Capítulo dos: Dudas.

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Primero que nada, quiero agradecerles el lindo recibimiento que tuvo esta propuesta. Aquí el capítulo 2 ¡Espero que les guste!

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Luego de merendar Elliot le preparó la bañera al niño para que pudiera bañarse, y disfrutar de las burbujas, desde que descubrieron el frasco de ese jabón líquido en el supermercado Santino amaba utilizarlo. Algo que solían discutir mucho con Olivia era cuánto malcriaba él a su hijo, y era muy difícil no hacerlo teniendo en cuenta lo comprador que era Santi con su mirada y esa sonrisa que dejaba a todo el mundo rendido a sus pies, sin duda el pequeño sabía cómo cautivar a todos incluyendo a sus padres.

-Cuándo quieras salir de la bañera me avisas ¿Sí? Yo estaré en la cocina. -Le pidió Elliot a su hijo, Santino había terminado de sacar de su mochila y acomodar la ropa que iba a ponerse sobre la cama y lo observó con una sonrisa.
-Sí papá. -Respondió él acercándose a su papá para abrazarlo. Elliot se agachó frente a su hijo y acurrucándola en su pecho besó su cabello- Te amo papi.
-Y yo a ti mi príncipe. -Sonrió él y haciéndole algunas cosquillas en su pancita Santino río, se alejaron y dejándole la privacidad que el niño necesitaba para desvestirse se dirigió a la cocina.

Sentándose en la mesada Elliot suspiró profundamente, era increíble como su vida había cambiado luego de la llegada de Santino, su pequeño y primer hijo. Su rutina era tan monótona y tan estúpida, que en medio de tanto cansancio y luego de tomar la decisión de buscar de algo nuevo Olivia le había anunciado su embarazo, recordaba el shock que había representado para los dos la noticia y la confirmación del resultado con los análisis de sangre, y a partir de ahí el arduo trabajo de ponerse de acuerdo y criar al pequeño de la mejor manera posible estando separados. El niño de ojos azules idéntico a Olivia había nacido en tiempo y forma pesando 3,590 kg, cinco años después Elliot aún podía recordar esa caótica madrugada donde la mamá de su hijo había comenzado con contracciones, para posteriormente romper bolsa. Recordaba lo hermoso que había sido presenciar el parto, sintiendo por primera vez orgullo por esa mujer, por todo el trabajo y todo el esfuerzo que había hecho para traer a su hijo al mundo regalándole lo más preciado de su vida. Era sumamente raro para él pensar en todas las sensaciones que experimentaba por Olivia Benson. Nunca había tenido demasiada relación con ella más que peleas, insultos, desacuerdos y gritos. Los dos eran tan distintos, que era casi imposible pensar en que podría haber una chance de tener una buena relación. Con el tiempo habían aprendido a la fuerza a llevarse lo mejor posible y a acordar varias cuestiones en relación a la crianza de Santino, porque después de todo, los dos eran responsables de aquella noche de sexo y debían hacerse cargo de manera madura.

Con el tiempo las cosas habían comenzado a marchar bien por el bien de todos, y el niño más allá de ser pequeño era consciente de la situación de sus padres, por ende, intentaba cada día acostumbrarse a la rutina, y al régimen de visitas. Sin dudas, Santino Stabler era el orgullo de sus papás.

-¡Papá! -Gritó el pequeño desde el baño, y Elliot saliendo de sus pensamientos se dirigió hasta allí.

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Por otro lado, Amanda miraba cada movimiento que Dominick Carisi hacía. Aún continuaba atada a la silla, y ella lo único que deseaba era que la dejará en paz y se marchará de su casa lo antes posible.

-Sigues temblando y no entiendo por qué. -Pronunció Carisi sentándose delante de ella con una sonrisa en su rostro.
-¿Estas bromeando? ¡Eres un ladrón y me tienes secuestrada en mi casa! ¿Pretendes que con todo ese contexto no tiemble? Soy humana, Carisi.
-Eso veo. -Respondió él en tono de broma y Amanda rodó sus ojos, agotada.
-¿Qué es lo que quieres?
-Sé que hoy llegó a la comisaria un nuevo caso de un robo seguido de abuso sexual.
-¿Cómo lo sabes?
-Un ladrón tiene sus contactos. -Afirmó como si fuera una obviedad, una pregunta tonta y Amanda rodó sus ojos- Y me llegó la información que figura mi nombre en ese puto expediente.
-¿Qué pretendes? ¿Qué me deshaga de ese archivo? ¿Qué lo prenda fuego? ¿Por eso me tienes atada aquí? -Indagó la rubia, poniendo en palabras las posibilidades que abordaban su mente. Carisi sonrió ante la gran inteligencia de su presa, y negó con su cabeza- ¿Entonces?
-Te daré solo a ti la información de quién es el verdadero culpable de todo eso, me prometí no volver a ser la presa de la policía, y es algo que cumpliré cueste lo que cueste, aunque tenga que negociar con ustedes.
-¿A cambio de qué pretendes todo eso?
-A cambio de nada.
-No entiendo.
-Si Olivia Benson, tu capitana sabe hacer las cosas bien optará por ir a dónde yo les diga, y ahí encontrarán lo que buscan. Eso me dará la posibilidad de huir, al menos de vivir tranquilo un tiempo lejos de la estúpida mirada policial.
-¿Tengo que creer en tu palabra? En la palabra de un delincuente. -Río irónicamente Amanda, sabía que era una locura entregar al equipo de esa manera. No sabía cuán peligroso podía ser aquello ¿Y si era una emboscada? ¿Y si todo era una trampa de Carisi?
-Queda en ti hacerlo, pero perderán mucho tiempo y una gran posibilidad de atrapar al responsable si no me haces caso.

Luego de escribir en un papel algo que Amanda no pudo identificar aquel hombre lo dejó sobre la mesa y la miró, en pocos movimientos la desató y acomodándose su campera Carisi le dedicó una última mirada y una sonrisa antes de escaparse por la ventana.

Aprendiendo a amarte|| Bensler - Rollisi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora