Capítulo once: Frustraciones.

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—Hola. —Pronunció Amanda con una sonrisa luego de que Carisi le robará un beso.
—Hola, que bueno que hayas venido. —Sonrió Sonny y volvió a besarla. Tomando su mano comenzaron a caminar rumbo a la casa de él.
—Te prometí que vendría.
—Es lindo tenerte aquí, creo que es una de las cosas más lindas de mi día.
—Me gusta pensar en ello. —Pronunció Amanda a ese halago y Sonny la miró.
—Mmm y a mí me gustas tú. —Respondió él y ella se ruborizó como era de costumbre. Carisi río y acarició su mejilla.

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Luego de bañarse con el fin de relajar su cuerpo tensionado Olivia se cambió colocándose ropa cómoda, se peinó y una vez que estuvo lista se dirigió a la habitación de Santino para ayudarlo a preparar su mochila, aquella tarde como era costumbre Elliot pasaría a buscar a su hijo para poder pasar juntos el fin de semana. Al entrar en el cuarto infantil pudo ver que el niño había sacado algunos juguetes que iba a llevar y los había apoyado sobre la cama. Volvió a mirar sobre el estante para agarrar su libro favorito, aquel que oía antes de ir a dormir. La castaña sonrió y lo ayudó, eligieron la ropa y una vez que la acomodaron en la cama se encargaron de cuidadosamente guardar todo en la mochila. Cuando todo estuvo listo Olivia miró a su hijo.

—Recuerda hacer la tarea hijo ¿Sí? Pero por sobre todo disfruta del fin de semana con tu papá.
—Sí mami. —Sonrió el niño y una vez que guardó el libro donde iba volvió a mirar a su mamá— ¿Tú estás bien ma?

Esa pregunta se había vuelto una costumbre, y Olivia odiaba eso, odiaba no poder disimular ante su hijo, odiaba que él se pusiera mal por ella, odiaba simplemente no poder estar bien.


—Si hijo, un poco cansada quizá, tuve mucho trabajo hoy, pero estoy bien. No te preocupes por mí. —Respondió Olivia sonriendo apenas, mientras dejaba un beso en la cabeza infantil— ¿Llevas el puff?
—Sipirili.
—Bueno. ¿El cepillo de dientes? —El niño asintió— Está bien.

En medio de la organización y de la mini charla improvisada los dos oyeron el ruido del timbre, Santino tomó sus cosas luego de ponerse la campera y junto con su mamá fueron a abrir la puerta.

—¡Papá! —Sonrió Santi abrazando a su papá, mientras que Elliot lo alzaba a upa y lo llenaba de besos— Te extrañé mucho.
—Y yo a ti mi príncipe. —Él sonrió mientras despeinaba su cabello, Santino en medio de risas quitó su mano como pudo y volvió a mirarlo— ¿Te sientes mejor?
—Sí, ¡Muchito mejor!
—Muy bien, oye ¿Me esperas en el auto? Debo hablar algo importante con tu mamá.
—Está bien.

Santino se bajó de los brazos de su papá y abrazando a su mamá besó su mejilla varias veces repitiéndole cuánto la amaba, se despidió de ella y luego se marchó al auto, cómo Elliot se lo había pedido. Olivia miró a ese hombre y él suspiró, también conectando sus pupilas con las de esa mujer.

—¿Qué ocurre Elliot?
—Encontraron al culpable del caso que cerramos hoy ahorcado en su celda. —Respondió Elliot masajeando su nuca, y Olivia suspiró profundamente. Eso significaba un nuevo papeleo, y por supuesto la impunidad.
—¡Maldición!
—Le llegó la información a Fin recién, creí que era correcto que te enteraras. La Unidad incluirá esa información en el informe.
—Está bien, mañana iré a hacer lo mismo en la comisaría. —Afirmó Olivia agradecida por la información. Luego de ella ponerlo también al día con Santino y todo lo que debía hacer Elliot asintió.
—Ni bien lleguemos lo ayudaré a hacer la tarea.
—Gracias Elliot.
—¿Tú estás bien? Sé que hoy me equivoqué al insistirte, no debí mezclar lo personal con lo laboral, pero ahora estamos lejos del trabajo y sinceramente me preocupas.
—No quiero hablar de eso Elliot ahora, Santino te está esperando.
—Quiero tan solo saber cómo estás, y pedirte perdón. Lo dije en un mal momento, pero no pude aguantar Liv, me deja la tranquilidad que dije la verdad, no me arrepiento de lo que paso. —Afirmó él y Olivia agachó su mirada, era demasiado frustrante para ella toda esa situación ¿Por qué continuaba insistiendo? — Entiendo si estás confundida, porque yo también lo estoy, tengo por seguro muy pocas cosas en este momento.
—¿Y qué buscas diciéndome esto? ¿Confundirnos más?
—Nada, quizá que sepas que no fue un error ese beso al menos para mí, y que, aunque no sepa lo que siento, busco estar a tu lado sea como sea Liv.

Fue casi previsible que aquellas palabras calaran hondo en el interior femenino, provocando en Olivia una gran sorpresa. De manera directa él estaba confesándole que buscaba estar a su lado como sea, y ella no podía evitar que aquello le gustará, aunque hubiera deseado que ocurriera mucho antes, antes de obligarse a odiarlo, antes de ver en ese hombre las peores cualidades, antes de hacerse la idea que sería imposible construir algo con Elliot Stabler. Elliot continuaba mirándola, buscando una mínima respuesta a su confesión, pero al no obtener nada decidió que era mejor no molestarla más. Se acercó a ella suavemente y dejando un beso en su mejilla se marchó rumbo al auto.

-

Mientras tanto, Amanda y Carisi disfrutaban de una buena taza de café, y un budín de limón que él mismo había preparado. Hablaban de trivialidades, y si bien el tiempo pasaba rápido disfrutaban de cada minuto que estaban juntos.

—Cocinas muy rico. —Pronunció Amanda luego de terminar su porción de budín.
—Muchas gracias, es algo que disfruto mucho hacer en mis tiempos libres. —Respondió él con una sonrisa, y ella enarcó su ceja con una sonrisa tímida.
—Eres el misterio hecho persona, Sonny.
—¿Por qué?
—Parece como si tuvieras una doble vida, digo... Eres un delincuente con un alto prontuario delictivo, y por otro lado pareces ser una persona normal con una vida como la de todos los mortales.

Sonny río ante ese comentario, y Amanda lejos de ofenderse se deleitó con esa mirada rasgada que poco a poco había empezado a amar, y al igual que él ella quedaba encantada con muchos aspectos físicos de ese hombre.

—Soy un hombre normal, Mandy. Conoces muy poco de mí, y quizá lo que conoces no me define.
—¿De qué hablas?
—Una vez te dije que podías preguntarme lo que sea, y que yo siempre te diría la verdad. Ahora es el momento, Mandy. Anda, pregúntame lo que quieras saber de mí.
—¿Me dirás la verdad si lo hago?
—Lo prometo. 

Aprendiendo a amarte|| Bensler - Rollisi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora