«Mía, ahora y siempre»
Ángela.
Cojo mi bolso, mi móvil y bajo apresurada pidiéndole al cielo que mis súplicas sean escuchadas y no ver mas a este hombre. Siempre odie verme vulnerable ante alguien. Papá siempre me decía que, cuando te falla una vez lo hará mil veces más, si te ven la cara de estúpida una sola maldita vez pensará que tiene alguna potestad o poder sobre ti. Y lo siento mucho, pero ya mi papel de bufón caducó.
Llego al inicio de las escaleras, Álvaro me espera tan tranquilo y claro, ha de estarlo ya que no sabe el lío en el que está metido. Pero cuando su mirada va hacia mi bolso y mi aspecto, su semblante cambia y se acerca preocupado, no tengo otra opción más que empujarlo lejos de mi, evitando a toda costa decirle una palabra siquiera.
—¿Pasa algo? —Pregunta.
—Pasa de todo. —Respondo tajante y corro hacia la puerta pero no me da paso, bloquea mi huida sujetando mi brazo.
—Ángela —Ejerce con más fuerza cuando intento zafarme de su agarre. Me tiene pegada a él y ni siquiera puedo ver su rostro, me da impotencia verlo a los ojos.
—Te repetí tantas veces anoche que no me lastimarás.
Me suelta confundido y yo aprovecho para llegar a la puerta principal. El me sigue aún con clara intriga.
—Exijo una explicación, Ángela.
—Eres un maldito mentiroso. ¿Donde está lo que dijiste ayer? —Cuestiono y él se queda en silencio, asimilando la situación— "No te haré daño" "Mañana no te arrepentirás".
Su mirada se desvía y rasca su barba lleno de frustración.
—Me mentiste y ahora te ordeno que te alejes de mi para siempre —Escupo furiosa—. Y revisa tu móvil, ahí está la respuesta de todo.
—Esto es una pataleta —Intenta acercarse pero le advierto con la mirada que no me toque—. No revisaré nada y tú no te irás a ninguna parte. Lo que quiero está aquí.
—¿Lo que tú quieres? Es mejor que esta vez te olvides de mi, deja de confundirme. ¡Déjame en paz!
Mi grito lo hace cerrar los ojos con molestia. Se que está confundido, pero quiero que al revisar su móvil, se dé cuenta que esto no es una maldita pataleta.
Vuelve a mirarme, esta vez serio y molesto.
—No se dé que diablos estás hablando, Ángela.
—Estas comprometido—Digo en hilo de voz—. Te casaras, tuviste sexo conmigo teniendo ¡Novia!
Abre los ojos en sorpresa.
—Maldita sea —Gruñe—. Dime que viste.
—No puedo creer hasta donde puede llegar el cinismo.
—Lo que sea que hayas visto no es real, ese compromiso es una farsa...
—Vi la foto, Álvaro...
—¡No me casare! No estoy comprometido. Y aunque esto que diré suene rudo —Masajea su sien frustrado y luego me mira—. Lo del compromiso fue antes de llevarte a la cama, yo no sabía que te tendría en mis brazos. No hay razón para molestarse. Eso es falso, solo es una idea de...
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Más allá de mi orgullo// EDITANDO.
Short StoryÁngela Maltés, cuyo orgullo compite con su ego. Arrogante, sin sentimientos y misteriosa, dispuesta a cualquier cosa por conseguir lo que quiere sin importar a quien lleve por delante. Es una mujer segura de sí misma y que jamás le bajaría la cabeza...