Capítulo 13

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«¡Malteada de chocolate!».

Ángela.

¿Donde quedó mi amor propio? ¿Donde quedó mi dignidad y los regaños que le daba a Olivia por no quererse un poquito?

Ver a Álvaro magreando a esa mujer no me afecto en lo más mínimo, pero si me llevo a la realidad y retrocedí al día en que deje que me besara, no fueron una ni dos, fueron más de tres.

Deje que me viera la cara de estupida, le creció el ego asumiendo seguramente que por poco y me tiene y si, admito que estuve a punto de caer en sus garras porque aunque lo niegue, Álvaro logro llenar un poquito, solo un poquito en mi.
Pero esto no sucederá jamás, juro por Dios que no me dejo ver la cara de nuevo.

Lo que más me lleno de furia fue ver la cara de esa mujer, la sonrisa que creció en su rostro no la puedo describir pero no le di el lujo de ver que me afecto, jamás me sentiría menos que esa mujer, no lo soy y nunca seré menos que ella.

El ascensor se abre dándome paso al primer piso y no se como diablos haré para irme a casa. Galván ni siquiera sabe que existo en este momento, tuve que decir lo primero que se me vino a la mente y ahora tengo que ingeniármelas para hablar con el doctor.

No seguiré torturándome con esto, después de todo le gusto al doctor y tengo que sacar alguna ventaja.

Marco su número rápidamente, en menos de lo que esperaba ya escucho su voz al otro lado.

- ¿Hola? -No se como decirle ¡DIOS!

- Doctor Galván, habla Ángela, Ángela Maltés -Trató de ocultar mi fastidio.

- Ohh, que sorpresa -se ríe- ¿Puedo ayudarte en algo?

- Me preguntaba si podemos cambiar la cita para hoy, estoy libre y creo que podemos salir -«Odio hacer esto».

- Me parece genial, ¿Estas en tu casa?

- Estoy en otro lugar, te enviaré la ubicación por texto.

- Bien, en unos minutos estaré ahí. -Concluye para colgar.

Maldita sea, no pensé que esto sería tan difícil, odio estar en esta situación y utilizar al doctor solo por orgullo. Agradezco al cielo que ya no tendré que ver al insoportable de Álvaro porque lo único que hace es confundirme y yo no estoy para sus juegos.

Pero todo esto es culpa de Olivia, ella no debió llevarme a esa cena y tampoco debió ayudar a ese hombre a estar cerca de mi, ¿Todo para que? Si lo que él hizo fue solo para mostrar su hombría porque apenas tuvo una oportunidad ya estaba magreando a otra mujer.
De verdad que no se en que estaba pensando al dejarme llevar por el.

Los minutos pasan y no veo que Galván da señales de vida, estoy fuera de este maldito edificio como una imbecil. Si tan solo hubiera venido en mi auto esto no estaría pasando y en este momento estuviera en mi casa viendo películas o estudiando.

El timbre del celular resuena en mi cartera y al sacarlo me muestra el nombre de Galván.

- ¿Estas cerca? -Pregunto de inmediato.

- Te estoy viendo en este momento -dice y volteo encontrando el auto con las ventanillas abiertas y un Galván sonriente mirándome como el idiota que es-. Estas tan bella como la última vez que te vi.

Corto la llamada rodando los ojos y antes de abordar el auto veo la silueta de Álvaro acercarse al coche del doctor.

Se detiene a unos pasos y no puedo describir la mirada que me da a mi y al doctor, yo solo le sonrío antes de subir al auto y le hago señas a Galván para que arranque y así poder mentalizarme que esta será la última vez que lo veré.

Más allá de mi orgullo// EDITANDO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora