Moroha le había pedido ayuda a Kumo para buscar coral a manera de regalo para Naoko quien tan gentilmente fue un alivio al desprecio de su madre.
La demonesa no supo que pensar pero cuando fue a llevarle medicina a su amo él mencionó que tal vez la chica le pediría ayuda.
Ella no se negó a pesar del entumecimiento de su alma teniendo que ver a esta humana como próxima señora del barco según Kimi.
Moroha era una chica extraña aunque de buenos gestos, no se podía ver una mancha de maldad en ella. Era lo que no comprendía, Kumo no tenía claro que es lo que la cuarto demonio ganaba quedándose en el barco, tratando de ser atenta a quien le mendigara un poco de atención.
Era una cachorra abandonada, una simple salvaje.
Kirinmaru se cercioró desde la ventana de la torreta de sus aposentos que la demonesa ayudara a la chica a manera de orden silenciosa.
La chica se enredó la tela de Kumo con fuerza alrededor de la cintura para saltar al océano en busca del preciado coral que prometió encontrar.Únicamente cuando la chica se hundió en las profundas aguas fue cuando el regente del alba se atrevió a salir de sus aposentos.
Colocándose a un costado del barco pudo divisar como las oscuras corrientes se batían en la superficie ocultando lo que vivía en el fondo.
Kirinmaru dudó antes de flotar sobre el mar buscando el consejo de Mamu.
No tenía mucho que encontrar, su vieja conocida le aconsejó visitar al guardián lo más próximo posible antes de tomar el paso de comprometerse con una humana.Encontrando el cascarón protector de Mamu se abrió paso abriéndolo con las garras hasta traspasarlo, cuando entró la grieta se cerró sin dejar marca.
El perezoso guardián dormía en lo profundo de la guarida adonde incluso se podía respirar a pesar de estar repleta de agua.
Kirinmaru se posó encima de la pequeña fuente de luz donde pequeños seres marinos iluminaban el interior del lugar.—Bienvenido, Kirinmaru del alba.— saludó la serpiente marina sin levantar la cabeza
—Pasó bastante tiempo desde que vine a consultarte, dime, ¿has gozado de buena salud?— dudó el Daiyokai sin prisas
—La pregunta me honra, he soportado el peso de las eras con calma pero en su mirada veo que no es por añoranza que bajó hasta aquí.— dijo finalmente el ser siseando la cola para levantarse
—Tengo preguntas a las que no obtengo respuesta por más que pase la noche en vela.— aceptó el pelirrojo con el corazón alborotado
—La cuarto demonio, Moroha. La tiene amarrada a usted, aunque lo niegue.— bostezó la aparición
—Ella es importante para mí, tengo intenciones de convertirla en mi esposa. Quiero encontrar la respuesta a la pregunta que me ha hecho.— la sinceridad en sus palabras... ¿Cuándo fue la última vez que usó ese tono?
—¿Casarse con una humana? Tenía entendido que las bestias celestiales no aceptaban a los medio demonios.— se permitió decir sorprendido el guardián
—Su sangre... Es lo más puro que queda de Inu no Taisho, no quisiera que tan maravillosa progenie se perdiera por simplezas de detalles.— trató de enunciar el rey cerrando los puños con fuerza
Mamu creyó ver un rastro de arrepentimiento en la expresión inerte del regente, sonrió para si mismo guardando el secreto de aquella emoción diminuta.
—¿La pregunta?— pidió el sabio flotando cerca a el Daiyokai mostrando su cuerpo recubierto en escamas multicolor
—¿De que manera podríamos convivir? Tenemos ideas distintas el uno del otro, no veo manera de que ella me acepte.— apresuró en decir el pelirrojo con ansiedad
—¿Únicamente ella debe aceptarlo?— preguntó la aparición a lo que Kirinmaru jadeó sorprendido —Cuando se trata de jóvenes mujeres la mayoría busca una conveniencia económica pero Moroha no es así, quizá deba apelar al corazón, busque dentro suyo la forma de aceptarla. El respeto ante la imagen de una mujer hace a una esposa amorosa, usted quiere tomar a una esclava, no a una esposa.—
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Mitad humana, mitad reina. [Terminado]
FanfictionMoroha es la nieta de Inu no Taisho, aquél que fue cercano a el soberano del este. El cuarto de sangre que lleva dentro hace que sea demasiado llamativa. Kirinmaru necesita saber si ella es la verdadera heredera de Toga.