Capítulo 32.

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Aunque ahora estoy tardando más en subir capítulos es porque los estoy haciendo más largos e intentando que sean mejores, así que espero que tengáis paciencia y os gusten.

Gracias por leer mi novela y por votar, muchas besos y os dejo el capítulo. X.X

CAPÍTULO 32.

-A ti.

-¿Qué tengo que hacer?

-Es muy sencillo, solo tienes que cruzar el portal, supongo que tu estúpido novio ya te habrá hablado de eso.

-Si cruzo el portal la soltarás.

-Sí, y si no vienes seguiré secuestrando a gente, empezando por tu madre, soy un hombre de palabra. Te recogeré mañana por la mañana cuando salgas hacia el instituto enfrente de la panadería, y en cuanto cruces la soltaré.

Esto era lo que buscaba, una oportunidad para salvarla, para dejar de hacer daño a la gente que quiero… aunque suponga mi muerte

-Está bien, lo haré.

-Así me gusta.

Me paso toda la noche dándole vueltas pero mi decisión es clara, tengo que hacerlo. Después de todo no es tan malo, sé que voy a morir pero lo haré de una forma respetable, salvando a Ariadna.

Cuando veo que mi madre va a marcharse, antes de que salga, me acerco a ella y la abrazo, es un abrazo largo, retengo las lágrimas y susurro:

-Te quiero.

-Yo también cielo, pero tengo que irme, nos vemos cuando vuelvas del instituto.

Me da un beso en la frente y se marcha, ya está, es la última vez que veo a mi madre. Empiezo a llorar en silencio y mirando a la puerta digo:

-Lo siento.

Me seco la cara y voy a maquillarme, no quiero que Mark vea mis ojeras y mis ojos rojos, no quiero parecerle débil.

Ya en el ascensor veo mi móvil, tengo varias llamadas perdidas de Eric, pienso en llamarlo, pero ¿Qué diría? “Te quiero mucho, siento ponerme tan sentimental y estar llorando tanto pero es que será la última vez que hablemos porque me voy a entregar a Mark para salvar a mi amiga” Como que no.

Sigo mirando el móvil cuando salgo por la puerta y miro al frente, una persona me mira fijamente… Eric.

Me acerco a él intentando parecer enfadada, pero es difícil.

-¿Qué haces aquí?

-He venido a acompañarte al instituto ¿No creerías que te iba a dejar sola después de lo de Ariadna? Aunque estés enfadada conmigo no puedo dejarte sola.

-Porque eres mi protector.

-No, porque te quiero. –Me mira fijamente a los ojos, con esos ojos verdes que me hacen enrojecer con cada cosa que dice.

-Yo también te quiero pero… no puedo dejar que me acompañes hoy.- Intento no llorar pero no puedo evitarlo, siempre he sido muy llorona.

-Eh, no llores.- Me abraza y entierro la cabeza en su cuello, me pierdo en el olor que emana su cuerpo.- ¿Por qué lloras?

“Porque no puedo decirte adiós” Pienso. Y es cierto, pero no es solo eso, si no también que no quiero morir, pensaba que sí, pero no, no quiero sacrificarme siempre por los demás, no quiero pasarme la vida como lo he hecho hasta ahora, viendo a todo el mundo pidiéndome favores y yo sola, diciendo que sí a todo y sufriendo en silencio, estoy cansada de ser así. Lo único que quiero es perderme por ahí con Eric, irme con él y ser feliz, para siempre.

-¿Sabes qué? Fuguémonos, recorramos el mundo y vivamos aventuras.

Por un momento estoy a punto de marcharme con él y dejarlo todo, pero eso supondría dejar a Ariadna a su suerte y no soy capaz de hacerlo. Le miro a los ojos y bajo la cabeza.

-No puedo hacerlo, Eric, no puedo. Pero no sé qué hacer.

-¿Hay algo que no me hayas dicho?

Surge una duda en mi interior, si se lo digo no podré ir, pero si no lo hago mi destino será la muerte. Me mira a los ojos y sé que debo decirle la verdad.

-Yo quiero salvarla ¿Sabes?, a Ariadna, a mi madre, a todas las personas que quiero, incluido tú, por eso lo he hecho.

-¿A qué te refieres?

-He quedado con Mark para entregarme.

-¡¿QUÉ?!

-Sé lo que eso supone, pero es la única forma de no poneros en peligro, por eso debo ir, te lo he dicho porque quiero que lo comprendas y me dejes ir.

-¿Qué sabes lo que supone? ¡No! No tienes ni idea, crees que lo sabes pero no es así. Si te destruyesen, si destruyesen a Cupido destruirían el mundo. El amor desaparecería, y un mundo sin amor no puede existir.

-Tú mismo dijiste que el amor ni se crea ni se destruye.

-Pero si Cupido desapareciese dejaría de moverse, con la presencia de Cupido en el mundo el amor se mueve solo, pero si murieses se quedaría quieto, imagina un mundo sin amor, eso sí que es un destino peor que la muerte.

Guardo silencio, no me imaginaba que fuera tan importante.

-Y respecto a mí… tendría que ir a nuestro mundo, donde se me juzgaría y al ser responsable de tu muerte por no cumplir me deber me matarían también.

-Pero no sería tu culpa.

-Claro que sí, porque mi deber es protegerte.

Nos quedamos en silencio, pensando, hasta que digo:

-¿Y entonces que hacemos?- Se le iluminan los ojos y sonríe.

-Vamos a ir a salvar a Ariadna.

Los problemas de Cupido.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora