Capitulo I

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El calor de la temporada de Julio me hace sentir activa. Puedo escuchar el sonido del tráfico en New York desde mi asiento, veo la ventana de mi lado izquierdo y observo a las personas caminar de un lado a otro como si de eso dependiera su vida y chicos sentados en el suelo de las plazas con una guitarra con tal de recibir un poco de dinero. Miro hacia la ventana que tengo al frente de mi escritorio y observo a mi equipo de trabajo concentrados en sus computadoras haciendo los pedidos del día.

Yo, sin embargo, estoy sentada en mi oficina mientras examino todo lo que sucede a mí alrededor.

Hoy hace dos años que me gradué como diseñadora y creé mi propia empresa. Estoy feliz porque hasta el día de hoy he cumplido cada meta que me he propuesto. Tengo los mejores trabajadores conmigo, la mejor amiga, un carro, mi propio apartamento y sobretodo, el apoyo de mi familia.

Con mis cortos 22 años, soy una experta en lo que hago y lo amo. No he tenido la mejor suerte en el amor, pero no me quejo, pues no me apresuro en tener un novio por ahora.

Un sonido suave suena en mi puerta y me saca de mis pensamientos.

-Pase. –Digo amablemente. La puerta se abre un poco y por ella aparece Daniel, uno de mis mejores trabajadores, es simpático, tiene los ojos marrones y una bonita sonrisa. Lo considero un buen amigo.

-Tenemos un problema. –dice. Lo miro un poco confundida para que continúe.- La computadora ha agarrado un virus y ahora ya no enciende, por lo que hemos perdido los modelos de los vestidos de matrimonio para la Sra. Gonzales.

Bufo un poco molesta.- No te preocupes Daniel, llamare al servicio técnico para que solucionen lo del computador. En cuanto a los vestidos, trabajen horas extras y les aseguro que se los recompensaré.

Daniel asiente y se retira de la oficina. Sé que el dinero extra que ganará le ayudara de mucho ya que tiene una familia que mantener.

Comienzo a chequear unos bocetos para la próxima temporada que se aproxima. Al cabo de unos minutos, suena mi teléfono y lo atiendo.

-Buenos días. Habla Nicole Klerr, a la orden –Digo. En lugar de escuchar un saludo de respuesta, lo primero que escucho es la risa de mi mejor amiga.

-¿Pero qué clase de saludo es ese para tu mejor amiga? –ríe aun y me uno a su risa- Por eso es que no consigues novio.

-¡Oye! –Me hago la ofendida y rio- ¿Para qué llamabas Carol?

-Para invitarte a una fiesta nudista –Hago una cara de asco y por su risa supongo que adivinó mi expresión- No es eso boba. Te estaba llamando para que cenáramos esta noche, porque tengo algo muy importante que decirte –Por la forma en cómo lo dice, suena bastante emocionada-

-Sí, está bien. ¿En el restaurante La Villa?

-¡Obvio nena! –Rio-

-Ok, ¡nos vemos!

La tarde pasó muy rápida, hubo muchos pedidos y compras de nuestros productos, además logramos recuperar los vestidos de la Sra. Gonzales.

Ya voy camino a mi apartamento a tomar una ducha y a alistarme para saber que sorpresa me tiene mi amiga.

Barreras de lo ProhibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora