CAPÍTULO 2.
Os voy a hablar sobre mi familia, tampoco hay mucho que contar, soy hija única, mi padre abandono a mi madre al saber que estaba embarazada, no sé quién es, mi madre siempre me ha dicho que si quiero me dirá quién es, pero aunque a veces me gustaría saberlo, para que quiero conocer a un hombre que dejo tirada a una chica de 25 años, por lo menos mi madre sí que tenía trabajo cuando se quedo embarazada y pudo cuidar de mí.
Es la típica mujer que antes de empezar a trabajar, cuando su hija ya se ha ido al instituto, se da un baño de espuma mientras escucha la música de los ochenta, con la que salía todas las noches a bailar, la tararea en voz baja y cuando se siente sola mira la foto de su hija y le da fuerzas para salir adelante, siempre me dice que debo buscar algo que me de fuerzas como ella hace, porque si no me derrumbare una y otra vez hasta caer en tal punto que ni con uno de sus abrazos, una peli romántica y helado de chocolate me recuperare, porque aunque sea feliz, muchas veces me ocurren cosas que me deprimen tanto que no puedo dejar de llorar…
No sé lo que me pasa últimamente pero el caso es que me siento mareada, como si todo fuera muy deprisa y no tuviera tiempo de pararme a pensar, estoy agobiada, el tiempo pasa y a todo el mundo le va bien, sin embargo, yo me siento como si me estuviera debilitando, es triste, y ya no puedo más, me despido del mundo, adiós, quiero soñar y vivir experiencias, pero no sé como ¡AYUDA!
Estoy en la enfermería, porque me he desmayado en educación física, normal, con la solanera que hace a las 2 del mediodía, hacerme correr 20 vueltas alrededor del instituto, solo porque en vez de ponerme el peto sudado que compraron hace 30 años, y no han lavado ni una sola vez, estaba escondida detrás de un banco escribiendo en esta libreta; ahora se creen que tengo anorexia o algo por el estilo, cuando como cómo una persona normal (o más), cuando le he explicado a la enfermera que solo estoy pasando una mala racha en la que no me apetece hacer nada pero me encuentro perfectamente, me ha mandado a casa y me ha hecho beber agua, según ella estoy deshidratada.
No me lo puedo creer, la enfermera le ha dicho a mi tutora el nombre de un psicólogo para mí, y ella a su vez se lo ha dicho a mi madre, cuando he llegado a mi casa, solo me apetecía comer y ver el final de los Simpsons, pero mi madre me ha llevado al salón que en mi casa es donde se hablan las cosas importantes, porque hay 2 sillones incómodos, uno enfrente del otro; me ha dicho que tengo cita con la doctora Becker (la psicóloga) mañana a las 5 para hablar sobre mis cosas y mi problema con la comida, pero ¿¡Qué problema!?