CAPÍTULO 7.
Se me caen las llaves al ver a Mark con mi madre, están en el sofá, hablando animadamente de algo y no puedo evitar asustarme, ¿no lo veo desde hace tres años y de repente se presenta en mi casa sin avisar?
Mark se acerca sonriendo y me recoge las llaves, con una gran sonrisa.
-Hola, Dulce- Dice con su voz acaramelada, la cual siempre me pareció preciosa.
Aunque estoy completamente sin palabras consigo articular una frase.
-¿Qué haces aquí?
-Mark ha venido de visita, dice que te ha visto mientras ibas a inglés y como no tenía nada que hacer pues ha pasado a vernos.-Dice mi madre, ¿No decía que había quedado?
-Al final se ha cancelado lo que tenía que hacer y cómo me he cambiado de número y no te he dado el nuevo pues he pensado en venir y ver a tu madre que hacía mucho que no la veía.
Vale, no tiene nada de raro solo que no me lo esperaba, en realidad es un bonito detalle; entro en casa y digo:
-Bueno, yo tengo que estudiar bastante, así que…
-No te preocupes Mark se queda hablando conmigo y así tu puedes estudiar, después se puede quedar a cenar con nosotros.-Dice mi madre.
-Claro, me encantaría- Dice Mark.
Me he quedado un poco pillada, aunque me hace ilusión volver a verlo tiene algo que me desconcierta.
-Está bien.-Me marcho a mi cuarto y empiezo a estudiar, a eso de las 9 entra mi madre y me dice que me arregle que vamos a cenar.
-Mamá, ¿No vamos a comer en casa?
-Claro, pero tenemos visita, además siempre estás con los chicos y el amor, ¿No te das cuenta de que ese chico ha venido aquí con la intención de quedar contigo? Y aparte, lo conoces desde hace un montón de tiempo, sabes que jamás te haría daño. Ahora arréglate.
En ese momento viene a mi mente Eric, a él no le conozco desde hace tanto tiempo y sé que jamás me haría daño, sin embargo puede que mi madre tenga razón, quizás Mark sea lo mejor para mí, siempre fue bueno conmigo y si estuvo enamorado de mí una vez puede estarlo de nuevo; claro que por otra parte, nunca sentí nada por él, ¿Podré sentirlo ahora? Jamás me obligaría a mí misma a cambiar mis sentimientos.
Decido apartar esos pensamientos de mi cabeza y arreglarme un poco, aunque tampoco demasiado, al fin y al cabo estoy en mi casa.
Salgo y voy al comedor.
-Estás preciosa.- Dice Mark de una forma muy dulce, sonrío y me siento.
Ensalada de pasta, me encanta, en realidad toda la comida que hace mi madre me encanta, es una gran cocinera.
La cena transcurre normal, me rio bastante con lo que me cuenta Eric, nos han pasado muchas cosas a ambos estos 3 años.
-Entonces, ¿Estudiaste un trimestre en Italia?
-Sí, como ya sabes estudio italiano desde que tenía 8 años, y me sigue encantando, para mí es el idioma más bonito que hay.
Me gustan sus ojos, pero hay algo que me extraña, cuando no lo estoy mirando, siento que me observa y al levantar la mirada veo algo extraño en sus ojos, como una sombra, me agobio solo de pensarlo.
Cuando terminamos lo acompaño a la puerta, estamos solos, y le doy un abrazo.
-Me lo he pasado muy bien esta noche, me alegro de que vinieras.-No miento.
-Yo también, por cierto… me pregunto…
-¿Si?
-Si yo también te gustaba cuando éramos niños, es solo curiosidad, pero te ví tan nerviosa cuando te lo dije antes que… pensé que a lo mejor yo también te gustaba y… no sé.
-La verdad es que me podríamos decir que sí.- Ahí sí que miento, pero tengo una buena razón, bueno, en realidad no es buena, pero tengo una razón; quiero ver cómo reacciona, hay algo en él que no me termina de gustar y quiero ver su cara al saberlo, quiero saber que me dirá.
-Vale, -sus ojos se vuelven negros, muy negros, y después vuelven a su color normal, marrones.- bueno ya nos veremos Dulce, llámame.
-Lo haré.- No lo haré, esos ojos me han dado terror, durante un segundo he visto la muerte en sus ojos, en esos ojos que me miraban, o más bien, me condenaban.
Se marcha y cierro la puerta, aún asustada de lo que acabo de ver.