Ruta a) Parte 4

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Conforme el viaje avanzaba, (T/n) más expandía sus horizontes. No sabía nada de la gastronomía, ni de las costumbres de las personas ahí. Pensaba, hasta hace poco, que sólo era un país compuesto por inmigrantes en su totalidad, pero resultaba que aún había asentamientos casi puramente nativo americanos. Y sobre la comida, aún tenía metido en la cabeza el típico estereotipo de la TV y creía que sólo la comida rápida tenía lugar como gastronomía típica. Sin embargo, había guisados, asados y otras cosas especiales. Además, de que la hamburguesa en realidad tenía sus orígenes en el viejo continente.

Después de haber visto todo aquello, pensó seriamente en que pudo haber destinado tiempo para aprender de ese lugar, no sólo estudiar y estar metida entre los libros ¿Qué respondería en su hogar, cuando alguien le preguntara sobre esas cosas? Obviamente, se quedaría en blanco y sólo respondería que fue únicamente para estudiar. Y habría perdido entonces una gran oportunidad.

Los yacimientos, las grandes industrias, los museos.

¡Había tantas cosas que aprender ahí afuera! Había ido ya a Phoenix, Santa Fe, Las Vegas...

Sólo había pasado una semana y le parecía haberla vivido en un abrir y cerrar de ojos. Y es que, cuando uno se divierte, el tiempo parece pasar más rápido de lo que quisiera.

Pasaron a Los Ángeles apenas brevemente, pues el hogar de los padres de Mr. Jones no se encontraba exactamente en la ciudad o los barrios circundantes, sino más bien en el campo abierto.

La vista no cambiaba demasiado. Kilómetros y kilómetros de llanura cubierta por pasto y otras hiervas y amplios campos de pequeños arbustos de vid, todos perfectamente alineados y algunos luciendo ya unas pequeñas esferas color verde, salpicando una que otra que empezaba a tornarse violeta. Colinas repletas de sembradíos.

Todo parecía de ensueño, tanto así que tenía miedo que todo fuera a convertirse, de pronto, en realidad. No sabía que ver vastas extensiones de tierra cubiertas por amplios campos verdes podía ser tan placentero como ver una obra de los mismísimos maestros renacentistas.

En unos minutos más, llegaron hasta el portal de uno de los campos que tenía escrito 'Sweet home', lo cual se traducía como 'dulce hogar', en la parte de arriba de donde colgaba un anuncio de madera bastante bien cuidado. A (T/n) le pareció que, justamente, el nombre le iba como anillo al dedo. Justo ahí, un poco más adentro, estaban camiones siendo cargados con kilos y kilos de uvas ya empaquetadas para su venta, demasiado frescas y jugosas. Trabajadores en lindos overoles blancos con gorras igualmente blancas, cargaban en línea las cajas.

— Aquí es, (T/n) — dijo Mr. Jones, parando justo en frente, quitándose el casco.

(T/n) no respondió de tan maravillada que se sentía con la vista y el ambiente que ofrecía el lugar; el aire era ligeramente cálido y la suave brisa compensaba el calor. Podía escuchar a las aves, a los insectos, a las plantas siendo rosadas por el viento con delicadeza.

— ¿Te gusta? Espera a que conozcas la casa de mis padres — le dijo, quitando el casco de las manos de (T/n). Él mismo se notaba bastante emocionado y completamente feliz de regresar a su hogar, dulce hogar. Sus claros ojos azules destellaban con alegría detrás de esos lentes y su boca se curvaba en una agradable sonrisa —. Espero que acaben pronto o no podremos pasar... — comentó.

¿Es quien creo que es? — escucharon decir a alguien unos metros más allá de los camiones.

(T/n), inmediatamente volteó a ver hacia la voz del hombre que venía haciéndose paso por entre los trabajadores ¡Estaba hablando español! ¡Bendito español! De igual manera, el profesor Alfred vio en la misma dirección que su alumna.

Teacher or Daddy (Hetalia x Lectora fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora