Capítulo 14

374 34 10
                                    

HOLANDA, PERDÓN POR NO SUBIR CAPÍTULO EN TANTO TIEMPO, PERO AQUÍ ESTA, ESPERO LES GUSTE Y SI NO, ME DA IGUAL. ARRIBA LES DEJO LA RECOMENDACION DE UNA CANCION OJALÁ ESA SI LES GUSTE, LOS QUIERO MUA.

La vida y todo que nos rodea resulta ser una ruleta que tiene en la mayoría de sus opciones cosas malas pero entre ellas en medio de esas cosas malas hay una opción buena, una que logrará alentar al jugador de seguir intentado hasta llegar a ella. Desafortunadamente en mi juego y en todos los malditos intentos de poder llegar a la opción buena que lograra ser una maravilla en mi infierno lo único que lograba era las malas cosas y eso comenzaba a molestarme para no seguir más en este juego.

- Sube - Me gritó María desde su auto.

Podría haberse dicho que negarme era lo que debi hacer, pero estaba lloviendo, tenía frío, ningún taxi me hacía caso y mi movil estaba muerto. Así que esta fue la mayor razón para terminar subiendome al auto de la peor persona en el mundo.

- Así que ¿Te arreglaste con la chica? - Pregunto María mientras conducía.

No respondí, no tenía ningún interés de hablar con esa Zorra.

- ¡Vamos Harry! - Exclamó - Necesitó que hablemos, necesito pedirte perd...

- ¿De? Me mentiste 2 veces y fui tan estupido de caer en ambas y ¿Aún esperas que hablemos y te diga "Te perdono"? Que ilusa eres.

- Yo...

- Nada, eres la persona más mentirosa, es más ni te acostaste con Liam, lo has engañado a él también, le has hecho daño a más de una persona, nisiquiera tienes que pedir perdón a nadie porqué ni el mismo Dios estaría dispuesto a hacerlo.

- Lo sé, pero todo ha sido porque te amo, hay una razón, lo juro - Gritó.

- Una razón - Repetí con risa - Y ¿Es lógica? Por qué la única razón que yo encuentro lógica es que tú estás loca.

- No, Harry la sabrás, te la diré y vamos a estar juntos de nuevo.

- ¿Que? - Hagarre la manija del carro - Estás loca, dejame bajar.

Como si tratará de complacerme, paro por un momento y me permitió bajar, sentí una extraña sensación, ella ya no era María, es decir era su auto en el que había pasado tantas cosas, era su rostro el que tanto amaba, era su cuerpo el que sentía constantemente, era ella, pero no la misma, no de la que me enamoré, ahora estaba loca y transtornada. Aleje esos pensamientos y tomé un taxi en aquel lugar, ya que había dejado de llover y allí pude conseguir un taxi que me hizo caso.

Al llegar a mi casa me encontré con la hermosa sorpresa de que mis papás no estaban, habían dejado una nota en el refrigerador, cosa que usualmente nunca hacían.

Harry, tú papá y yo hemos pasado al taller de autos ya que he chocado con un poste y se ha destruido un poco, nos demoraremos un poco así que tú cena está en el microondas, no intentes nada extraño, mamá te quiere.

Vaya que nota más cojuda, no intentes nada extraño, es como decir no vuelvas a intentar suicidarte. Me alegré un poco al darme cuenta de que ellos no estaban en casa y habían depositado su confianza en mí nuevamente, pero luego me sentí usualmente solo y con odio a mi mismo, corrí a mi habitación y puse a cargar mi móvil mientras me enterraba en mi almohada y gritaba con los dientes apretados.

¿Por que mi vida tenía que ser tan asquerosamente mediocre? Es decir, Dios hiciste un conteo de las personas a las que pondrías su vida un reto de pobreza pero con felicidad y otro conteo de esas que lo tienen todo pero su vida sería más vacía y mediocre que la de los pobres y entre esas estoy yo, he hecho tanto daño a algunas personas que se podría decir que merezco de todo corazón esto pero no lo quiero, quiero que me deje de doler la cabeza cada vez que me acuerdo del asco de persona que soy, y cada vez que esos demonios vuelven a mí pidiendo un nuevo intento de morir. Pero no lo haría, no puedo dejar que mis padres vuelvan a sentir lo mismo, que se odien a si mismos por no protegerme y darme más atención de lo que merezco porque jamás voy a olvidar las palabras de mamá mientras abrazaba a papá al verme en una camilla sin saber que yo aún los escuchaba, sin saber que lo escuche todo y sin saber que nada era culpa de ellos y que todo era mío.

SilenceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora