Capítulo veintinueve: Decisión tomada.

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—¿Quieres algo de tomar? —Preguntó Carisi y Amanda negó con su cabeza, lo único que quería era hablar con él y darle una solución a lo que estaba ocurriendo— Te escucho, dijiste que querías hablar conmigo.
—Sí, y sé que tarde algunos días en venir y hacerlo, pero por más que me moría de ganas, necesitaba pensar con claridad y lo he hecho, creo que eso es lo que me impulso a venir aquí. —Respondió Amanda segura de sus palabras, pero ante el silencio de Sonny decidió continuar— Sé que me equivoqué y que, seguramente, rompí tu corazón de la manera más cruel. Necesito pedirte perdón por ello, y también necesito que sepas que te amo con toda mi alma y que, estoy locamente enamorada de ti Sonny.

Las palabras sinceras de Amanda resonaron en los oídos de Carisi y llenaron su corazón de alegría. Había pasado días pensando en un final, en una reconstrucción de su vida lejos de ella, con toda la intención de no sufrir y al menos, poder seguir adelante y ahora, ahora todo parecía ser distinto, era distinto. Delante de él se encontraba el amor de su vida declarándole sus sentimientos y no había nada más bonito, no había nada más perfecto para Carisi.

Pero... Ante ese panorama sabía que Amanda necesitaba una respuesta, alguna palabra que le devolviera las ganas de continuar, que le diera a entender lo que pasaba por su mente, que simplemente volviera a encender la llama de la alegría y la esperanza en su interior, pero Sonny no podía decir una sola palabra, sin embargo, sentía la inmensa necesidad de expresarle todo lo que atravesaba su corazón en ese instante, así que, envolviéndola entre sus brazos la acobijó en su pecho. Y fue en ese entonces, donde Amanda se sintió completa, y donde pudo liberar las lágrimas que había aguantado durante muchas horas.

—No llores, bonita. Por favor, no llores.
—No te das una idea cuánto necesitaba estar en tus brazos. —Confesó la rubia con la voz entrecortada, y él sonrió mientras dejaba un cálido beso en su frente.
—Y yo necesitaba también abrazarte, y escuchar tu voz. Creo que nunca me sentí tan perdido como ahora, pero ahora, ahora me siento el ser más completo del mundo.
—Hoy comprendo que tú eres mi lugar, Sonny. Tú eres todo lo que necesito para estar bien y para ser feliz.
—Tú también eres mi lugar, Mandy. Y hoy, lo único que deseo es estar a tu lado para siempre, a tu lado y con Abril, no deseo nada más.
—¿De veras? —Preguntó Amanda mirándolo con una tierna sonrisa y él dejando un cálido beso en sus labios sonrió también.
—De veras.

Volvieron a besarse, una y otra vez sin cansarse queriendo recuperar el tiempo perdido. Era increíble como la necesidad de tocarse, de sentirse, de besarse los atormentaba. Y no deseaban tener algún freno, deseaban ser libres para amarse, y por supuesto para iniciar de nuevo otra vez.

-

Mientras tanto, Santino llegaba junto a sus padres a la casa de Olivia. Atendiendo a los antojos de ella y del niño decidieron comprar pizzas para cenar, y una vez que todo estuvo listo se sentaron a comer, rodeados de alegría y por supuesto, de mucho amor.

—¿Está rico hijo? —Preguntó Elliot mientras veía a Santino degustar su porción de pizza. El niño asintió con su cabeza y ambos adultos rieron.
—¡Muy rico! —Respondió Santino y luego de beber un sorbo de gaseosa los miró con una sonrisa— Estoy contento de tenerlos aquí, a los dos.
—Me alegra mucho mi amor. —Comentó Olivia acariciando su cabello con dulzura. Sin dudas el niño sabía cómo cautivar a todos con su ternura.
—A nosotros también nos encanta tenerte aquí, mi amor. —Añadió Elliot tomando la mano infantil dejando un cálido beso en sus nudillos.
—Falta menos para mi cumpleaños papi, y mamá ya me dijo que me comprará el disfraz que tanto le pedí.
—¿De Spiderman? —Preguntó Elliot con interés, y Santino asintió emocionado— Serás el superhéroe más hermoso y poderoso del mundo.
—¡Gracias papi!

Continuaron charlando de cosas triviales, e incluso de los últimos detalles que faltaban para poder tener todo listo para el cumpleaños. Santino había podido dar su opinión en la mayoría de las cosas, así que, contento por tener el cumpleaños que tanto quería besó agradecido las mejillas de su mamá y su papá.

La conversación terminó una vez que acabaron de limpiar lo que habían utilizado para cenar, y fue en ese entonces donde Olivia llevó a Santino a su habitación para poder acostarse, ya era una costumbre leerle un cuento, brindarle suaves caricias en su cabello y despedirse con un beso en la mejilla. Esos hábitos por más pequeños e insignificantes eran los más hermosos y perfectos para ellos tres.

—¿Quieres café? —Preguntó Olivia con una sonrisa al volver de la habitación y Elliot negó con su cabeza. Ella se sentó a un costado y lo miró— Creo que, estamos solos...
—Así es. Me gusta oír eso —Elliot sonrió y la besó dulcemente. Olivia acarició con sus manos sus mejillas y lo miró— ¿Qué pasa? —Preguntó él mirando una incipiente ansiedad y preocupación en sus pupilas.
—Me da intriga la carta que me diste hoy.
—Puedes leerlo ahora si quieres.
—Me da miedo no ser lo suficientemente fuerte como para enfrentar esas palabras. —Confesó ella, esa carta significaba más que un puñado de palabras, intuía que significaba quizá algo más.
—Tú me diste tu verdad hace un tiempito, te sinceraste conmigo y me confesaste lo que te ocurría. Ahora creo que llegó el momento de darte mi verdad, de sincerarme yo por completo contigo.
—¿Tu verdad? —Olivia enarcó su ceja confundida.
—Sí.

La fuerza de sus palabras le confirmó lo que pensaba, esa carta significaba más que un puñado de letras escritos en un papel, significaba poner el corazón en palabras, significaba la sinceridad más pura, significaba una verdad que era solamente de él, y que Elliot deseaba que él supiera. Tenía un peso mucho mayor.

Quitando sus manos de las mejillas de él Olivia sacó de su bolsillo la carta que Elliot le había entregado en la comisaría.

—Aquí voy... 

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Yo que ustedes... Yo que ustedes me preparo para el capítulo treinta❤

Aprendiendo a amarte|| Bensler - Rollisi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora