Capítulo 42

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Edward veía a su hermano más con intriga y expectación que con preocupación. 

Desde que llegaron a la casa de sus padres y logró calmar a su esposa, prometiendo a regañadientes a encontrar a Scarlet, vio a su hermano como a un desconocido. 

No dijo absolutamente nada y se encerró en el estudio de su padre esperando su llegada.

Edward no pudo hacer nada en ese momento por su hermano porque su única preocupación fue por su esposa. Anguelique estaba tan alterada por lo ocurrido que en cuanto lo vio se abrazó a él y él no pudo dejarla sola. Se encerró con ella en la que había sido su habitación hasta que ella logró calmarse y decir que estaba bien, aunque realmente no parecía estarlo. Y a pesar de no querer dejarla y negarse a hacerlo, ella le dijo que estaba bien y que estaría mejor si hacían algo para encontrar a Scarlet. Por lo que casi lo obligó a salir de la habitación mostrando lo fuerte que era. 

Así que se vio bajando las escaleras dirigiéndose al estudio de su padre, aunque no sabía qué hacer o por lo menos qué decir. 

Cuando se despertó esa mañana, no pensó que sería testigo de un secuestro. Porque eso es lo que fue. Tal vez la mujer había decidido salir del auto por su cuenta, cómo se lo había contado su esposa. Pero en el último momento ella no fue consciente de la forma en la que se la llevaron. Y lo peor fue ver la mirada de su hermano mientras veía todo.

Su rostro al ver lo que estaba pasando era algo que Edward no había visto en toda su vida.

La ira casi desbordaba de su cuerpo y salía a la superficie. Pero no era solo eso, estaba aterrado, aterrado mientras veía cómo golpeaban y drogaban a la mujer para después llevársela. 

En cuanto llegaron rodeando todo los autos, Hector se bajó de inmediato y estaba decidido a llegar a ella en cuanto vio el primer golpe. Y si no hubiera sido por que lo detuvo, tal vez en ese momento no estaría ninguno con vida. 

Estaba claro que los hombres en las camionetas no eran gente común por como apuntaron sus armas casi decididos a disparar si Hector se acercaba más. Y estaba seguro que Hector también lo sabía y por eso se detuvo. El Hector que había vuelto era diferente al Hector que conocía, pero estaba seguro que nunca lo pondría en peligro, por lo que se contuvo de ir tras el hombre que se llevó a Scarlet. Y lo ayudaría no sólo porque era su hermano, sino porque a pesar de querer ir tras la mujer, no lo hizo y puso su seguridad y la de su esposa ante todo. 

Llegó al final de las escaleras y se encontró con su padre y solo con ver la expresión de su rostro supo que él ya sabía todo. Con un asentimiento ambos se dirigieron al estudio esperando encontrar una solución a esta jodida situación. 

~*~

Hector no hallaba consuelo. Se había encerrado en la oficina de su padre al no saber qué más hacer. Había hecho todas las llamadas que en ese momento eran importantes, pero aún no eran suficientes. No si Scarlet no estaba delante de él, con esa jodida actitud suya. Necesitaba hacer más… buscar más. 

Si hubiera algo que él no pudiera hacer, daría todo su dinero para encontrar a alguien que hiciera lo que él no podía. 

Así que ahora necesitaba respuestas, soluciones que lo llevaran a donde estaba su mujer. Esa maldita mujer que no salía de su cabeza y que ahora estaba quién sabe dónde. Recordar todo lo que pasó y ver como se la llevaron fue por mucho lo peor que había vivido en toda su vida. 

Su última mirada fue de completo abandono. Como si se resignara a su destino y lo motivara a voltear y no ver hacia ella. Cuando lo único que hacía desde que la conoció fue voltear hacia donde ella estaba, por que no podía estar un segundo sin saber y ver hacia ella. 

El Peso De Su Traición. (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora