Capítulo 21

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🎆Feliz Año Nuevo🎆

Tenía la esperanza de poder publicar este capítulo el primer día del año, pero como ven, no todo sale como uno quiere. Y aunque es algo tarde, espero lo hayan esperado junto a mi.

El año pasado fue algo caótico con todo esto de la pandemia. Y aunque fue algo que nos golpeó con fuerza a todos, pudimos salir adelante.

Espero que este año este lleno de bendiciones y que todas sus metas y propósitos se cumplan. Que esta pandemia al fin pase y que podamos volver más fuertes y más conscientes de lo que pudiera pasar si seguimos con este estilo de vida.

Gracias por acompañarme con esta y las demás historias, es algo que agradezco todos los días y amo de tod@s ustedes.

Espero que este año terminemos por saber que pasa con esta pareja y que lo esperen al igual que yo.

Nos leemos en el siguiente capítulo.

🎉FELIZ AÑO NUEVO. 🎉

Bye.
😘😘😘😘😘

Hector no podía más. El sudor empezaba a cubrir todo su cuerpo y el calor que sentía estaba empezando a nublar su mente. Sus músculos estaban adoloridos y aun así quería continuar. Esa imagen, esa maldita imagen no salía de su mente y ya no sabía qué hacer para sacarla de su cabeza. Lo único que había hecho desde que salió del departamento del frente, en el cual se encontraba la mujer causante de su adolorido miembro, fue correr hacia el pequeño gimnasio que mandó a hacer y empezó a hacer ejercicio. Corrió, alzó pesas e incluso golpeó el saco de boxeo tratando de sacar esa imagen de su cabeza. Pero después de cinco horas, no logró nada. Sólo logró estar adolorido, cansado y del peor mal genio que no estuvo jamás.

Se limpió el sudor que corría por su frente y cuello y salió del gimnasio. Se metió a la ducha y cuando vio hacia abajo, no podía creer lo que veía. La puta erección que casi rompe su pantalón seguía ahí. Desde que vio el cuerpo semidesnudo de Scarlet, esa maldita cosa parecía tener mente propia. No había bajado absolutamente nada en esas cinco horas y si el agua fría no tenía efecto y esa maldita cosa no bajaba, Hector tenía un problema. Un maldito problema en forma de tienda de campaña en medio de sus pantalones. Así que esperaba que el agua fría hiciera efecto.

Llenó la bañera de agua fría hasta el borde y se metió sin dudar. Una corriente eléctrica pasó por todo su cuerpo y después de unos segundos empezó a acostumbrarse a la temperatura. Solo esperaba que eso tuviera efecto o tendría que ir a un doctor y revisar su "pequeño" problema.

Después de lo ocurrido en el baño, Scarlet se vistió y secó el pelo mientras recordaba lo ocurrido con Hector. No entendía muy bien al hombre. Era un idiota completo cuando quería, tenía un genio de los mil demonios y además era un arrogante a más no poder. Pero...

¿Por qué los malditos peros siempre tenían que estar presentes?

Había veces que era bueno, amable e incluso confiable.

Y eso era demasiado que decir de una persona, por lo menos para Scarlet. Ella no se fijaba en las personas. Para ella eran simples merodeadores de ese mundo, al igual que ella. Pero no el. El era alguien a quien difícilmente podías ver como merodeador. Él era más como una fuerza que gobernaba entre todos. Contaba con una presencia difícil de ignorar, y eso no era por el físico, del cual por cierto Scarlet era plenamente consciente. Era algo más. Algo que le era difícil de ignorar y por lo cual estaba rompiendo su promesa de no volver a sentir, de pensar solo en ella y en su supervivencia. Ahora en su mente no estaba solo ella, ahora estaba él. Era como un gobernante corrupto que quería todo el poder y acaparar todo a su paso. Y lo que estaba acaparando en ese momento, eran nada más y nada menos que los pobres pensamientos de Scarlet. Los cuales no dejaban de verlo. De mostrarle la imagen casi perfecta del hombre que la vio semidesnuda y aun así no perdió ni un poco de control. Su reacción fue tan indiferente que parecía un robot en comparación a todos los hombres que habían querido aprovecharse de ella.

El Peso De Su Traición. (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora