Capitulo 29 - Clare

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Austin se había ido hacia unos segundos. Se había comportado muy amable, incluso después de todo lo que tuvo que pasar conmigo. Subí a mi habitación, la cabeza me dolía.

- Clare... - Susurro alguien.

No había caso, nadie estaba en mi casa, excepto yo. Mire a mi alrededor, la piel se me congelo al escuchar la voz con más claridad.

- ¿Papá? - Dije como si esto pudiera ser real.

- Atrás mi niña - Me giré, él estaba allí, con la sonrisa decaída.

Estaba idéntico. Sus hombros un poco más abajo de lo normal, tenía más barba e incluso más cabello. Llevaba un saco marrón, unos vaqueros negros y sus tenis de siempre.

- ¿Es así como recibes a tú padre? - Su voz era la misma.

- Esto no es real - Me decía a mi misma - Él no es real.

- Soy real ¿Acaso no puedes verme?

- No lo ves, es tú cabeza, no lo mires - Cerré mis ojos y contuve mis manos.

- Angelito, soy tú padre, mírame - Me rogó.

Me dolía. No podía estar así ni un día más, cada vez mi cabeza me afectaba más, tenía que hacerme enloquecer más, no se lo había dicho a Harry, pero no era cuestión de años para que mi esquizofrenia se comenzará a desarrollar, hacía unos meses había comenzado, antes de que Harry apareciera y ahora tenía miedo, no era tan grave pero... estaba loca y yo lo sabía.

Saqué mi teléfono, solo había una persona en todo el mundo que podía ayudarme.

- ¿Marcos?

- Si ¿Clary?

- No quiero molestar, pero está pasando otra vez.

- ¿Otra vez?

- Si.

- Es la segunda vez en esta semana, no te preocupes, vas a estar bien, llegaré a tú casa en unos minutos.

- Gracias.

- Conserva la calma - Colgó.

Marcos era mi mejor amigo, era doctor, tenía 25 años y había terminado hacía 3 años su especialización en trastornos mentales, a eso de dos años lo había conocido, el fue quién descubrió mi enfermedad, a lo cuál llamo un caso "Poco común" Porque el registro de adolecentes con esquizofrenia era mínimo, y yo era una de las desafortunadas. Me había ayudado mucho conocerlo y que especialmente fuera él quién tratara mi caso porque en eso de esos dos años entablamos una relación más allá de doctor a paciente, era mi único amigo, se podía decir que mí mejor amigo, después llego Harry, el engreído y egocéntrico chico al que terminé queriendo, ahora tenía 2 amigos, pero no eran los únicos, tenía amigos a los cuáles había dejado atrás y ahora también estaban en mi vida y ayer conocí a María, era una maravillosa chica, me había caído muy bien y además quería ayudarme, una de mis nuevas amistades era una chica de hacía un mes, su nombre era Valeria, la había conocido en una tienda y nos habíamos hecho amigas, digamos que mi lista de amigos estaba creciendo.

Mi cabeza ya lo había dejado a un lado, mi papá ya no estaba, tenía tantas ganas de tomar uno de mis calmantes y dejar todo atrás pero justo allí, Marcus entró. El tenía una copia de mis llaves, mi mamá también lo conocía, se había involucrado demasiado en mi vida, yo misma le había dado la copia, con aquél miedo de que un día mamá enloqueciera y no tuviera salida, pero ahora mismo no sabía si lo había hecho por ella, tal vez fue por mí.

- Clary - Gritó subiendo por la escalera a grandes pasos.

Asomo su rostro por la puerta y sus enormes ojos oscuros se quedaron abiertos al verme acurrucada sobre mi cama, aún repetía él no está aquí, no lo puedes ver. Su piel era blanca, tenía el cabello negro, ojos oscuros, no era muy peculiar, pero era atractivo, estaba en forma y era alto, tenía una linda sonrisa y una increíble piel suave. Llevaba unos vaqueros azules, una camisa con un logo de Advengers y unas vans, se veía bien.

- Ya paso - Se tiró hacía la cama al lado mío y me abrazó - Estoy aquí.

Era ridículo ser amiga de un doctor. Pero era mi mejor amigo y con él me había divertido mucho en esos ultimos dos años.

- Marco - Lo abracé fuerte y no me separé de él - Has que se terminé - Le suplique.

- ¿Sabes? - Se sacó sus vans y las tiró fuera de la cama - Ya se terminó, estoy aquí.

- Era papá...

- Shittt - Me acarició la cabeza de arriba a abajo - No importa, cuéntame sobre Harry...

- Creó que estamos bien, lo quiero.

- ¿Le quieres? - Preguntó sorprendido - No más que a mí ¿Verdad?

- No - Respondí con una medio sonrisa.

- ¿Ya son novios?

- ¡NO! ¿Como crees? - Dije sonrojada - Serías el primero en enterarte.

- Eso espero, torpe - Ambos soltamos una carcajada.

Marcos estaba al tanto de todo, sabía de mis conversaciones con Harry y que el solía llamarme torpe.

- Que pesado.

- Que va. La pesada eres tú.

- Vale. Hablemos de ti.

- ¿De mí?

- Si. ¿Como vas con Lucia?

- Está complicado, pero lograremos salir de esa, le quiero mucho.

Hundi mi rostro en su camisa, olía a casa. A mi familia, Marcos era mi famila. Ocupaba un lugar que nisiquiera Theo ha podido ocupar como hermano.

- ¿Más que a mí?

- Por supuesto que no boba.

Hice una mueca y chasquee la lengua. En eso me llegó un mensaje, era de Harry.

Harry: Ángel, ¿Estás ocupada?

Yo: No, ¿Dime?

Harry: ¿Quisieras venir conmigo a una fiesta?

Lo pensé antes de escribir.

Yo: No me gustan las fiestas.

Harry: ¿Segura?

- Deberías ir - Me dijo Marcos.

- Ya sabes que no me gusta.

- Ya. ¿Y a las que asistes conmigo?

- Es diferente, tú eres mi mejor amigo y me obligas.

- Pues te obligo a que vayas e esa.

- No me siento bien, ya sabes lo que paso - Replique.

- Vale, pero no tienes excusa, tienes que salir conmigo está noche.

- Solo a un lugar tranquilo.

- Ya sabes lo tranquilo que suelo ser - Me guiño el ojo, era guapo.

- Y lo cabezota.

- Tú eres la cabezota - Acercó sus manos a mi estómago y sonrió con complicidad.

- ¡NO TE ATREVAS! - Le grité.

Pero hizo caso omiso, su ataque de cosquillas me hizo reir frenéticamente.
- ¡MARCOS, PARA! - Le grité intentandome quitar sus manos de encima.

No me escuchaba, estaba apuntó de explorar de un ataque de risa.

- MI ESTÓMAGO... VOY A VOMI...

Se detuvo, quedó justo encima mío, sonrió, era el único que no lograba enfadarme al hacer cosas que me molestaban, se acercó, se podía decir que me iba a besar en los labios, pero no lo hizo, el se acercó a mi mejilla y me dio un pequeño beso en ella, me tomó de la cintura y me abrazó mientras se recostaba a mi lado.

- Te quiero Clary - Me susurró.

- Te quiero Marcos - Le respondí.

SilenceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora