Capítulo diecinueve: Interrupciones.

298 25 2
                                    

¡Hola! Nuevo capítulo, podrán ver que en la parte de la conversación hay partes marcadas en negrita, y otras en cursiva. La que figura en cursiva es el mensaje de Carisi, y en negrita es la respuesta de Amanda. Quería aclararlo para evitar confusiones. Sin más, GRACIAS SIEMPRE. 

✍✍✍✍✍

—¿Se puede pasar? —Preguntó Amanda parada en el umbral de la puerta, Liv quitó su mirada de los informes y centrándose en la mujer asintió con su cabeza— ¿Cómo estás?
—Bien, un poco cansada, pero bien.
—¿Y esas flores? ¡Que lindas! —Pronunció la rubia mirando las rosas blancas que descansaban a un costado del escritorio en un florero.
—Es la tercera vez que me las dejan, pero no sé quién las envía.
—¿No dice nada en la nota? Veo que tiene un papel.
—Está firmado con una estrella, las tres veces me pasó lo mismo. Y lo peor es que nadie de aquí vio algo que pueda ayudarme.
—Qué extraño, pero veo que son flores que te gustan mucho ¿Verdad?
—Sí, eso es extraño, pero bueno, en fin ¿Vos cómo estás? —Indagó Olivia mirándola a Amanda con una sonrisa— Estos últimos días te vi sonreír y te noté mejor, me pone muy contenta Mandy.
—Estoy bien, Liv. —Respondió la rubia, aún no podía contarle lo de Carisi, pero por lo menos quería dejarla tranquila a su amiga de su bienestar.
—Me alegra Mandy, de veras.
—¿Y mi sobrino cómo está? ¡Lo extraño mucho!
—Bien, ahora está con Bernie, planearon una salida de abuela-nieto así que hasta mañana no vuelve.
—¿Y tú que quedas aquí hasta tarde?
—Sí, quiero finalizar estos informes lo antes posible, y prefiero estar aquí a estar sola en casa.
—Mmm bueno, yo iré a comenzar con mi turno, cualquier cosa que necesites me avisas ¿Sí?
—Sí, Mandy. Gracias, ve tranquila.
—De nada, Liv.

Nuevamente en la soledad de su oficina Olivia volvió a fijar su mirada en aquellas rosas blancas que había recibido aquella mañana, las palabras de Amanda habían resonado en su cabeza, y no pudo evitar volver a pensar en cada flor, primero un clave, luego dos orquídeas y por último el ramo de rosas blancas, sin duda la persona que estaba detrás de todo esto la conocía muy bien. Le era sumamente extraño que nadie viera quién las dejaba, eso también le daba la pauta de que podía ser alguien conocido. Tantas hipótesis rodearon su mente, que la llevaron a suspirar y a continuar llenando sus informes, así entre medio de nervios no conseguiría nada, absolutamente nada.

-

Las horas fueron pasando, una detrás de otra, la madrugada se hizo presente y Amanda había decidido tomarse unos minutos de descanso aprovechando el receso cuando sintió su teléfono sonar. Al mirar la pantalla sonrió tímidamente, era Carisi.

"Te extraño, y no estaría pudiendo dejar de pensar en ti."

"Yo también te extraño. ¿Así qué piensas en mí?"

"Sí, todo el tiempo. A decir verdad, se ha vuelto mi mejor pasatiempo."

"Me ruborizas, creo que nunca podría acostumbrarme a recibir tantos elogios. Aunque me gusta recibirlos, y más si proviene de ti."

"¿Me permites continuar en ello?"

"Sí, sería un placer."

"Gracias, ¿Estás desocupada? Sé que es muy tarde."

"Sí, aún tengo algunos minutos de descanso."

"Sal afuera entonces."

Amanda suspiró profundamente entusiasmada por verlo, y dejando sus cosas sobre el escritorio se levantó rumbo a la salida, a ese lugar que ya se había vuelto tan característico para sus encuentros dónde sabía que podían estar tranquilos y que nadie los vería.

Allí lo encontró, con esa sonrisa tan hermosa, y tan apuesto como de costumbre apoyado contra la pared. Inevitablemente algo se encendió en su interior, tan desconocido, pero hermoso a la vez. Algo que nunca había sentido antes por nadie, ni siquiera por aquel hombre que había dicho amarla más de una vez mientras le era infiel. Algo que colmó su corazón de alegría, pero sobre todo de mucho amor. En ese instante pudo comprobar cuánto amaba a Sonny, y cuán enamorada estaba de él. Estaba enamorada de aquel hombre sencillo, paternal que se moría por el bienestar de su hija, del hombre tierno que la acobijaba entre sus brazos y acariciaba su cabello, del hombre que la cuidaba hasta incluso en los momentos íntimos, donde él la hacía sentir amada, única y especial.

Acercándose paso sus brazos por detrás de su nuca y atrayéndolo a su cuerpo lo besó dulcemente, agradecida con su presencia.

—Hola.
—Hola, bonita. —Susurró Carisi en sus labios y luego le robó un beso que los hizo sonreír.
—¿Todo bien?
—Sí, mejor ahora que te veo. A decir verdad, es la segunda mejor cosa que ocurre en mi día. —¿Cuál fue la primera?
—Vi a Abril hoy, después de que le hicieron la punción que estaba programada me dejaron estar con ella. —Respondió Carisi con una sonrisa que contagió a Amanda, ella sabía cuánto él deseaba estar con su pequeña después de la prueba.
—¿Y cómo estaba? —La rubia se sentó en uno de los escalones y Sonny la imitó.
—Dolorida, pero bien. Ahora falta que en estos días nos den los resultados.
—Estará todo bien, ya verás. —Ella tomó su mano y ambos se miraron.
—Es lo que más quiero, después de todo lo que ocurrió ella merece estar bien y ser una niña feliz.
—Juntos podrán lograrlo, Sonny.
—Quiero lograrlo contigo también. —Confesó él mirándola, Amanda enarcó su ceja sorprendida ante esas palabras y no pudo evitar que sus ojos se llenarán de lágrimas.
—¿Qué quieres decir? —Se atrevió a preguntar temblorosa.
—¿Aceptas ser mi novia Mandy?

La emoción fue demasiado evidente, sin poder evitarlo Amanda lo abrazó fuertemente creyendo que todo aquello era un sueño, había pensado que ese día y esa propuesta nunca llegarían, que él se conformaría con esa relación de amistad donde había más permitidos que de costumbre, que simplemente se conformaría con una relación sin títulos, pero ahí estaban, una respuesta de ella lo cambiaría todo.

Minutos después volvieron a mirarse, y ella sin esperar un segundo más asintió con su cabeza y una gran sonrisa en su rostro que contagió a Carisi. Motivados por la felicidad y el amor que sentían por el otro volvieron a besarse dulcemente, queriendo congelar ese instante para siempre en sus corazones. Pero, a veces no siempre sale todo como deseamos o esperamos, a lo lejos Amanda pudo oír una voz femenina que la hizo frenar, y por supuesto que los obligó a separarse. La rubia miró a la dueña de aquella voz con temor, encontrando desconcierto en aquellas pupilas marrones.

—¿Amanda? —Indagó Olivia confundida al ver a una de sus policías a cargo, y amiga con uno de los delincuentes con un alto prontuario. 

✍✍✍✍✍

¡Espero que les guste! ❤

Aprendiendo a amarte|| Bensler - Rollisi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora