- Harry - Saludo ella sorprendida - Dios, no creí volver a verte.
- Yo tampoco, pero aquí estamos.
- Sí - Teníamos casi que gritar - Siempre dije que el destino era un desmadre.
- Esto es un desmadre - Dije.
- Si, ¿Quieres salir? - Me preguntó.
- Claro, solo déjame hablar con mis amigos.
En aquel lugar era imposible encontrar a mis amigos así que le envíe un mensaje a Niall.
Yo: ¿Dónde estás?
Niall: En la piscina, vente.
Yo: Ok
- ¿Crees acompañarme primero a dónde mis amigos? - Le pregunté a Alexandra que sostenía una cerveza en la mano.
- Da igual, vamos - Caminó junto a mí.
Habían muchas chicas en aquella fiesta, con poca ropa, hechandose un lote con chicos, era enfermizo ver tantos adolescentes teniendo sexo en público, yo jamás llegaría a ese extremo.
- ¡Hey maldito enfermo, pagale el motel! - Le gritó Alexandra a unos de esos chicos.
Sonreí, aquella chica sí que tenía carácter, resultaba ser cómica.
Desde lejos pude notar a mis amigos, corrí casi hasta ellos y los saludé, todos estaban mojados.
- Chicos ella es Alexandra - Les dije.
Ella se presentó sin complicación dándoles un beso a cada uno en la mejilla.
- ¿De dónde sacaste está chica tan guapa? - Preguntó Louis.
Ella me tomo del brazo y sonrió.
- Nos conocimos en un bar - Respondió con picardía - El me llevo a su casa y bueno me dijo que me pagaría acá.
- ¿Que mierda? - Dijo Niall escupiendo su alcohol.
- Estoy bromeando - Soltó ella con una carcajada - No, nos hemos acostado - Y luego me sujeto más fuerte - Aún.
- Es una amiga que conocí hoy - Me solté de sus brazos - Tomamos un café y es todo.
- Que bien, porque no es justo que siempre te quedes con las chicas lindas - Bromeó Louis.
- No olvides que la mayoría son unas zorras - Dijo Zayn.
Yo me arroje sobre el y le pegué un puñetazo en el brazo.
- Cállate negro.
- ¡Au! Maldito racista - Y todos soltamos una carcajada.
- Vosotros dos, si que sois un par de capullos - Comentó Alexandra - Yo os hago más, incluso con tacones.
- Que va - Le dijo Louis.
- Te lo demuestro, si es lo que queréis.
- Pues, hazme una prueba de fuerza española - Le dijo Louis.
- A ti te hago lo que queráis, anda, a la mesa de allá - Señaló.
Todos nos emocionamos y caminamos hacía una mesa que estaba en la esquina, Alexandra se arremango el vestido dejando ver sus perfectas piernas, se paró a un extremo y Louis al otro, apoyó su codo sobre la mesa y sonrió mientras Louis la imitaba.
- ¡Alto! - Dijo alzando su mano derecha - Esto no es nada, si no hay apuestas.
- ¿Que sugieres? - Pregunté.