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CAPÍTULO 21.
El coche queda en silencio hasta que llegamos, voy a mi cuarto y me siento en la cama, una lágrima recorre mi mejilla.
La puerta se abre y levanto la cabeza, mi madre se acerca a mí y sujeta mi cabeza con sus manos mientras limpia la lágrima.
-Confío en ti, y siempre lo hare.
Me da un beso en la frente y va hacia la puerta.
-Duérmete, es tarde.
Miro la hora y veo la 1 de la noche, llevo prácticamente toda la tarde dormida, aun así estoy cansada.
Intento dormir, pero no puedo y voy a por mi móvil, que está en el bolso de mi madre, me encuentro con 5 llamadas perdidas de Eric.
Dudo de si llamarlo o no, es muy tarde pero debe estar preocupado. Supongo que será mejor llamarle.
-¿Dulce? ¿Eres tú? ¿Estás bien?
-Sí, soy yo, estoy bien, tranquilo.
-¿Qué ha pasado? ¿Por qué no cogías el móvil?
-Verás yo… esto es complicado, no quiero preocuparte.
-Dime que ha pasado Dulce.
-Hoy he vuelto a casa una hora antes porque ha faltado un profesor y cuando estaba al lado de mi casa he oído un ruido y… pues…
-¿Qué?
-Alguien me ha golpeado y he caído al suelo inconsciente.
Oigo algo al otro lado de la línea, Eric parece bastante preocupado.
-¿Qué más ha pasado?
-Me desperté en el hospital con mi madre, me dijo que me había desmayado y me había golpeado la cabeza al caer, Mark me había encontrado, cuando le dije que era Mark quién me había golpeado me vio muy alterada y me durmieron.
Suspira y no dejo de oír ruidos.
-¿Estás bien Eric?
-Sí, sigue contándome.
-Cuando me desperté mi madre estaba dormida y yo abrí la puerta de la habitación… me encontré a Mark.
-¿Te hizo algo?
-No, porque mi madre se despertó y nos marchamos, pero ocurrió algo casi peor.
-¿Qué?
-Sabe que lo sé.
-¿Qué quieres decir?
-Está mañana apareció en el instituto y Ariadna lo confundió contigo porque no te conoce, supongo que al oír tu nombre referido a algo así como mi novio dio por hecho que me lo habías contado todo.
-¿Qué te dijo?
-Que estaba siendo una chica mala, y que solo intentabais comerme la cabeza con vuestras ideas sobre ellos.
-No le creas Dulce.
-No lo hago Eric, pero tengo miedo, estoy en peligro constante. Vino a verme al instituto y luego me golpeo en la calle.
Suena la puerta y me acerco a ella, estoy realmente asustada.
-Eric, alguien ha llamado a la puerta.
-Abre.
Abro la puerta y salto a sus brazos.
-¿Por qué no me has dicho que eras tú?
Le golpeo en el brazo y le hago pasar en silencio para que mi madre no nos oiga.
-Tienes razón, fallo mío. Dulce, ha llegado el momento de empezar con tu entrenamiento.
-¿De qué hablas?
-Tenía pensado que el jueves fuera un día de descanso, para relajarnos en la playa pero teniendo en cuenta la aceleración de las cosas, creo que ha llegado el momento de empezar ya.
-Pero…
-Tan solo tengo que ayudarte a emplear tu poder y quizás deba enseñarte algo sobre defensa personal, la próxima vez Mark no te pillará desprevenida.
-¿Y eso qué me contaste sobre mi historia?
-También forma parte de tu entrenamiento, pero eso lo haremos en otro momento, será como una asignatura de clase.
-Está bien, pero hay algo que no te he contado.
-¿Qué?
-Mi madre me deja ir, pero bajo la condición de que la conozcas antes de irnos.