28. Quiebre

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Seguía sin saber cuánto tiempo pasaba, sin embargo la iluminación era controlada por los que entraban en la habitación, Michael y Jovan, habían tornado una rutina de policía bueno y malo donde uno llevaba alimentos después de días sin comer y el otro entraba meramente a torturarme.

Agradecí que la habitación no tuviera espejo alguno pues sabía que mi aspecto e imagen era por más deplorable, perdí por completo la musculatura ganada los últimos años dando paso a hueso y piel dejando a la vista todas mis costillas. Gire la vista a mis manos, las uñas ya habían crecido un poco y mi cabello llegaba a ser insoportable, nunca lo había llevado tan largo, por lo cual agradecí que el último cambio de ropa hayan incluido una liga para sujetarlo, cada vez se enmarañaba más, tampoco es que le prestará mucha atención, enfocaba mi energía en mantenerme respirando después de todos los "encuentros" con Jovan. 

La luz se encendió dejándome entender que alguien estaba por entrar, sin embargo y debido a la cantidad de golpes recibidos mis ojos estaban inflamados y comenzaba a pensar que verdaderamente estaba perdiendo la vision, me intente mover, fue una tortura y con mucho esfuerzo logre sentarme. Mi abdomen dolía y mis entrañas igual, respirar era cada vez más difícil y mis huesos más frágiles, eso lo sabía porque mi pierna izquierda estaba rota y mi pierna derecha se encontraba fuera de su sitio, sin mencionar todos los golpes de mis brazos qué impactaron con el hueso, fácilmente debí haber tenido alguna fisura. 

—Te traje algo de sopa— mencionó la voz de Michael acercándose en mi dirección tomando asiento justo a lado mio. 

Estire ambas manos recibiendo el plato hondo en  y buscando a tientas la cuchara, solo veía formas blancas, plata y un líquido rojizo en el plato. Comencé a comer sin decir nada, Michael era el que se encargaba de hablar, este día no sería diferente. 

—¿Tienes pesadillas?— cuestionó en un tono calmado poniéndose de pie y buscando la silla, o al menos eso creo por lo sonidos que realizó mientras me encontraba comiendo. 

Le ignoré y continué comiendo, era sopa de tomate con algunos trozos de pollo, no recordaba la última vez que él entró a darme algo de alimento, pero cada vez el hambre era más insoportable.

>>Los micrófonos del lugar nos muestran todos los gritos que das cuando duermes ¿Qué te aterra?— No respondí y me limité a continuar comiendo. 

Era cierto, tenía pesadillas, era fácil darse cuenta, más con un micrófono, que cada vez intentaba pasar más tiempo despierta. Mis pesadillas eran lógicas, pero no por eso menos importantes, Thanos, el chasquido, Peter, Jovan y sus abusos, a veces incluso llegaba a mezclarse con personas que quería, personas que estimaba, lo cual solo me hacía dudar de mi confianza, es horrible como la realidad comienza a mezclarse con tu subconsciente y este mismo quiebra tu espíritu.

—El estúpido rostro de Jovan da miedo— respondí lanzandole una sonrisa y terminando con la sopa, extendiendole el plato ondo.

Michael lo tomó y sirvió algo de agua del grifo en el vaso que me habían dejado, lo tomé sin titubear, no tenía grandes opciones, a este punto me haría un favor si me mataran.

—Jovan sí que ha jugado contigo— mencionó seguido de una leve carcajada, algo más similar a un pujido —¿Cómo es que aun no resultas embarazada? 

Le mire con molestia, Jovan se había vuelto punto central de mis pesadillas, a veces estas solían ser intercambiadas por otras personas... Tony golpeándome hasta el cansancio, Peter riendo mientras estoy herida, Steve y James abusando de mi confianza, únicamente se mantenían fuera de estas Natasha quien por cruel qué suene me llevó al límite, ella era más bien la voz de la razón, o Bucky quien tenía un toque más sutil para hacerme sufrir y reír al mismo tiempo, los dos individuos qué realmente me llegaron a hacer daño "por mi bien" eran los exentos de mis pesadillas.

Iron Aid || FANFIC DE MARVEL||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora