Capitulo IX

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Christian

-¿Quieres pasar? –dice Nicole. Mi subconsciente me pide a gritos que pase y que disfrute todo lo que pueda ocurrir en esta noche pero por otro lado está mi consciencia advirtiéndome de que es una mala idea, pues no sería capaz de controlar mis deseos.

-Yo… no creo que sea buena idea. –rasco mi cabello.

-¿Por qué? –parece un poco confusa, sin embargo digo lo primero que se me viene a la cabeza.

-Está tu hermana y… -la puerta se abre detrás de ella interrumpiéndome.

-¿Van a pasar o no? –dice Samanta.

-Samanta, yo no...

-¡Ay! No seas tan tímido, ya te la has follado antes. –me interrumpe de nuevo. Toma mi mano y la de Nicole y nos adentra al apartamento.

-Bueno, mi trabajo está hecho. Follen mucho y no giman duro porque mi cuarto está a un lado. –dice y se retira a su habitación.

-Discúlpala, si no querías entrar puedes… -la interrumpo besándola y agarrándola por la cintura. A veces pensamos mucho las cosas antes de hacerlas y es por ello que las perdemos o llegamos tarde a ellas. Prefiero arrepentirme de lo que hice y no de lo que no hice. Quiero terminar esta noche bien, y sé que Nicole lo desea igual. Está noche somos sólo Nicole y yo; el resto del mundo puede esperar.

Acaricio su espalda baja y subo poco a poco por debajo de su camisa. Nos separamos por falta de aire y Nicole aprovecha para llevarnos a su cuarto. Al encender la luz; revive su cuarto. Hay bocetos en una pequeña mesa al lado de su cama junto a una taza vacía de café. Sin darme cuenta Nicole me empuja levemente haciéndome caer en su cama. Se sube sobre mí y comienza a besar mi cuello, gimo y subo su camisa hasta el punto que ella misma la retira.

Verla sobre mí es como una fantasía. Hace tanto tiempo que la tuve así para mí, no existe un límite que explique cómo extrañaba esto; demostrarle lo que ella y yo sabemos y sentimos.

Sus pechos, a pesar de estar en sostén aun, sé que son redondos y hermosos. Subo mis manos acariciando su suave torso desnudo y presiono uno de sus pechos, giro en un movimiento rápido dejándola boca arriba. Comienzo a besar el valle de sus senos; escuchándola gemir. Ella entierra sus uñas en mi espalda y mueve insinuantemente su pierna por encima de mi entrepierna.

Tomo mi camisa y la quito; mientras ella desabotona su jean y lo remueve. Beso su vientre y muerdo levemente escuchándola reír. Sí, aún recuerdo cuáles son sus puntos débiles.

Quito mi pantalón, quedando ambos en ropa interior. La beso apasionadamente y me presiono suavemente sobre ella para que sienta todo lo que provoca en mí. Y en mí amigo. Juego con el broche de su sostén y lo suelto. Lo tiro lejos al suelo junto a las demás prendas.

Paso mi mano por sus mejillas y tocando sus labios, dejo un beso corto en ellos y sigo bajando mi mano por su cuello y llegando al valle de sus pechos, toco sus pezones que se van enderezando cada vez más con cada caricia que le ofrezco. Observo su lunar en el pecho izquierdo y lo beso.

-Siempre te he dicho que me gusta este lunar, es como el mío. Mi otra mitad… -la beso jugando con su lengua.

Bajo mi cabeza y lamo su pezón derecho para luego succionarlo. Hago lo mismo con el siguiente pecho y bajo sus bragas, beso su piernas comenzando desde su tobillo hasta llegas a sus muslos. Las abro un poco dándome paso a su feminidad. La beso y lamo dándole placer. Antes de que llegue al orgasmo me detengo.

-Por favor…

-Shhh... –beso su frente.

Remuevo mi bóxer y busco mi pantalón en el suelo hasta sacar de él un condón. Ella lo toma y agarra mi erección acariciándola, lo coloca y se acuesta de nuevo.

Me posiciono entre sus piernas y tomo sus muslos, la beso un poco rápido y la penetro. Comienzo a dar suaves embestidas, luego con la excitación y temperatura del momento avanzan más rápido mis movimientos. En un momento; ella toma fuerzas y me hace girar, quedando sobre mí.

Hace movimientos circulares y empieza a subir y bajar, ambos gemimos. Aprieto sus nalgas y ella tira su cabeza hacia atrás con los ojos cerraros. Nicole es una mujer hermosa, atractiva, inteligente y demás, hay tantas cualidades en ella que podrías sorprenderte. Extrañaba esto. La extrañaba a ella. No quiero que se aleje de mí, quiero que permanezca junto a mí.

La giro y subo su pierna hasta mi hombro, mis embestidas son más fuertes y se hacen más intensas con nuestro contacto visual.

Gime alto y siento que ha llegado al punto final; el clímax. Sigo con mis movimientos y exploto en un volcán de emociones y sentimientos por ella.

Luce tan frágil y tierna con sus ojos agotados y las gotas de sudor sobre su frente. Beso su mejilla y dejo un beso corto sobre sus labios.

Me acuesto sobre la cama y la atraigo hacia mí.

-Descansa princesa –beso su cabello.

-Tu igual –dice adormilada.

Acaricio su cabello y su respiración es más pesada, por lo que sé que está dormida.

-Te quiero Nicole…

Barreras de lo ProhibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora