CAPÍTULO 25.- Entrevista

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Me encantaban las entrevistas, pero me ponían demasiado nerviosa, al punto en el que prefería no comer para evitar vomitar frente a todo el público y la cadena de televisión internacional

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Me encantaban las entrevistas, pero me ponían demasiado nerviosa, al punto en el que prefería no comer para evitar vomitar frente a todo el público y la cadena de televisión internacional. Nos habían citado a las seis de la mañana, el programa empezaba a las ocho y después de que terminaran las grabaciones, debíamos grabar unos cuantos anuncios.

Bruna maquilla mi rostro con una precisión exquisita, las cejas oscuras están fruncidas en concentración y los ojos azules brillan con fervor cada vez que mira la paleta de sombras. Ella amaba su trabajo y lo hacía con pasión, me sentía identificada con ella. Modelar lo era todo para mi, mi más grande sueño se había convertido en una realidad y aún me era difícil de creer.

Escucho un alboroto en la entrada del camerino y segundos después la puerta se abre. Bozydar camina con cara de pocos amigos y un cigarrillo entre los labios. El cabello lo tiene revuelto y me percato de que en realidad aún está usando lo que supongo es su pijama. Él mira a su alrededor con ojos cansados como si estuviera buscando algo. Una vez que sus ojos me localizan camina a pasos decididos hasta donde estoy sentada. Su mano izquierda se acomoda en mi nuca y la derecha quita el cigarrillo de su boca. Lo siguiente que sé es que sus labios chocan contra los míos y percibo el sabor del tabaco cuando su lengua juega con la mía. Su olor masculino inunda mis sentidos y los recuerdos del avión bombardean mi mente como si fuera un campo de guerra. Demasiado rápido se aleja de mí, pero no sin antes decir.

- Buenos días Lila.

Parpadeo para salir del estupor y abro los ojos. El azul de sus ojos se ve ligeramente más claro esta mañana y el cigarrillo ha regresado a su deliciosa boca.

- Hola... - Susurro en respuesta.

Otra maquillista camina hacia él con rapidez para empezar a atenderlo, porque por supuesto, ha llegado media hora tarde. Por más que lo intento, no puedo alejar mi mirada de ambos, ella hace todo lo posible por complacerlo y él parece cómodo a su alrededor más no responde a su coqueteo, pero si a sus bromas.

- Anda Agnes, es hora de colocarte la ropa. - Murmura Wess a mi lado. - Si los miras un poco más, vas a hacerles un hoyo en la cabeza.

Alejo mi mirada con rapidez y lo miro avergonzada. No me consideraba una persona celosa, pero últimamente estaba descubriendo partes desconocidas de mi misma.

Me levanto y camino hacia una pequeña carpa levantada. El vestido era de un precioso color rosa llamativo. Era corto y de mangas holgadas. Entro fácilmente en él, la tela se siente ligera y cómoda, ajustándose perfectamente a mi silueta. Unos zapatos de punta color blanco terminan mi atuendo y estoy lista.

Antes de regresar a la sala de maquillaje, me preparo para mantener una expresión neutra en mi rostro, no quería que Bozydar se diera cuenta de lo mucho que me molestaba verlo cerca de otras chicas. La cortina se mueve y soy recibida por un Boz sin playera y en bóxers, la maquillista recorre sus tatuajes con el dedo índice mientras le lanza miradas de deseo.

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