Capítulo 20

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«De nuevo al abismo».

Ángela.

Abro los ojos en busca de claridad, pero esta habitación parece una cueva. No se ve absolutamente nada, las persianas solo muestran un poco de luz pero aún así me cuesta observar mi alrededor.

Me estiro con pereza en la cama mientras busco el control de las persianas eléctricas y una vez lo encuentro las abro cerrando los ojos por la luz solar que entra a la habitación. Tengo que taparme la cara con la sábana y una vez se abren por completo decido levantarme pero solo me quedo sentada en la cama para analizar lo que ha pasado.

Me gusta mucho esta habitación, es muy amplia, se ve el jardín con claridad. Los ventanales son grandes igual a los que se encuentran en toda la casa. La cama es súper grande, cómoda y ya está vacía también, no puedo creer que Álvaro y Chiara me hayan dejado sola. Como dije anteriormente, odio que me mimen y luego me abandonen.

Intento levantarme para ir al baño pero la enorme nota que está en la mesa de noche me detiene. Hay un vaso de agua y una pastilla a un lado y los recuerdos de la noche anterior llegan a mi dándome una advertencia de que puede ser esa jodida pastilla. Abro el papel para leer la nota y...

"Con Chiara es suficiente y no queremos más embarazos. Aunque te llené tantas veces anoche, que..."

Arrugo el papel apenada tapándome la cara con las manos para luego beber la pastilla de golpe. No se como diablos pude ser tan vulnerable ayer. Es decir, disfrute toda la maldita noche pero muy en el fondo sentía culpa, sentía miedo de que todo esto termine mal y no se como vine a caer en las garras de Álvaro luego de jurarme que más nunca lo probaría.

Y el que aún sienta sus manos sobre mi piel, me hace sonreír de la manera más estúpida que alguien lo puede hacer. Aún siento la presión que ejercía en mis caderas y costillas, siento sus dedos en mis labios y el agarre fuerte que le daba a mi cabello una y otra vez donde yo lo disfrutaba, disfruté cada nalgada y cada jalón de cabello y eso me frustra en demasiado. La vergüenza no me cabe en el cuerpo.

La piel de mi cuello me arde y la razón la hallo cuando me veo en el espejo y noto las marcas rijosas que se encuentran en ellos. Me quito rápidamente la camisa y noto que mis senos y abdomen también están llenos de mordiscos y chupetones ¡Madre mía! ¿Como ocultaré esto? Es una completa locura.

Mis glúteos están rojos y adoloridos, mi zona sensible duele cuando intento tocarme por la mera curiosidad y no se como hice para aguantar eso anoche. Repetimos tantas veces, tuvimos sexo más de diez veces sin exagerar y todas las disfruté. Su enorme miembro, que aunque anoche tuve miedo lo supe ocultar, porque vaya que me dio miedo cuando vi el paquete que se gasta el viejo insoportable.

Los labios ya no están hinchados, pero no puedo obviar lo horrible que está mi aspecto. Mi cabello esta amarañado, mis ojeras están en su mejor punto y tengo cara de zombie.

"Eres jodidamente preciosa"

"Te odio y te deseo al mismo tiempo"

"Eres un maldito castigo"

Esas palabras llegan a mi cabeza haciéndome sonreír, pero las deshago de inmediato y corro al cuarto de baño para quitarme esta idea rápida de la cabeza. Soy una cochina, debí ducharme de inmediato en la madrugada y no quedarme llena de él como si se tratara de algo normal.

Casi me muero de pena cuando escuche la voz de Chiara en la madrugada y tuve que vestirme rápido bajo las sábanas porque al señor Álvaro se le ocurrió dejarme desnuda sin ponerme si quiera ropa interior.

Lo bueno es que pude dormir plácidamente bajo los brazos del hombre que odio. Y si, suena extraño, pero solo es deseo, solo es un gusto culposo y ya.

Más allá de mi orgullo// EDITANDO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora