Capitulo XXVII

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Christian

-¿Estás seguro de lo que estás diciendo Mauro? –digo caminando hacia él- No quiero pensar que estamos cerca cuando puede ser que no.

-Venga Christian, estoy seguro de lo que digo. Que la llamada que recibió Samanta hace una semana no haya sido Nicole no quiere decir que no podemos conseguir otras pistas.

-Lo sé, lo siento. –observo su computador frente a él.

-Vale, durante toda la investigación que he hecho luego de que la Agencia de Suiza dijera que nadie con el nombre de Carol tomo un vuelo hacia allí, comencé a programar un sistema de alto índole, que incluso es utilizado por los detectives, con su dirección de correo electrónico y su número de teléfono, de manera que estuvieran vinculados y poder obtener lo que deseaba. Tuve que hacer milagros para que la conexión estuviera perfecta; trabajé en ello por dos días enteros. Y así fue, el sistema me permite recibir notificaciones cada vez que Carol recibe mensajes, llamadas o correos; así como puedo ver o escuchar el contenido de ellos. Ayer recibió una llamada de un número no agendado que le decía que ya había sacado a la chica, supongo que Nicole, y estaban en camino hacia el nuevo destino. Sin perder tiempo, rastreé la llamada y me fijé en que llamaron desde la zona Sur de Brasil.

-O sea que ella está allí, debem….

-Cálmate Christian. –me interrumpe- Debemos esperar a que Carol reciba algo pues hablaron de un nuevo destino, así que no sabemos si siguen en Brasil o irán a otro país. –golpeo la mesa por frustración y camino de un lado a otro frente a su escritorio.

-Todo esto me tiene al borde de la locura, Carol tiene que pagar por todo lo que está haciendo. ¡Quiero que nos deje en paz! Y debemos detenerla antes de que sea demasiado tarde.

-Sí, de hecho tengo un plan; aunque es algo arriesgado. –se levanta y apoya sus manos sobre la mesa.

-No me importa ponerme en peligro para salvar lo que más amo.

-No es como piensas, hombre. Tú no puedes estar en ello.

-¿A qué te refieres?

-Escucha, cuando sepamos dónde están debemos tener todo planeado y espero que estés de acuerdo con lo que te diré porque no hay de otras.

-Habla ya Mauro. –cruzo mis brazos sobre mi pecho.

-Si no queremos poner en riesgo la vida de Nicole llegando con policías a donde estarán debemos infiltrar a alguien, así podemos saber sus pasos y mantener a salvo a Nicole cuando queramos atacar. Y el único que puede ser infiltrado de confianza soy yo.

-¡¿Qué?! ¿Estás loco? Carol te conoce.

-Claro que no. Ni siquiera me la presentaste formalmente, simplemente me la señalaste cuando estábamos en la fiesta anual de la empresa. Y si ella me vio, pues dudo que me recuerde.

-Mauro, la mujer que quiero como mi esposa está secuestrada. No quiero que mi mejor amigo y futuro padrino de boda también lo este. –Mauro sonríe levemente y se acerca hasta darme unas palmadas en la espalda.

-No lo estaré, no me pienso perder tu despedida de solteros. –rie- Además no pienso entrar como su mano derecha, solo me vestiré como guardaespaldas y entrare como uno de los tipos que deben estar cuidando la propiedad donde se encuentran. Confía, en mí amigo.

-Confió en ti, pero no en ella. Pued… -no termino de hablar cuando un sonido desde su computadora me detiene. Corremos hasta ella, observamos que Carol recibe una llamada y subimos el volumen.

>> -Ya estamos aquí pero la chica está dormida.

-Déjala en la sala, bajo en un minuto. <<

Cuelga.

Mauro rastrea la llamada mientras esperamos unos segundos en que aparezca la dirección.

-Están en la zona suroeste de Brasil, aún siguen en ese país.

Mauro y yo pasamos toda la noche e incluso madrugada planeando todo lo que haríamos para atrapar a Carol y luego de que insistiera toda la noche en ser el infiltrado acepte con la condición de que yo iría a Brasil también pero me quedaría en una zona muy retirada a ellos.

Subimos al avión y colocamos nuestros bolsos en la parte superior. Pasé todo el viaje aprendiendo cómo usar los programas en su computador para estar atento a las llamadas y correos de Carol. Incluso él usaría un auricular en su oído y podríamos hablar cuando pudiera, o simplemente yo escucharía lo que dicen alrededor y a él.

Tomamos un taxi luego de llegar al aeropuerto de Brasil, el viaje que estábamos por tomar era largo incluso más para él pues yo estaría más lejos de ellos. Luego de varias horas el taxi para en una entrada de una especie de terreno abandonado con una casa en el centro. Allí me quedaría yo.

-Uff, esa casa da miedo. –dice Mauro con asombro.

-Imbécil. –abro la puerta y salgo. Lo miro sin cerrar la puerta- Prométeme que te vas a cuidar y trataras de no llamar la atención.

-Siempre llamo la atención, ¿no ves lo guapo que soy? –ríe para aligerar el ambiente y lo miro seriamente- Ya Christian, claro que hare todo como acordamos. –chocamos nuestros puños- Ahora vete porque luego el taxista nos cobrará más de la cuenta.

Cierro la puerta y veo como el auto desaparece en la lejanía de la carretera.

Llego el momento.

Ahora empieza el principio del fin de todo esto.

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Bueno aqui está el capitulo nuevo. Espero que les guste:)

Chicas por favor voten, son muchas que leen pero no votan, no les cuesta nada:c

Besos xo

Barreras de lo ProhibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora