras cochinas que me dice. Estaba cegada por el deseo y la lujuria, por las ganas que ambos nos tenemos.

También me di cuenta que no solo me gusta, también estoy enamorada de él, no lo quiero admitir, pero es la triste realidad.
Estoy enamorada de Álvaro Beltrán.

Confesarle que estoy enamorada me hizo sentir como la mierda, se que él no es estúpido, captó lo que intente decirle al momento, inmediatamente entendió que la historia se refería a nosotros, a lo mucho que estoy enamorada de él.
Quisiera decir que es un capricho o algo por el estilo, pero no. Cuando me acosté a su lado me sentí tan bien, que el hecho de pensar que debía irme al día siguiente solo me puso de malas. Recordé que estaba en los brazos del hombre equivocado, que estaba deseando a un hombre promiscuo que solo romperá mi corazón.

Llorar junto a él fue lo primero que hice al notar la estupidez que estaba pensando. Mi llanto salió sin poder evitarlo, odiaba el hecho de que alguien me viera llorar, pero él me vio hacerlo tres veces, y las tres veces me refugio en su pecho.
Por esa y muchas razones, me di cuenta que de verdad estaba enamorada de él. Y ya luego me pregunté, ¿y Galván? ¿Que pasará con él? Geronimo me gusta, me gusta mucho, pero no es la misma conexión, no me emociono al verlo, tampoco siento lo mismo estando a su lado.

Una extraña y retorcida parte de mí, pensó en que me gusta el control que maneja Álvaro Beltrán, lo fuerte y caliente que es. Pero debo olvidarlo, por el bien de todos, por mi bien.

Olivia se mantiene en silencio mientras estaciona su auto en mi casa, lo primero que veo es el auto del doctor, espero que mamá no haya hecho cualquier comentario fuera de lugar. Hoy no estoy de ánimo para nadie y menos para interrogatorios.

Al entrar, mis ojos ubican inmediatamente los de Galván, el me mira molesto, tanto que se tensa cuando ve mi aspecto.
No me interesa que mamá y Olivia estén presentes, me sabe a mierda lo que piensen esas dos, así que voy hasta el lugar del doctor, quien de inmediato intenta refutar una vez estoy a su lado.

—¿Donde diablos...?

La palma de mi mano impacta contra su rostro, una bofetada tan fuerte, que debe cerrar los ojos para entrar en razón de nuevo. Acaricia su mejilla intentando tener el control de nuevo, pero una vez la deja expuesta, puedo ver la marca rojiza que ha quedado.

—A ver, Galván. Para que te enteres de una vez, que el hecho de que estemos juntos no quiere decir que debo pedirte permiso o darte explicaciones. —Espeto, clara y precisa para que no le queden dudas—. No soy la clase de mujer que estará en las sombras de nadie, mucho menos temerosa por lo que pensará su pareja, así que es mejor que te comportes conmigo, porque la próxima, te olvidas de mi.

Más allá de mi orgullo// EDITANDO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora