Luego de la extraña noche que Moroha tuvo que afrontar, dormir fue lo mejor que pudo hacer ante tanta confusión.
Se supone que hoy vería a la tal "Joru" y debía ser tolerante según Kimi, vayan a saber los dioses porqué.
Kirinmaru la llamó nuevamente a la sala del trono esta vez para hablarle sobre la demonesa.
Moroha estaba harta de recibir visitas cuando en realidad nadie parecía entender que sucedía pero para salir de aquí y hacerlo sin morir en el intento tenía que luchar, a una larga escala se parecía al Crisol donde demonios de siglos pasados luchaban hasta la muerte para ser el más fuerte.
El rey del alba se portaba errático, Kumo dudó en la actitud de su señor así como en sus acciones, Kimi tenía una vaga idea de lo que sucedía pero no se atrevería a hablar.—Joru es diestra en la magia, especialmente en los pergaminos encantados aunque no creo que seas capaz de derrotarla con tus poderes espirituales, no te dejaría acercarte a ella a menos que tuvieras una forma de acorralarla.— le explicó sonriendo desde la comisura de su boca —Esta vez te devolveré tu espada, a ver si con tu dragón logras vencer ya que tus garras solo reflejan algunos de tus dones.—
Moroha se sorprendió pestañeando constantemente, ¿escuchó bien? ¿Volvería a empuñar a Kurikaramaru?
—¿Es tan poderosa para que me regreses mi espada?— dudó ella de forma sincera
—Los hechizos pueden ser complejos, ¿recuerdas a Konton? Bueno, Joru debía ocupar su lugar de no ser porque falló en la prueba.— musitó él recordando la derrota de la demonesa
—¿Como Konton? Entonces le cortaré la cabeza antes del duelo.— aseguró la cuarto demonio frunciendo el gesto
—Mantente honorable al menos por hoy, mañana si quieres cortarla en pedazos dejaré que tu lado salvaje te domine pero ahora trata de mantener la cabeza fría mientras no estoy.— ¿fue una orden o un pedido? —Algo más...— exclamó rebuscando dentro de su kimono —Dale esto como regalo.— Kirinmaru le lanzó una peineta blanca en forma de lirio que tenía tres cadenas doradas con finales de hojas caladas
"Que hermosa..." pensó la muchacha observándola entre sus manos
—Recuerdale de mi parte que los duelos se ganan con las espadas, no con arterías.— diciendo esto el soberano del este bajó de su trono marchándose fuera del lugar.
Moroha algunas veces se preguntaba por qué la dejaba a cargo de una situación en la cuál estaba atrapada, no dispuesta.
Cada contrincante vencido era símbolo de una próxima libertad aunque con su determinado precio.
Kimi le preparó el té correspondiente en la habitual sala de invitados, no logró ver a Kumo en toda la mañana.
El sol parecía una pintura más que el verdadero astro que solía entibiar su piel en el mundo humano, apretando la peineta cerca de su pecho la cuarto demonio se acercó a las afueras de la sala escuchando, como de costumbre en aquellos días, el trotar de las olas golpeando la madera del barco.
Todo momento termina y fue por el aroma intruso que su nariz olfateaba que este culminaba.—¿Tú eres la princesa? ¿La cautiva de Kirinmaru?— le preguntó aquella aparición desde el cielo, los ojos de Moroha se dirigieron al cielo divisando la figura de la invitada.
—Y tú eres Joru ¿No?— dudó ella observándola, una yokai de apariencia joven, vestida como una pirata con guirnaldas negras que adornaban ambos hombros de su atuendo. Tenía el cabello blanco y la trenza que peinaba se movía en el aire como si fuera la causante del vuelo en constantes ondulaciones
—Si así es... Dime, ¿es verdad que eres cuarto demonio?— le preguntó la extraña individua juzgándola con sus ojos rojos
—Lo soy, papá era un mitad demonio y mamá una humana.— aceptó ella sin agregar nada más.
Joru decidió por un momento pensar lo que acababa de escuchar, aceptando creerle a la tercio humana bajó del aire posándose en la proa del barco
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Mitad humana, mitad reina. [Terminado]
FanfictionMoroha es la nieta de Inu no Taisho, aquél que fue cercano a el soberano del este. El cuarto de sangre que lleva dentro hace que sea demasiado llamativa. Kirinmaru necesita saber si ella es la verdadera heredera de Toga.