Capítulo veinticinco: Confesiones.

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Me detengo para agradecer los lindos comentarios que vengo recibiendo en esta novelas y en las anteriores, de verdad no se dan una idea el hermoso mimo que representa para mí cada voto, cada comentario. Sin más, nuevo capítulo... ¡Espero que lo disfruten! 

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El latir de aquel corazón sereno lograba tranquilizarla a tal punto de querer permanecer acobijada sobre su pecho para siempre. Elliot con una suavidad exquisita acariciaba la espalda desnuda que estaba semi cubierta por las sábanas blancas y a pesar de que ninguno de los dos decía nada el silencio era muy cómodo.

—¿Crees que soy una cobarde? —Indagó Olivia rompiendo el hielo, mirando a un punto fijo que encontró frente a ella. Elliot frunció el ceño ante sus palabras.
—¿Quién te dijo semejante estupidez?
—Sólo quiero que me respondas.
—No eres una cobarde para mí, eres la mujer más valiente que he conocido en mi vida.
—¿Y por qué me siento así? ¿Por qué siento que fui la más cobarde? —Indagó ella suspirando profundamente, y Elliot continuó con las caricias dispuesto a responderle.
—¿Eso es lo que te dijo Amanda? ¿Es por eso que estás así? —Ante la falta de respuesta de parte de Liv él pudo entender por fin lo que ocurría— No eres una cobarde Liv, eres una mujer increíble que ha luchado toda su vida para llegar hasta aquí.
—Pero fui una cobarde por no haberte confesado hace tiempo lo que sentía, por hacer sufrir a Santino, y a ti porque fui una idiota, porque decidí guardar todo esto y ser una necia.
—Creo que hiciste e hicimos lo que pudimos, Liv y eso es lo que importa. Los dos cometimos errores, pero estuvimos y estamos a tiempo de remediar lo que fuera necesario.
—Pero nunca me perdonaré el haberlos hecho sufrir, simplemente porque estaba ciega.
—Debes mirar para adelante y olvidar lo que paso, hoy importa la madre increíble que eres con Santino, la gran capitana que eres y la hermosa mujer en que te has convertido.
—¿Y tú que sientes por mí?

Olivia hizo en ese instante la pregunta indicada. Elliot debía responder con sinceridad, el momento había llegado y debía aprovecharlo, eran él y ella, ellos dos en un ambiente de amor y confianza absoluta.

—Estoy completamente enamorado de ti, Liv. —Suspiró profundamente y Liv la miró con sus ojos llenos de lágrimas. Elliot conectó sus pupilas con las de ella— No sé ni cuándo ni donde comenzó ese sentimiento, pero hoy es tan fuerte que no quiero ni puedo frenarlo.
—¿De verdad? —Preguntó ella aún con sus preciosos ojos bañados en tibias lágrimas. Él asintió dejando un cálido beso en su frente.
—De verdad. Sé que debí decirlo cuando todo esto arranco, cuando sentí que debía hacerlo, pero al parecer también fui un poco cobarde.
—Lo manejamos como pudimos creo. Lo importante es que ahora tenemos la valentía de decirlo.
—¿Mejor tarde que nunca?
—Mejor tarde que nunca.
—Entonces... —Pronunció Elliot con una evidente cautela, pero con gran esperanza y Olivia que sabía que quería decir lo interrumpió.
—Sí, también estoy completamente enamorada de ti. —Confirmó ella con una sonrisa y él no pudo evitar besar sus labios con una felicidad indescriptible.

Bajo ese manto de felicidad y mucho amor la pasión volvió a encenderse con una fuerza increíble, llevando a Olivia a colocarse sobre Elliot y a intercalar sus besos entre su boca, su mentón, su cuello y su oreja. Mientras tanto, él deslizaba sus manos con suavidad por la extensión de su espalda apretándola un poco contra su cuerpo deseando sentir la calidez de aquella piel suave contra la suya. Al ser palpable esa necesidad, al materializarse en pequeños gestos Olivia solo pudo sonreír y frenar con sus besos para poder mirarlo a los ojos.

—Tenemos todo el tiempo del mundo para hacer esto.
—Lo sé, pero lo único que deseo es tatuar tu piel en la mía para recordarte siempre, a cada momento.
—Creo que esa idea me gusta mucho.
—Y a mí me gustas mucho.

Y era verdad, por eso no espero por demostrárselo. Volvió a besarla, esta vez dejando sus manos quietas en su cintura mientras que Olivia apoyó las suyas en las mejillas masculinas, ante la idea de tentarlo, y enloquecerlo un poco más ella inició un vaivén con sus caderas que despertó una zona especial de Elliot. Encantada ante las reacciones del cuerpo varonil la mujer bajó con besos, paso por su pecho, su vientre para llegar luego a ese lugar predilecto con la misma intención que al principio, enloquecerlo.

—Ahora cierra tus ojos ¿Sí? Cierra tus ojos y disfruta. —Le pidió ella antes de iniciar con la acción. Elliot obedeció y se sintió en las nubes, era imposible dejar de gemir y de estremecerse, sin dudas Olivia sabía lo que hacía.
—Es... es increíble. —Susurró él con la voz entrecortada a causa del placer que atravesaba su cuerpo. Liv sonrió y siguió con su tarea.
—Aún falta lo mejor.

Las palabras habían resonado en los oídos de Elliot y fue en cuestión de minutos para estallar en su boca y relajar su cuerpo y su respiración. Automáticamente, una vez que él se sintió listo para continuar supo que era el turno de Olivia, y Elliot se encargaría de que ese momento fuera algo inolvidable. La respiración de ella se volvió algo intensa cuando lo vio situado entre sus piernas, mientras que las gotas de sudor se multiplicaban por su cuerpo. Al sentir la boca masculina en su intimidad ella gimió inevitablemente sujetando con algo de fuerza las sábanas, esa imagen incitó a Elliot a continuar con las mordidas, las succiones y las lamidas en ese lugar hasta que, al igual que él, el orgasmo de Olivia llegó impactantemente atravesando su cuerpo de punta a punta.

—Hace mucho que no disfrutaba tanto de esto, creo que, es la primera vez que la paso tan bien. —Confesó ella intentando normalizar su respiración, Elliot se situó a su lado encontrando por fin sus labios.
—Debo confesar lo mismo y me encanta que eso suceda solo contigo.
—¡Mentirosito! —Exclamó Olivia bromeando y mientras él reía negó con su cabeza.
—Es la verdad.
—Entonces, a mí también me encanta explorar esas sensaciones solo contigo.

Sus labios se unieron una vez más y a pesar de estar cansados necesitaban volver a unirse, volver a sentirse profundamente. Olivia tenía la receta exacta para lograrlo, y comenzando con caricias pícaras Elliot comprendió lo que ella quería, porque él también lo deseaba. Se colocó sobre Liv y la miró a los ojos disfrutando de conectar sus pupilas con las de ella, entrelazó sus dedos con los suyos y besó sus labios.

—Nunca creí que disfrutaría tanto de hacerte el amor, de que el corazón me estallaría de felicidad por estar contigo.
—Yo tampoco, pero me gusta, me gusta tanto como tú. —Comentó Olivia mientras sentía como lentamente Elliot la penetraba— ¡Oh dios!
—Eres perfecta, mi dulce Liv. —Él sonrió mientras esperaba a que ella estuviera lista. En un beso, Olivia le dio la libertad de que comenzará a moverse e hiciera lo que quisiera. No había forma de negarlo, ella era completamente de él y él era solamente de ella.  

Aprendiendo a amarte|| Bensler - Rollisi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora