Capítulo cuarenta y cuatro: Sí.

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¡Holi! Nuevo capítulo y todavía no puedo creer que falten seis capítulos para que esto se termine 😭 Agradezco siempre el apoyo, y sin más... ¡Espero que les guste! 

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Elliot esperaba impaciente una respuesta por parte de Olivia, quién sin dejar de mirarlo y sonreír asintió primeramente con su cabeza.

—¡Sí! ¡Sí! ¡Sí! —Pronunció Olivia emocionada, Elliot al oír la respuesta sonrió también y colocándole el anillo en su dedo se puso de pie para abrazarla— Te amo tanto Elliot, tanto. —Susurró ella dejando caer sus lágrimas mientras se aferraba fuertemente a él, a su futuro esposo.
—Yo también te amo Liv, más de lo que puedes imaginar. —Respondió él en un susurro mientras cerraba sus ojos por un momento, necesitaba tatuar ese momento en su vida para siempre.

Luego de unos minutos abrazados se alejaron para unir sus labios en un tierno y cálido beso. La sutil perla que contenía el anillo brillaba bajo la luz de la luna y aunque era su más hermosa realidad ninguno de los dos podía creer que eso estaba ocurriendo, que por fin se encontraban ante uno de los momentos más esperados de sus vidas, que, después de todo lo que habían pasado se habían comprometido para ser en un futuro marido y mujer.

—¿Quieres que entremos? Está comenzando a hacer frío y seguramente quieras hablar con Santino para estar más tranquila. —Propuso Elliot y Olivia asintió con su cabeza. Sin dudas él la conocía mejor que nadie— Mientras hablas con el enano yo iré a preparar dos tazas de café.
—Está bien, gracias amor.

Elliot sonrió y tal como lo dijo se marchó a la cocina para preparar dos tazas de café, mientras tanto Olivia suspiró profundamente y sentándose en la cama tomó el celular de Ell que estaba en la mesita de luz, marcó el número de Fin y esperó a que ellos atendieran.

—¡Mami! —Pronunció Santino entusiasmado, y Olivia sonrió por ello— ¿Cómo estás?
—Bien, mi amor. ¿Y tú?
—Muy bien ma, recién llegamos con el tío Fin a su casa, vimos una película de superhéroes en el cine.
—Qué bueno hijo, pero tú y yo debemos hablar jovencito.
—¿Qué ocurrió mami? Yo me porté bien. —Preguntó el niño sorprendido, y ella río ante el tono preocupado de su voz.
—Sí, pero ¿Cómo es eso de engañarme con un supuesto ataque de asma para que viniera a la casa de tu papá? —Indagó la castaña y Santino río.
—Am, bueno mami esa fue idea del tío Fin así que a él debes retarlo, te amo mucho. —Habló rápidamente el niño y pasándole el teléfono al moreno que reía también de fondo.
—Hola Liv. —Pronunció Fin una vez que pudo tener el celular, Olivia sonrió— ¿Cómo estás?
—Bien Fin, muy feliz, a decir verdad. —Respondió la castaña con alegría y entusiasmo.
—¿Te lo propuso?
—¡Sí!
—Me alegra tanto por ustedes Liv, se merecen lo mejor del mundo. —Dijo aquel hombre que tanto los quería, más allá de la relación laboral habían logrado construir una relación de amistad increíble.
—Gracias, amigo.
—Disfruta mucho ¿Sí? Santino está bien, no te preocupes.

Luego de despedirse Olivia cortó la llamada y pudo ver como Elliot entró a la habitación con una bandeja, allí llevaba las dos tazas de café. Se sentó a un lado y tomando ella una de ellas sonrió y le dio un beso.

—¿Hablaste con Santino? —Preguntó Elliot mientras se disponía a beber un sorbo de café.
—Sí, están bien, acaban de llegar del cine.
—Qué bueno, mi amor.
—Está muy rico el café, Ell. —Sonrió Olivia besando su mejilla, él sonrió y la miró completamente enamorado— ¿Qué pasa? —Indagó ella con una sonrisa ante la intensa mirada de Elliot.
—Es que, no puedo creer aún que hayas dicho que sí.
—¿Pensaste que diría que no?
—No, es que, pensé que no querías este tipo de compromiso. Pero ahora, que sé que sí soy inmensamente feliz.
—Tú me haces feliz a mí Ell, desde que pude reconocer lo mucho que te amaba y que te amo hiciste todo mejor.

La conexión de miradas decía más que mil palabras, Olivia no dejaba de acariciar su mejilla queriendo transmitir en todo eso el amor que desbordaba su corazón en ese momento. Ella tampoco podía creerlo, todo parecía un hermoso sueño, pero al pestañear y al ver las pupilas emocionadas de su hombre sabía que todo era real, y no había nada que amará más que esa idea.

—¿Tienes alguna fecha en mente? —Indagó él luego de robarle un beso, ella negó con su cabeza y bebió otro sorbo de café.
—No, pensé que tú sí.
—En verdad no, aunque creo que seis o siete meses serán suficientes para organizar todo y tener todo listo ¿No crees?
—Me parece más que bien. —Respondió Olivia con una sonrisa picara, con mucha decisión tomó la taza de Elliot en sus manos y junto a la suya las apoyó sobre la mesita de luz— Aunque ahora quisiera otra cosa.
—¿Qué es lo que deseas? —Preguntó Elliot arqueando su ceja mientras sonreía también. Olivia encogió sus hombros y le desprendió la camisa.
—Mmmm hacerte el amor ¿Te gusta la idea?
—Me encanta, me encanta casi tanto como tú.

Las manos de Olivia quitaron sin reparo la desprendida camisa de Elliot arrojándola al suelo, y mientras acariciaba sus hombros y su pecho se acercó a él para besarlo y mordisquear sus labios. Él a su vez decidió que sentir su piel contra la suya sería una buena idea así que sujetando el borde de la blusa de su futura esposa se la quitó con ayuda de Olivia, mientras volvían a besarse y a acariciarse con ímpetu, con deseo y con amor.

Entendían cada vez que estaban juntos la necesidad que representaba para ambos sentirse, amarse, ser uno en aquella intimidad que era solamente de los dos. Amaban como sus cuerpos encajaban como si fueran dos piezas de rompecabezas, amaban como dejaban llevarse por la pasión tocando el cielo con las manos y sintiendo tener el mundo en las manos.

Su amor era infinito, único e inigualable, y nada los hacía sentir más orgullosos que eso, el haber tenido la posibilidad de construir una relación solida a pesar de todas las diferencias. 

Aprendiendo a amarte|| Bensler - Rollisi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora