Barreras de lo Prohibido

Capitulo XXIX

Christian

-Christian, ellos quieren matarla... -escucho a Mauro desde mi auricular- Debemos actuar rápido antes de que ocurra algo. –Camino de un lado a otro en la incómoda habitación con frustración. Mi respiración se ha acelerado y necesito desahogarme. ¡Joder! Golpeo la pared. - ¿Estás ahí? ¿Qué fue ese ruido?

-¿Cuándo? –digo al llegar a la computadora.-

-No lo sé. Aún nadie tiene órdenes de actuar.

-Lo mejor será adelantar el plan. Mantente alerta y vigila muy bien a Nicole.

-¿Estás seguro? No sé si sea lo mej...

-¡¿Qué coño esperas que hagamos?! Su vida está colgando en mis manos si no hago nada ahora.

-Te entiendo...

-No, no lo haces. –aprieto mi puño.

-¡Si estarás con esa actitud sin pensar, no podremos hacer nada! –suspiro- Carol regresará mañana en la tarde, debes preparar todo para mañana en la noche.

-Está bien. Yo te avisaré cuando llegue el comienzo.

-Estaré esperando la señal.

-Mauro...

-Dime.

-Gracias. –susurro.

-No hay de qué, es lo que hace un hermano por el otro ¿no? –sonrío- Ya me voy, te digo que estar hablando detrás de un árbol y simular estar orinando no es muy fácil, eh.

-Vete ya.

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Cierro el chaleco antibalas en mi pecho y coloco mi camisa. Tomo la chaqueta sobre la cama mientras camino a la vieja mesa de la habitación y saco de ella un arma; la coloco detrás de mi cintura, y coloco mi auricular en el oído.

Ya son las 8:00 p.m., hace dos horas llego Carol y en una hora aproximadamente debe estar empezando el rescate. La adrenalina y la furia corren por mis venas, estoy tan cerca de tenerla conmigo de nuevo pero a la vez tan lejos de ello, pues si algo ocurre de la manera no planeada; todo se saldría de mis manos.

Deseo que Carol pague todo lo que está haciendo, por el simple hecho de haber arrancado de mi a la mujer que amo y por ponerla en peligro. Es tan increíble que haya cambiado de la noche a la mañana, nunca se sabe que puede salir de una mujer dolida, pero no podía seguir engañándola mientras yo era infeliz. Ahora se está vengando porque conoce mi punto débil pero hoy le demostrare que quien se juega con un Rowling; lleva las de perder.

Camino a paso firme hasta llegar a la camioneta que alquile hace algunas horas y en la que llevo todas las herramientas y equipos que traje. Subo y la enciendo mientras acelero a una gran rapidez por la larga y rústica carretera de piedras.

Detengo la camioneta detrás de un árbol a algunos kilómetros antes de llegar a la entrada. Mientras espero que pasen los minutos arreglo mi auricular y cierro mi chaqueta hasta el cuello. Escucho el sonido de un carro y veo parpadear unas luces por el retrovisor. Coloco mi gorro y bajo de la camioneta.

Detrás hay una camioneta negra, parecida a la que tengo; a diferencia que ésta es más espaciosa. De ella bajan ocho hombres acomodando sus armas y se colocan frente a mí.

-¿Todo listo Christian?

-Sólo esperaba por ustedes.

Corremos silenciosamente  por algunos minutos hasta ver algunas luces. Nos detenemos y cada uno toma una dirección diferente. Me posiciono detrás de un árbol y observo a dos hombres en la puerta trasera de la casa, y ninguno de ellos es Mauro. Subo mi mirada hasta ver una luz en la ventana, por la sombra que se refleja; hay alguien mirando desde allí. Ese es Mauro. Hace un gesto con su mano y desaparece.

Dos de los chicos que vienen conmigo se acercan sigilosamente a los hombres de la puerta mientras caminan en dirección contraria. Los sorprenden con un golpe y una ruptura de cuello, caen al suelo y los arrastran hasta detrás de unas bolsas de basura. Se colocan en la posición de ellos y nos hacen señas.

Caminamos rápidamente hasta la puerta, la abro con cuidado y no veo a nadie. Entro lentamente con los demás detrás de mí y llego hasta unas escaleras, les hago señas de que continúen contra los demás mientras voy al otro piso.

Subo cuidando cada paso que doy y con mi arma en mano, escucho pasos y me agacho rápidamente. La persona de arriba hace tres sonidos con su zapato y me levanto poco a poco. Es Mauro. Termino de subir las escaleras hasta quedar frente a él, señala una puerta y asiento un poco nervioso.

La veré. La veré de nuevo. Siento que la emoción me invade mientras camino hasta esa puerta. Miro mi alrededor y no hay nadie, sólo Mauro quién vigila el pasillo. Empujo la puerta con fuerza hasta abrirla. Nicole esta con la cabeza entre las piernas y la sube rápidamente. Cierro y camino hacia ella hasta colocarme de rodillas ante ella.

Esta pálida, sus ojos están rojos de tanto llanto y está más delgada. Aprieto mi puño de la furia que aumenta contra todos estos gilipollas. Subo mi gorro hasta mostrar mi cara y veo como sus ojos se llenan de lágrimas y se lanzan hacia mí.

La abrazo fuerte y beso su cabeza muchas veces mientras siento como algunas lágrimas bajan por mis mejillas. Sube su rostro y la tomo entre mis manos mientras limpio su cara.

-Pronto se acabará esta pesadilla, bebé. –beso sus labios salados desesperadamente y ella me responde de la misma manera.- Te he extrañado tanto. –susurro contra ella. La tomo por la cintura y la siento en mi regazo.- Quiero qué escuches todo lo que te diré, todo debe salir como lo hemos planeado.

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Hola chicaaaaaaaasss!!! Discúlpenme, de verdad háganlo:c, no he subido capítulos desde hace mucho por el simple hecho de tantas tareas de la universidad, no porque se me hayan ido las ganas de seguir. No, no. Nada que ver.

Gracias a todas las nuevas lectoras que se han hecho presente en los capítulos con sus likes y sus comentarios. En serio me animan<3 y espero que continúen conmigo hasta el final.

No subiré muy seguido pero tratare de hacerlo todos los domingos.

Sin más nada que decir; espero que tengan una bonita semana<3

Comenten y den likes:3

Love y'all<3