Capítulo 19

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Este capítulo será dividido en dos, no lo quise alargar mucho.

Espero lo disfruten.

***

«Cumpleaños de Chiara».

Álvaro.

8:40 am.

Intento moverme en la cama para estar más cómodo pero fallo en mi intento ya que Chiara está pegada a mis costillas privándome de mi propio espacio. Solo me hago a un lado con cuidado pero ella gruñe molesta y entre susurros me pide que la abrace.

—Feliz cumpleaños a la reina de mi vida —La envuelvo en mis brazos besando su mejilla.

—Bueno —Responde somnolienta.

«Odia los cumpleaños».

Solo le gusta tal día por los regalos que recibe. Es tan amargada que ni siquiera permite traer personas el día de hoy, mamá siempre se esmera por darle la mejor fiesta y ella nunca sale de la habitación, se queda jugando sola.

—Papi, tengo sueño.

—Si la reina quiere dormir en su cumpleaños esta bien.

Voy en busca del móvil que se encuentra en la mesa de noche con la esperanza de encontrar algún mensaje del témpano de hielo pero no, no hay respuesta ni señales de vida. Ha pasado dos días desde que me envió esa maldita fotografía, me volvió loco al segundo de verla y es que no podía creer lo que estaba viendo. Esa mujer es una diosa, más que eso, es muy preciosa.

Le envié miles de mensajes, la llame tantas veces y ninguna la atendió, incluso le envié una carta. Nunca había hecho esto por una mujer, jamás en mi vida rogué por un mensaje, una llamada o un poco de atención. Juro por Dios que esa mujer me volverá loco, pero tengo la esperanza de verla hoy.

Eso es otra cosa, a mi no me respondía los textos pero con mi hija hablaba de más, siempre veía a Chiara hablando por teléfono como si fuera una adulta y resulta que lo hacía con Ángela.

—¿Que quieres hacer hoy? —Pregunto cuando veo que ya abrió los ojos por completo.

—Pues...

El celular timbra en mi mano Interrumpiendo a Chiara y mis ojos brillan al ver el nombre de Ángela en la pantalla.

«Videollamada».

—No quiero hablar con nadie —se esconde bajo la sabana.

—¿Segura?

No responde y yo contesto la llamada como si fuera un adolescente hormonal y en cuanto aparece Ángela en la pantalla suelto una risa sin evitarlo. No la puedo ver bien ya que solo se deja ver el rostro pero se ve tan bella como siempre.

—Buenos días, Ángela —Chiara se sienta rápido en la cama.

Ángela ni siquiera me sonríe, solo me mira mal como acostumbra hacerlo.

Quiero hablar con tu hija.

—¿Y a mi? ¿Ni un saludo?

¿Me pasarás a Chiara o no?

Vale —Accedo fastidiado por su actitud.

Más allá de mi orgullo// EDITANDO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora