Me puse un jean, con un sueter que tenía un lindo gatito, unas vans blancas, llevé mi rubio cabello suelto y me aplique un poco de brillo, estaba un poco nerviosa, por lo que sabía, los amigos de Harry se significaban todo para él y yo solo quería agradarles, inusualmente miré mis manos, habían pocas cicatrices, sonreí, me acordé de Marcos, una de mis razones para encontrarme mejor, claro que Harry era una de las mayores razones, definitivamente esos chicos eran lo mejor que tenía, mi celular sonó con la canción Locked out of heaven de Bruno Mars ese era el tono que tenía con Marcos, ambos amabamos esa canción.
- Hola - Saludé amistosa.
- Hola Clary - Respondió, su voz sonaba un poco rara.
- ¿Estás bien?
- No, quiero decir, de maravilla.
- Ehhh, ¿Necesitabas algo?
- No, quería saber como dormiste.
- Bien, ¿Pero y a ti que te pasa?
- Absolutamente nada, ten un lindo día - Colgó.
Eso había sido un poco extraño, pero trate de no darle importancia, Marcos se preocuba por mí, solo era eso. Me dirigí hacía el cuarto de mamá para buscar un collar que ella solía utilizar ahora quería llevarlo conmigo, no pude evitar recordar el día que se lo regalé.
Mamá miraba por las ventanas esperando algo, aquél día era su cumpleaños y ella no lo sabía debido a su enfermedad.
- Mamá - La llamé tocandole un hombro.
- ¿Si?
- Mira lo que tengo para ti - Señale un pequeño empaque.
- ¿Que es? - Preguntó con sus ojos iluminados.
- Abrelo - Ella me atrapó el empaque y lo abrió como una niña pequeña - ¡Es hermoso! - Soltó al verlo - ¿Lo compraron Theo y tú?
Mamá amaba a Theo, inclusive más que a mí.
- Si... - Mentí.
Aquél día estuvo muy feliz, desde allí no se quito aquél collar hasta el último día que la vi.
Efectivamente se había llevado el collar porque no se encontraba en ninguna parte, justo en aquél momento una llamada de Theo apareció en mi móvil, no soportaba que me buscara, pero en el fondo le quería y necesitaba ese hermano que nunca estuvo allí y ahora sin mamá, lo necesitaba más que nunca.
- Hola Clarissa, ¿Como te encuentras? - Su voz era de amabilidad, siempre así, él sabía que había cometido muchos errores conmigo y ahora siempre hablaba con culpa.
- Bien, gracias - Me sentía tan incomoda hablándole - ¿Tienes noticias de mamá?
- Es una pequeña información, quisiera verte y también hablar sobre tú reencuentro con tus amigos.
- ¿A qué te refieres? - Pregunté fría.
- Clarissa, por favor... Alejate de ellos, te lo dije mil veces, sigues empeñada con eso.
- ¿Que? - Ya entendía, nunca podría tener un hermano - No puedo creer que tú sigas empeñado con eso, no eres mi padre y quieres darme ordenes, no soy una niña ahora Theo ya tomo mis desiciones y tú no intervienes en eso.
- ¿Por qué siempre me has visto como un enemigo?
- No quiero hablar más contigo.
- Solo trató de protegerte ¿No puedes verlo?