Fuego de Luna | Traducción

Capitulo 09: Santuario de Medianoche

Harry tropezó y cayó de rodillas cuando el hechizo de Snape los arrojó de la nada que los había envuelto en la hierba. Jadeó para respirar, sintiéndose mareado y con náuseas. Pero luego se recuperó y una mano fuerte lo ayudó a ponerse de pie.

—Potter, toma un respiro. Eso es. Otro. ¿Aún te sientes mareado?

—No. Está pasando— dijo Harry con evidente alivio, con los ojos cerrados. También lo estaba la agitación en sus entrañas, por lo que agradeció a cualquier deidad que lo cuidara, porque lo último que necesitaba era vomitar en las botas de Snape. Estaba seguro de que el hombre lo habría puesto detenido durante todo el año siguiente y lo habría hecho frotarlos sin magia si eso hubiera ocurrido.

Cuando Harry abrió los ojos, vio una pendiente de hierba verde esmeralda que conducía a una casa de tamaño mediano con una especie de piedra blanca que relucía cuando el sol la golpeaba, tenía dos pisos, tejas de obsidiana con dos chimeneas. en cada extremo y dos ventanas abuhardilladas. Dos enormes abetos flanqueaban la casa y un camino de adoquines conducía al porche, que era circular. La puerta estaba pintada de azul claro y tenía una ventana en forma de media luna en la parte superior, y debajo había una aldaba plateada en forma de cabeza de caballo, sosteniendo una herradura entre los dientes.

—¿Tú vives aquí?— Harry soltó antes de que pudiera pensarlo mejor.

Snape arqueó una ceja medio burlonamente —Sí. ¿Por qué? ¿Esperabas, quizás, una vieja ruina decrépita? ¿Una choza en medio del bosque? Siento decepcionarte

—No, yo solo...— Harry se calló torpemente, porque la verdad era que nunca había pensado mucho en dónde vivía Snape cuando no estaba enseñando. Siempre había asumido que el hombre vivía en la escuela, en las mazmorras, aunque era una suposición tonta, ya que la escuela estaba cerrada durante las vacaciones de verano —Parece una casa bonita, profesor

—¿Demasiado bueno para gente como yo?—Preguntó Snape, aunque su tono no era tan agudo. —Compré esta casa barata, ya que su antiguo dueño se iba a Francia. La elegí principalmente porque estaba lo suficientemente lejos de vecinos entrometidos y porque tiene mucho terreno. Sesenta acres, para ser exactos. Solía ser un granja de caballos — Hizo una seña a Harry a través del césped hacia la casa —Hay un granero en la parte de atrás, un prado y un prado muy grande que llega hasta el bosque

—¿Dónde estamos, señor?

—Nottinghamshire, justo al lado del bosque de Sherwood— anunció Severus.

La boca de Harry se abrió —¿Te refieres a donde vivía Robin Hood?

—¿Conoces otro bosque de Sherwood en Gran Bretaña?

—No

—Sí, es el mismo. Pero se ha reducido considerablemente desde los días de Robin y no encontrarás ningún hombre alegre en él, solo guardabosques reales asegurándose de que nadie esté cazando furtivamente, ya que es una reserva. A pesar de eso, Hay lugares dentro de Sherwood que aún conservan la vieja magia y permanecen ocultos de las miradas indiscretas de los muggles. Hay dos lados del bosque, Sr. Potter, uno mundano, el otro tan mágico como el Bosque Prohibido de Hogwarts, y tú no deberás olvidar eso. No te dejes llevar por él hasta que te dé permiso

—¿Es peligroso?

—Solo para aquellos que no reconoce. Pero hablaré más de eso más tarde. Ven, déjanos entrar, necesitas una ducha caliente y me atrevería a decir que también tienes hambre

—Si —dijo Harry, viendo como Snape ponía una mano en la puerta y esta se abría.

La puerta se abrió a un área grande que parecía ser una combinación de sala de estar y cocina, los pisos eran de un roble dorado claro, lijados hasta obtener un acabado suave y encerados hasta que brillaron. Harry se detuvo en la entrada y miró a su alrededor con asombro. A la derecha había un sofá con un color verde suave apagado con almohadas de color jaspeado y una mesa de biblioteca en un extremo llena de libros, y rematada con una escultura de un halcón alado. Había una alfombra grande frente a la chimenea, coloreada con un suave patrón geométrico azul y verde.