Ruta b) Parte 6

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Después de la siesta que Arthur se había dispuesto a dormir, al levantarse, se encontró con un delicioso aroma que le abrió el apetito: sopa de verduras. De verdad tenía hambre ¡Tenía hambre! ¡¿Cómo era eso posible?! Irritado, frunció las cejas. Nunca, en esos periodos de tiempo en que se enfermaba después del término del ciclo escolar, había sentido algo parecido, únicamente nauseas. De verdad tenía una apremiante necesidad en la boca del estómago y no sólo eso, se le hacía agua la boca, casi podía sentir el sabor en sus papilas. Se sostuvo sobre sus antebrazos y espió una vez más por el respaldo del sofá. Quería, de verdad quería comer lo que (T/n) estaba preparando, pero después de haberle dicho que no necesitaba sus cuidados, se sentía como un completo idiota. Sin embargo, una sola mirada tiró todos sus muros.

Oh, ya despertó — (T/n) le sonrió dulcemente. Cargaba un plato en sus manos y tenía puesto el delantal que él utilizaba para hacer el hobbie más culposo que tenía: hornear. Un lindo delantal rosa con puntitos blancos y encaje en las orillas.

— Venga, ya está lista la comida. Espero que tenga hambre, esto le hará recobrar fuerza — al instante acomodó la mesa y los cubiertos y, por supuesto, un vaso con miel en el fondo y jugo de limón.

Traicionándolo, su estómago rugió tan fuerte que hasta (T/n) lo había escuchado. Oyó sus risitas y no pudo hacer nada más que enrojecer de la vergüenza. Se levantó casi hipnotizado por el aroma.

(T/n) lo vio atentamente hasta que comió el primer bocado — ¿Rico, cierto?

Ese primer bocado había sido como un golpe, como una explosión, simplemente no sabía cómo explicarlo. No era posible que una simple sopa supiera tan bien, ¿por qué sería?

Arthur simplemente asintió, mirándola apenas—. Gracias.

— Usted también sabe cocinar, ¿cierto? Encontré este delantal en la cocina, espero que no le moleste que lo tome prestado hasta después de lavar los platos.

— Está bien... — tosió apenas, no muy fuerte.

¡Oh! Tome el jugo, le hará bien. Mamá me lo preparaba siempre que me dolía la garganta.

— No me apetece mucho el jugo. Parece... ácido.

Arthur miró de reojo el vaso de la mesa, sintiendo que le dolía a los costados de la mandíbula. El limón era una de sus cosas menos favoritas. Sólo lo tenía ahí para ponerle la ralladura de la cáscara a los panecillos de vainilla-limón.

Oh, vamos, no sea quisquilloso.

— Paso — sentenció para seguir tomando la sopa.

Pasaron un largo tiempo en silencio, charlando en ocasiones y encontrando que se miraban de a ratos...

— Recuerdo que también me ponían una sábana en la espalda y no me dejaban sacármela hasta que me curaba — comentó (T/n). Miraba hacia arriba, como viajando al pasado a cuando era una niña pequeña. Recargaba su mentón sobre una mano y la otra descansaba suelta sobre sus piernas.

—Oh, bueno, no todos tenemos la suerte de haber nacido en una familia cálida, mocosa — contestó Kirkland, soplando sobre la cuchara la sopa caliente.

— ¿A qué se refiere?

(T/n) veía atentamente al profesor Kirkland; sus hombros caídos, sus ojos suavizados, su cabello despeinado y sus espesas cejas que casi siempre contenían dureza en sus gestos, ahora livianas. Era una grata sorpresa verlo con la guardia baja, descubriendo el ser humano que había debajo del cascarón.

Arthur se encogió de hombros antes de contestar —. Se nota que vienes de una familia amorosa, eso es todo.

(T/n) soltó una risita y resopló para después virar los ojos— Pero, ¿qué dice? Bueno, es obvio que no conoce a mi familia — conectó su mirada a los profundos, oscuros ojos verdes de Kirkland —. Son ruidosos, se enojan con facilidad y les faltan unos cuantos tornillos. Pelean por todo y por nada y-

Teacher or Daddy (Hetalia x Lectora fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora