Kimi le quitó las vendas la mañana siguiente y fue suficiente el alivio de ver las manos de la muchacha en una mejor condición, Moroha fue capaz de tronar sus nudillos y todo.
Haiiro tuvo que encargarse de las astillas que las bestias dejaron alrededor de la estructura del Tekkousen.
Moroha debía hablar con Kirinmaru por mandato de este pero la cuarto demonio decidió buscar a Kumo en la parte interior del barco.
Allí ninguna luz penetraba el casco por lo cual le fue difícil encontrar a la sierva que se hallaba en una esquina en total silencio.—Oye, ¿estás bien?— le preguntó la chica a lo que la ojiplatina se espantó levantándose inmediatamente
—¿Que haces aquí? ¿Por qué me buscas?— contestó temblando
—En realidad se te necesita arriba, una de las velas se dañó, tú eres la de las telas ¿no?— la pelinegra movió sus dedos como si se tratara de una araña
—El señor Kirinmaru odiará verme, no me perdonará.— empezó a sollozar a la demonesa ocultando su rostro
—No veo enojo en sus ojos cuando lo miro, no para ti. Escucha Kumo, está bien que no te agrade ahora entiende que no he venido a quitarte nada de lo que te pertenezca.— trató de explicar la cuarto demonio
—¿Que?— suspiró Kumo enfrentándola
—Kimi me dijo lo que significan para ti, lo que significa este barco. No tengo intenciones de hacerte sentir menos o mal, después de todo estuviste con ellos mucho antes que yo, se que crees que quiero acabar con esto pero no tengo opciones para liberarme. Tendré que seguir luchando hasta que Kirinmaru me libere, si te sientes mejor revisa las velas.— Moroha le sonrió antes de salir de allí igual de rápido como llegó
"Esta niña... No se enfadó a pesar de que casi muere." Reflexionó la ojiplateada mientras los ojos le ardían.
La lluvia amenazaba nuevamente mientras la isla nevada era cada vez más visible, Kimi no salió del camarote de Moroha ya que se dispuso a coser un nuevo kimono para el próximo encuentro lo que la chica no comprendió.
Kirinmaru pidió verla antes del combate a lo que ella se presentó en la eterna sala del trono sin nada que alegar.—Sorteaste la suerte esta vez, la próxima puede que no cuentes con la ayuda del destino. Si en un futuro cercano vuelve a suceder algo así dejamelo a mí.— sentenció el gobernante tratando de persuadirla
—No parecías dispuesto a terminarlo además fue culpa del hechizo, uno de los dragones me arrastró, no fue porque salté al ojo de la tormenta.— defendió Moroha cruzándose de brazos
—Las cosas toman el curso correspondiente, extiende el brazo.— le ordenó a lo que la cuarto demonio lo hizo de mala gana
Kirinmaru tomó una extraña tira de piel que tenía a su costado, escamas que brillaban en un verde oliva se dibujaban en exágonos.
—¡Que maravillosa piel! ¿Es un pedazo de su propia escama, Señor Kirinmaru?— se asombró Myouga en el hombro de su ama
—La isla nevada es un lugar crudamente frío, le sería difícil moverse a tu ama con la sangre congelada.— acertó a decir sin negarlo
—¿Cómo se supone que esto va a ayudarme?— protestó la chica observando como se aferraba a la piel de su brazo
—Al igual que su abuelo, las escamas del señor Kirinmaru equivalen al Mokomoko hereditario del clan Inu. Al ser piel de una criatura celestial no solo ofrece abrigo sino también protección.— le informó el sabio
—¿No se considera trampa?— inquirió Moroha levantando su mano
—Deja de preocuparte tanto por eso, Joru usará todo de si para vencerte.— contestó el daiyokai mientras sacaba el moño rojo de su kimono —Hasta ahora demuestras tener voluntad y ánimo, acercate.— la cuarto demonio detestó la idea de que Kirinmaru poseyera su preciado moño pero que ahora quisiera colocárselo él mismo... ¿No podría hacerlo Kimi? ¿Con que necesidad de llegar al punto de tocar su cabello?
Moroha con algo de paciencia subió las escaleras para darle la espalda al rey del alba —Tienes el mismo cabello que Inu no Taisho pero el color de los mortales, negro azulado como la noche.— remarcó el regente de las bestias recorriendo los mechones de la muchacha antes de coronarla con el arreglo
ESTÁS LEYENDO
Mitad humana, mitad reina. [Terminado]
FanfictionMoroha es la nieta de Inu no Taisho, aquél que fue cercano a el soberano del este. El cuarto de sangre que lleva dentro hace que sea demasiado llamativa. Kirinmaru necesita saber si ella es la verdadera heredera de Toga.