CAPÍTULO 4. - ¿Alineación con el universo?

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Me cuestiono si realmente me interesa la opinión de miles de personas que no conozco y probablemente nunca conoceré

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Me cuestiono si realmente me interesa la opinión de miles de personas que no conozco y probablemente nunca conoceré... y mi respuesta siempre es la misma, si, me importaba.

Por más que odiará admitirlo, cada comentario negativo que la gente hacía sobre mi me afectaba de una manera profunda, siempre intentaba cambiar lo que criticaban, ¿mi cabello rubio me hacía ver aburrida?, le agregaba unas cuantas luces, ¿mis labios eran demasiado delgados?, la siguiente semana iba a una clínica y pedía que me los rellenaran con algún químico extraño, ¿me veía demasiado gorda en un comercial?, nada que una dieta estricta no pudiera arreglar.

Esa era mi vida, lucir perfecta para los demás.

No culpaba a mis papás por mis inseguridades, antes de que entrara al mundo de la moda era bastante segura de mi misma, me sentía hermosa y querida cuando me elogiaban, por supuesto que no era modelo profesional, sino que hacía una sesión de fotos para tiendas pequeñas, catálogos de ropa, comerciales infantiles.

Pero después de ser contratada por una gran agencia de modelaje, mis padres empezaron a ser un poco más... estrictos en cuanto a mis hábitos y cómo afectaban mi apariencia. Ellos estaban más que orgullosos de mí, inclusive llegaba al punto en el que tenían una pared dedicada a mi, donde se encontraban cada una de las portadas de revista que había hecho perfectamente enmarcadas. Cuando mi madre creía que eran aburridas, me presionaba para que la siguiente fuera mejor, ella no entendía que el concepto no lo escogía yo, sino el fotógrafo, al igual que la ropa y el maquillaje.

Cada que visitaba a mis padres, sentía una gran angustia, mi manicura debía estar perfecta, mi cabello completamente liso, mi ropa debía ser llamativa pero recatada, porque debía mantenerme dentro de lo socialmente aceptable. Mi madre solía juzgar a las chicas que usaban faldas muy cortas o tops muy ceñidos. Si tenía ojeras bajo mis ojos, ella empezaba a cuestionar su había sido buena independizarme, ya que no me cuidaba de la misma manera en que ella lo hacía cuando era pequeña.

La industria se había encargado de hacerme sentir insegura sobre cada parte de mi cuerpo, pero mis padres solamente eran los culpables por hacerme sentir como si nunca fuera suficiente, a pesar de que me esforzaba por complacerlos. Ni siquiera podía usar lentes frente a todos porque me sentía avergonzada de no tener una gran vista como todos los demás, hasta cierto punto, era un milagro que aún no me hubiera caído en alguna pasarela.

Bajo la mirada para ver el contrato con mi nombre hasta arriba, aún no lo había firmado. Habían pasado tres días, y a pesar de que ya lo había leído, no me sentía segura de querer fingir una relación con un cantante drogadicto y mujeriego. Definitivamente él era todo lo que mi madre me había advertido que no hiciera, tatuajes, piercings y drogas. Estaba segura de que si mi madre se enteraba que siquiera tenía una amistad con Bozydar, me ordenaría dejar de verlo y regresar a vivir con ellos.

Simplemente algo no se sentía correcto... los novios habían sido algo poco interesante para mi, ya que mi carrera siempre sería primero. A mi ex novio, Joseph Dinato, lo había conocido en una sesión de fotos de una marca reconocida de ropa interior, tuvimos química, pero no funcionó, en realidad no era como si lo hubiera amado, ni siquiera pasábamos suficiente tiempo juntos como para que hubiera llegado a conocerlo de una manera íntima.

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