Este capítulo contiene una ADVERTENCIA: Escenas comprometedoras +18 (quienes pasen a leer, lo harán bajo su propio riesgo. Aunque, bueno, tampoco esperen algo tan fuerte)
Una mañana...
— Ya casi llega el fin de semana, profesor.
— Sí, pronto — contestó Alfred, viendo por el balcón del segundo piso que daba al frente de la piscina. Estaban desayunando ahí por un pequeño capricho de su parte —. Y ya se me acabaron los planes — añadió, riéndose.
(T/n) compartió su risa un momento.
— Me la he pasado muy bien, ninguna de mis vacaciones ha sido similar.
— ¿Sabes qué, girl? Deberíamos tener una fiesta. Cerremos tu estadía aquí con broche de oro.
— Oh, no, no podría. Usted ya ha hecho demasiado — respondió (T/n), escondiendo un notable sonrojo por debajo de su cabello. Volteaba hacia sus manos, sin saber qué hacer con ellas.
La joven había estado ahí ya demasiado tiempo, en su mayoría agradable. Sin embargo, a veces sentía incomodidad alrededor del señor Frederick y de Alejandro, quienes constantemente hacían comentarios sobre su edad que, dichos de otra forma, habrían sido muy halagadores. La hacían sentir como si fuera una niña pequeña, como si no tuviera nada que ver ahí. Y lo peor, es que los entendía, pero no quería comprender.
Ahora caía en cuenta que debió haber pensado las cosas mejor, que debió haber declinado la oferta de Mr. Jones porque había dado pie a que ese sentimiento se desarrollara y creciera a su antojo. Ahora, el tomar su mano, el tener roses como que le abrazara o pasara una mano por sus hombros eran ya algo bastante común. Era algo que hacía a sus mejillas calentarse y a su estómago encogerse. Un tipo de adicción que no había sentido desde hace mucho tiempo y que desafortunadamente no quería dejar.
¿Qué le habrían dicho las amigas de su país en momentos como ese que pensaba de más? Ah! ¡Sí! Que viviera el momento porque la vida es corta.
¿Qué sabios consejos? ¿O no?
Mr. Jones dejó un beso en su frente, haciéndola despertar —. Bien, disculpa que me retire, pero debo ir a comprar todo para la fiesta.
— ¡Pero aún no le he dicho que sí! — se quejó (T/n) haciendo un puchero ¿Desde cuándo que no actuaba tan infantil? De seguro que desde los cinco años.
— Te conozco, girl. Te veré más tarde — se despidió, saliendo escaleras abajo. Un momento después, se escuchó el ruido de una motocicleta.
(T/n) se quedó sola, desayunando y mirando la piscina, pensando que podía matar el tiempo sumergida en el agua mientras tomaba un jugo.
[...]
Durante la pequeña fiesta/cena que tenían con los padres de Alfred, (T/n) y él tuvieron que ir a conseguir un poco más de vino. Porque sí, en una ocasión especial, se debía beber algo especial, y la casa de los Jones tenía mucho de eso en un piso subterráneo.
Un poco mareados y torpes bajaron a la cava. Las escaleras parecían bailar frente a sus ojos. La última vez que (T/n) había tomado alcohol, estaba en su país, despidiéndose en una fiesta el día anterior a partir en un vuelo que le llevaría a vivir una nueva experiencia que nunca pensó que fuera como ésta, tan emocionante.
Ahora que (T/n) trataba de buscar en su mente confundida, no podía recordar alguna vez que se hubiera embriagado. La risa le subía por la garganta a cada oportunidad, a cada buen chiste que tanto la señora Margaret como Alfred hacían en la cena. Se sentía desinhibida, animada, de buen humor, como si pudiera hacerlo todo. Incluso, de vez en cuando, se le habían escapado unas cuantas palabras y frases en español sin importarle que nadie la entendiera.
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Teacher or Daddy (Hetalia x Lectora fanfic)
Fanfiction(T/n) está estudiando la universidad, pero pronto se vuelve difícil mantener sus estudios. Un profesor muy amablemente le ofrece ayuda. ¿Cómo le irá a (T/n) de ahora en adelante? Nota: la imagen utilizada en la portada no es mía, yo sólo la edit...