Capítulo 24

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Hola a tod@s.

Lamento el retraso, pero aquí tienen el capítulo de esta semana.

Que lo disfruten.

Bye.
😴😴😴😴😴

La posesividad era un sentimiento que le era desconocido a Hector. Aun cuando creyó estar perdidamente enamorado de la mujer que lo traicionó, nunca sintió el deseo de querer matar a alguien por el simple hecho de tocarla o mucho menos de sonreír hacia ella. Y tal vez fue esa la razón por la que nunca se percató de su traición. Ella no era lo suficientemente importante para él, para darse cuenta de su engaño y aun así él tontamente fingió su muerte por ella. 

Y en este momento deseaba suicidarse, pero esta vez por idiota, no por una mujer. 

Ahora sentía que sus entrañas se retorcían y la bilis subía hasta su garganta, quemando todo a su paso. 

Esa posesividad de la que se había visto librado hacía acto de presencia y se mostraba en su forma más atroz. Y aunque Hector intentaba con todas sus fuerzas reprimir sus impulsos, no podía dejar de sentir la necesidad imperiosa de golpear a David. Más aún cuando no dejaba de mostrar esa estúpida sonrisa, la cual estaba dirigida a Scarlet. Y aunque deseaba con todo su ser hacer lo que le pedían sus instintos más bajos, él no podía. Estaban en un espacio reducido y tenían a dos empleadas como audiencia. Las cuales estaba seguro no durarían en divulgar el chisme, así que estaba con las manos atadas. 

—¿Qué estás haciendo aquí? Deberías estar trabajando. —dijo con los dientes apretados y tratando de no perder la cabeza. Así que lo mejor era manejar el asunto con lo poco que le quedaba de paciencia, aunque esta estaba en su límite. 

—Tranquilo, ya terminé con lo que me pediste y ahora mismo me dirigía a tu oficina… pero veo que se me adelantaron. —dijo David viendo entre Scarlet y Hector. —Y me alegro de haberlos encontrado antes de que se fueran. Por cierto ¿A dónde iban? —La furia de Hector aumentó al escuchar la pregunta de David. 

—Eso no es algo a lo que deba responder. 

—Entonces no te importará que los acompañe. —Soltó David con una sonrisa más grande, pero esta era dirigida ahora a Hector, lo cual sólo acababa con la poca paciencia que tenía. Además de que su comportamiento salía de lo habitual. 

¿Qué estaba pasando con David? 

Hector lo había conocido, como un tipo listo, divertido y decidido. Pero nunca se había metido en sus asuntos. Menos cuando estos no eran de su incumbencia. Ahora parecía querer sacarlo de sus cabales. 

—Si. Si importa. —dijo Scarlet, cansada de ver el choque de palabras que tenían Hector y David. Estaba enojada, furiosa e incluso iracunda y venían estos dos a aumentar su frustración. Y tanto David como Hector se voltearon para ver a una Scarlet que los miraba como si la hubieran golpeado y después le hicieron lo mismo a un cachorro. 

Pero no era su mirada lo que más les sorprendió, sino escucharla decir que si importaba. Obviamente ella no estaba feliz con la situación actual, pero… que diera a conocer su molestia delante de ellos y metiéndose en su pelea había sido algo sorprendente. 

—Si quieres tener algún tipo de retribución, no la vas a obtener y más te vale no volver a acercarte como lo hiciste. Porque no querrás ver, cómo reaccionaré. —Le gritó a David importando le poco que estuvieran con otras personas. Después desvió la vista hacia Hector y éste por acto reflejo se enderezó. 

El Peso De Su Traición. (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora