Capítulo 27

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«Orfanato».

Ángela.

—Adiós.

—¿Te veré luego? —Pregunta Galván por la ventanilla del coche.

—Puede ser. —Sonrío.

—Piensa en mí.

—No, gracias.

Arranca el auto a toda velocidad y mis nervios se alteran de nuevo. Maldita sea, debí estudiar para hoy y solo repasé un par de horas antes de llegar a la universidad, no se que diablos le diré al profesor.

La noche anterior fue realmente relajante, empezando porque Galván fue muy respetuoso conmigo y no se atrevió a pasar más de la raya. Me dijo que se conformaba solo con dormir a mi lado y que ya tendremos tiempo para otras cosas. La verdad es que a mi no me molestó su cercanía, me gustó pasar tiempo con él, y mi lado orgulloso me pedía a gritos que me fuera de ahí, que no le diera si quiera un beso, pero no encontré razones para hacerlo. Su madre antes de salir de ahí, me dio un fuerte abrazo y me propuso visitarla a Dinamarca, en mi mente le di un rotundo No, pero para no hacerla sentir mal, le dije que no descartaría la idea. Victoria, se despidió con otro abrazo, repitiendo que estaba feliz por su hermano y que fue un gran placer conocerme.

Por otro lado, mi coche aún se encuentra en el estacionamiento del hospital, Galván prometió llevarlo a casa antes del medio día, solo me queda pedirle a mi amiga que me dé un aventón a casa.

Debo seguir leyendo los malditos puntos que nos pidió el señor Smith, no quiero que sea la primera vez que quede como una imbécil. Eso nunca. No me da tiempo de revisar el estacionamiento para verificar que Olivia ya se encuentre aquí, solo camino a paso apresurado y en menos de cinco minutos ya me encuentro en mi aula de clases. Todos me miran recelosos ante la hora de mi llegada, pero yo los ignoro y voy hasta mi lugar junto a mi amiga.

—¿Donde mierda estabas? —Pregunta molesta.

—Me quedé en casa de Galván —Sonrío y ella no lo hace.

—¿Qué? ¿Hablas en serio? ¿Follaron?

—¡No! Claro que no. ¿Por quien me tomas?

—Ayer te fuiste furiosa, Álvaro me llamó más de quinientas veces.

—Ah, que bien —Ruedo los ojos—. Él no me interesa.

—Ah, ¿sí? Ahora me dirás porqué...

—Buenos días.

El señor Smith hace acto de presencia y todos abuchean.

—Espero que hoy hayan traído los trabajos asignados, de otra forma, pueden salir y no presentar, no quiero perder el tiempo. —Alega tajante y no se puede esperar la cara de asombro.

No acostumbramos a verlo enojado, el hecho de que hoy lo esté, nos pone nerviosos.

—¿Ni siquiera podemos repasar? —Olivia habla.

—No.

—Maldita sea —Susurra.

—Olivia Gallardo, pase al frente.

—Suerte —Le sonrío, pero le saca el dedo corazón.

—No le daré los buenos días a nadie porque no me da la gana, daré mis puntos y el que no entienda se tragará las ganas de preguntar —Alega molesta mirando mal al profesor, quien oculta una sonrisa de burla.

Su charla solo tarda unos quince minutos, donde ni siquiera balbuceó a la hora de explicar cada uno de sus puntos asignados. Me sorprendió mucho la manera tan suelta en la que se expresó y habló. Todos estaban atentos a su charla, incluyéndome, ya que me encontraba encantada con Olivia. Es muy raro verla tan animada hablando algo tan importante.

Más allá de mi orgullo// EDITANDO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora