31. Christina

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Todos los que me conocen han venido a verme aquí, Sam, Shuri, Bruce, incluso Clint, llevo una semana, aquí, confinada únicamente a esta habitación, más o menos, al baño de la misma también, apenas he salido dos veces dentro de las mismas instalaciones siendo llevada en una silla de ruedas, no se acercaban a las orillas pues había un grupo de reporteros qué al parecer deseaban saber más a profundidad lo sucedido. 

A veces hablaba de ello, centrándome en Edith y Anne, cosas no dolorosas o al menos no tanto, ninguno me contaba más allá de lo "permitido", nada de Aiah, mi actual apariencia física, ni tampoco sobre misiones. 

Peper y Tony venían a diario, estando conmigo de una a dos horas, aún preparaban a Morgan para volver volver verme, lo comprendía, cuando papá volvió del espacio fue algo difícil de ver y era mucho mayor que mi hermana ahora, Peper me ayudaba para cosas "simples" al menos en su época, bañarme, cambiarme de ropa, era ella o era la morena qué poco había visto, no conocía su nombre, parecía que me evitaba. Bucky vigilaba mi sueño, a veces desde su silla y otras junto mío. 

—Bien Sofia— comentó el doctor regresandome a la habitación de hospital —Estas mejor, la dieta sólida y los medicamentos continuarán, aún estas algo débil pero no veo porque no podrías dejar esta aburrida habitación por la que tienes en el complejo 

Asentí con una sonrisa, cuando se construyó nuevamente el complejo pedí que mi habitación fuera un tanto, mucho más grande que las normales, ventajas de haber pagado, por si en algún momento debía vivir aquí, este era el momento. Decisión que se tomó después de concluir que esta base nunca está sola y es un punto de reunión "céntrico" donde todos podían visitarme, pero sobre todo, seguro, si una alarma sonaba todos los vengadores lo sabrian. 

Bucky acercó la silla de ruedas a la cama, guiándome hacia la zona de dormitorios en el complejo y deteniéndose frente a una puerta sencilla, Barnes se adelantó a abrirla dando como resultado una habitación enorme en tonalidades gris y azul. Lo primero que había al entrar eran 3 muebles y una mesa de centro similar a una sala de estar, seguido a ello la cama, frente a esta un televisor y junto al mismo un escritorio con la computadora y un par de revistas, simple, minimalista, pero lujoso al mismo tiempo. 

Me levanté de la silla de ruedas y con ayuda del Sargento me adentro en la habitación, note que cerca de los muebles qué se asemejaba a una sala de estar se encontraba una guitarra y un ukelele, sonreí en automático, tal vez ese es un buen hábito qué puedo retomar, sin embargo, deseaba otra cosa, llegue a la mitad de la habitación observando las puertas qué dividían la pequeña salita y el escritorio de la enorme cama y televisor, la que se encontraba frente a la cama guiaba al baño, la otra al vestidor. Tome rumbo al vestidor observando una habitación de tamaño regular llena de ropa y demás, pero me detuve frente al espejo de cuerpo completo, no me había visto de frente y debía aceptar mi nueva realidad. 

Mis brazos eran delgados, mi rostro mismo se veía demacrado, mis pómulos caídos, levante la camiseta notando como cada uno de los huesos de mis costillas eran visibles, giré, notando mis vértebras, pase de una imagen sana a una delgadez extrema, de golpe, ya no tenía músculo ni siquiera tenía grasa, y había aún remanentes de moretones por todo mi cuerpo, fue una imagen difícil de digerir, pero no imposible. Tome aire aceptando mi nueva apariencia, ya mejoraría, por ahora debía centrarme en sanar, ponerme primero aunque fuera una vez. 

Gire solo para encontrarme con un Bucky con rostro preocupado, le sonreí y salí del lugar para dirigirme a la cama, estaba cansada, todo esfuerzo físico me cansaba demasiado rápido. 

—La terapeuta vendrá en un rato más— comentó sentándose en los muebles de la mini sala —Descansa un poco 

—No quiero dormir— respondí con la vista aún en Buck. 

Iron Aid || FANFIC DE MARVEL||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora