Puntualidad y disciplina

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Al otro día, (T/n) se levantó temprano y fue a las clases.

Todo era monótono y aburrido, como siempre. Sólo esperaba a que el tiempo pasara pronto y diera las cinco de la tarde para ver al profesor Jones. Ese día se reportó ausente, por eso estaba un poco preocupada y se le dificultaba poner atención.

¿Cómo estaría? ¿Se abría enfermado?

Al acabar las clases, lo único que hizo fue recoger sus cosas, almorzar y avanzar los proyectos. Ya casi los tenía, eso era un verdadero alivio ¡No tendría que extender el plazo de entrega!

Terminó en un santiamén. Todavía le quedaba una hora para entrar a su ahora nuevo trabajo como asistente, así que esperó acostada en su cama lanzando una pelota al aire mientras pensaba en su vida a futuro.

Así pasó una hora, o eso pensaba ella.

Cuando se levantó de la cama vio el celular con mucha somnolecia, tallándose los ojos.

— ¡¿Qué?! ¡¿Las seis?! — exclamó. Agarró un bolso cualquiera y metió dinero, su celular y llaves de su dormitorio para salir corriendo como un bólido — ¡No puede ser que se me haya hecho tan tarde!

Salió corriendo desde el otro lado del campus, de nuevo al aula 57B. Llegó en un aproximado de veinte minutos. Toda desaliñada, tocó la puerta antes de entrar.

Y ahí estaba el profesor Jones, con una imponente pila de papeles y él frente al escritorio.

— Ya estoy aquí — la joven hizo notar su presencia. Su voz sonaba como si estuviera luchando por retener el oxígeno en sus pulmones.

— Llegas tarde, siéntate —le contestó tajante. Con mala cara le señaló el asiento de enfrente y le dijo que con una clave revisara toda esa enorme pila de exámenes.

Mr. Jones se le quedó viendo por un buen rato mientras comía papas fritas. Sólo lo estaba haciendo como un pequeño castigo por llegar tarde sin antes avisar. Pero se arrepintió pronto, pues, recordando la época de cuando era estudiante, se le ablandó el corazón. Sabía que, con todos esos quehaceres, mantenerse despierto y llegar a tiempo a todos lados era difícil. Entonces dejó las papas fritas de lado y le quitó la mitad de trabajo empezando él también.

— Profesor, no se preocupe y déjelas para mí. Después de todo llegué tarde.

El profesor Jones volteó hacia ella y sonrió.

— Y tú sólo eres mi asistente, no debes hacer todo mi trabajo ¡Me despedirían! — rió un poco.

Entre tanto y tanto se levantaban por un vaso de agua para desentumirse las piernas. Como se iban alternando, sin tiempo a frenar sus instintos, Mr. Jones volteaba a ver a (T/n) de manera furtiva. Apreciaba desde su hermoso cabello (c/c) su hermosa piel (c/p) hasta esos movimientos tan delicados para él que le era imposible no sonreír. Sin embargo, cuando ella volteaba, él tenía que regresar la vista rápidamente al escritorio.

Así pasaron tres horas, corrigiendo montones de exámenes. Ahora sabía por qué el profesor Jones no había ido a las clases el día de hoy.

— ¡Terminamos! — gritó (T/n), entusiasmada. Ahora sí, lo único que debía hacer era ir a su dormitorio y darse una buena ducha para después ir a dormir.

— Gracias, (T/n) — le dijo sonriente. Se estiró y guardó después todos los exámenes en una caja debajo del escritorio.

Salieron del salón, no sin antes darle la paga a (T/n) quien se sentía feliz por haber hecho su trabajo el día de hoy.

— ¡Estoy muy cansado! — Mr. Jones estiró los brazos bostezando. — Y tengo hambre...

(T/n) sólo rio ¿No había sido suficiente con la enorme bolsa de cheetos que estaba comiendo hace poco?

Teacher or Daddy (Hetalia x Lectora fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora