Moroha recibió a Naoko de un buen humor ignorando que su madre tenía un especial odio hacia los humanos.
Kimi y Kumo se quedaron en la habitación de los invitados junto a las dos mientras estas tomaban el té.
Naoko era bella pero en comparación a su madre poseía el cabello rojo como el fuego, suelto, con algunos adornos.—Mi hermano tenía planeado venir también pero alguien tiene que atender la ciudad, decidimos que sería yo la que vigilara a nuestra madre.— recordó volviendo a entristecer
—No debes sentirte triste, estoy bien. Conociendo a Kirinmaru habrá sido un rasguño.— simplificó Moroha sorbiendo un trago de té
—El señor Kirinmaru es un buen rey, siempre ha sido gentil con los que aprecia.— recalcó la demonesa con un tono de apego
—¿Lo conoces?— preguntó la cuarto demonio confundida
—Sí, a pesar de mi apariencia súpero tu edad. Mi padre y el señor Kirinmaru eran conocidos, mi padre se dedicaba a fomentar la vida de los demonios en alta mar para evitar ser encontrados por los humanos.— habló la chica mientras Kimi acomodaba algunas varas de incienso a sus espaldas
—Tu padre era un comerciante, ¿verdad? No se hace una ciudad en medio del océano sin una fuente de dinero.— averiguó la pelinegra levantando una de las manos
—Los ciudadanos y lo que allí se vende son la mayor fuente de ingresos, vivimos una eternidad tranquila.— sonrió Naoko antes de palidecer de nuevo
—¿Sucede algo malo?— se preocupó la hija de Inuyasha
—Mi madre odia a los humanos porque mataron a mi padre. Al ser un comerciante él tenía sueños de expandir la paz de la ciudad de las luces a otros rincones, incluso quería comerciar con los humanos para empezar una relación de reconciliación pero...— terminó susurrando ella recordando a su madre sosteniendo a su padre entre sus brazos —Los sueños se terminaron el día en que murió, como familia continuamos honrando su memoria manteniendo la ciudad que construyó. No te engañes, Moroha Chan, la ira oculta el dolor.— asintió la yokai nombrándola con cariño
—Si los humanos mataron a tu papá... Tú también deberías odiarlos, odiarme.— reconoció la chica
—Podía hacer eso o podía continuar con mi vida y recordar a un ser amado con el cariño debido respetando sus deseos. Odiarte no me lo va a regresar, tú no eres quién lo mató, nunca lo serás.— replicó la pelirroja dejando la taza en el suelo
—Eres valiente por pensar eso.— sonrió Moroha —Pero Kimi dijo algo sobre ella, ¿qué era lo que mencionaste?— titubeó la nieta de Toga a lo que Kimi se sobresaltó
—No creo que sean temas para charlar ahora mismo.— trató de negar la sierva con una falsa risa
—Si bien recuerdo la señora Azami solía bailar y cantar para los hombres humanos hasta que descubrieron que era una demonesa, entonces vivió una etapa horrible de su vida.— habló Kumo sentada desde una esquina
—Kumo, ya detente.— pidió nerviosa la rubia empujando su hombro suavemente repetidas veces
—Aunque lo niegue eso es verdad, mi madre no quiere hablar de ello pero los rumores existen. Ella solía ser una yokai que vivía entre humanos pero mi padre la conoció cuando fue a comerciar encapuchado en la ciudad donde vivía, se enamoraron y huyeron al océano.— recordó risueña la demonesa
—Si lo cuentas así parece una leyenda de amor.— refirió la cuarto demonio
—Para él lo era. Moroha Chan, ¿es verdad lo que la corte Yokai dice? ¿Vas a ser la concubina del señor Kirinmaru?— inquirió con franqueza la pelirroja a lo que Moroha chitó en desagrado
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Mitad humana, mitad reina. [Terminado]
FanfictionMoroha es la nieta de Inu no Taisho, aquél que fue cercano a el soberano del este. El cuarto de sangre que lleva dentro hace que sea demasiado llamativa. Kirinmaru necesita saber si ella es la verdadera heredera de Toga.