CAPÍTULO 24.
-Pero yo aún no llevo el bañador…
Salgo corriendo al agua y me zambullo, cuando salgo aún se puede ver a Eric correr quitándose las zapatillas.
-¡Lento!- Le grito desde el mar.
-Eres una tramposa.
-Más bien inteligente.
Ya en el agua (se ha metido vestido) se acerca a mí y me besa, acaricio su pelo y pongo las manos alrededor de su cuello. Una ola viene y hace que empecemos a toser con fuerza.
-Parece que hoy le ha dado al universo por interrumpirnos.
-Tendrás que hacer algo como castigo, te he ganado.
-Eso no estaba en el trato.
-Sí que estaba, lo que pasa es que se sobreentendía y por eso no lo he dicho.
-¿Y qué tengo que hacer?
-No lo sé… me la reservo para cuando se me ocurra algo.
-De acuerdo ¿Tienes frío?
-No.
Nos quedamos un rato bañándonos, hacemos el muerto, hacemos guerras de agua y hablamos de todo un poco.
-No quiero ser yo el que arruine el momento de felicidad… pero vinimos aquí para practicar.
-Está bien ¿Qué tengo que hacer?
-Primero deberíamos ducharnos y ponernos ropa cómoda para enseñarte defensa personal en la arena.
-Vale.
Salimos y vamos a la casa, que tiene una puerta trasera para ir directamente a la playa; Eric me señala un baño cerca de la entrada y me ducho y me cambio, salgo y cruzo la cocina, llego a un salón comedor realmente precioso y me fijo en una estantería llena de fotos.
Está llena de marcos de gente sonriente, en el primero se ve a un niño en la playa, que supongo que será Eric; en el segundo se ve al mismo niño durmiendo en una cama y en la siguiente a una pareja que se abraza sonriente.
-Eran mis padres.- Me giro y veo a Eric detrás de mí, tiene el pelo mojado, está realmente sexy.
-Te pareces mucho a tu madre.
-Sí, pero tengo más el carácter de mi padre.
-¿Eres tú el de las otras fotos?
-Sí
-Eras muy mono de pequeño.
-¿Y ahora no?- Me coge de la cintura y me acerca a él.
-Ahora lo eres más, es solo que me gustan los niños.
-Algún día tendremos unos niños preciosos.
-No dudo de ello.- Me besa.
-¿Echas de menos a tus padres?
-Sí… pero murieron cuando era muy pequeño, lo cierto es que no me acuerdo mucho de ellos.
-¿Cómo murieron? Si no te importa hablar de ellos.
-En un accidente de coche cuando yo tenía 10 años, me fui a vivir con madrina, que tenía 28 años y vivía en mi misma ciudad, pero se quedó embarazada el año pasado y me fui a vivir solo.
-¿Y qué es de tu madrina?
-Se fui a vivir a Madrid porque encontró un trabajo mejor en Madrid, la sigo viendo en vacaciones, es mi prima.
Me quedo mirando el resto de la habitación.
-Será mejor que empecemos a entrenar.
Salimos a la playa y me quedo quieta, no estoy muy segura de lo que vamos a hacer.
-Venga
-¿Venga qué?
-Atácame.
-¿Qué?
-Voy a enseñarte las diferentes formas de defensa, tranquila, no te haré daño.
No muy decidida corro hacia él con la intención de derribarle, pero me tumba en el suelo y se pone encima de mí sujetándome los brazos en un movimiento.
-No está mal.
Me ayuda a levantarme y se aleja de mí.
-Inténtalo de nuevo.
-Esto es ridículo.
-No lo es, repítelo.
Corro hacia él, esta vez intento esquivarle para empujarlo por la espalda, me subo encima de él pero no parece tener intención de caerse.
-Bájate, voy a probar con otra cosa, así vamos a tardar mucho en avanzar.
-Vale…
-Intenta imitarme y después yo trataré de atacarte.
Después de un rato de entrenamientos, Eric intenta atacarme y yo consigo tumbarle en el suelo, aunque es obvio que se ha dejado.
-Yo estoy muy entrenado, soy como una especie de guardaespaldas, tengo que estar fuerte. Por eso te he dejado un poco de ventaja.
-Lo que pasa es que soy muy fuerte.