Saco un cigarro de marihuana de mi escondite dentro del cajón del buró. Apenas me había cambiado de hotel y no había tenido tiempo de arreglar mis cosas. Lo enciendo y doy una profunda calada. Necesitaba descansar unos minutos después de los últimos días tan estresantes que había tenido. Me dejo caer en el cómodo colchón y cierro los ojos disfrutando la paz y el silencio a mi alrededor.
Por supuesto, como era yo, eso no duraba demasiado. Un golpe en mi puerta me hace soltar una maldición e incorporarme. Escucho una risa femenina desconocida y la grave voz de Ian instándole a guardar silencio.
Mierda.
No tenía ganas de estar más tiempo con él o con las putas que siempre traía. De hecho estaba furioso como la mierda con él por meternos en demasiados problemas por ser un borracho con problemas de ira. Me dirijo a la puerta y la abro listo para mandarlo lejos. Envejezco diez años cuando veo que no trae a alguna zorra que quiere un poco de fama, sino que viene con Josette, la hermana menor de Agnes. ¿Por qué estaban juntos estos dos?
- Bozz. - Ian me sonríe amigablemente, pero solamente quiero borrarla de un puñetazo. - Mira a quién me he encontrado.
- ¿Qué? - Me hago a un lado permitiéndoles pasar. - ¿Dónde?
- Esta muñeca estaba con unos cuantos amigos en uno de los clubs de mis padres. - La ayuda a sentarse en la cama. - En cuanto la vi, se me hizo conocida, así que le pedí a seguridad que la llevara a mi oficina.
Mi ceja se levanta en cuanto escucho sus palabras, él solamente llevaba chicas a su "oficina" cuando quería cogerlas. Miro la apariencia de Josette, tiene puesto un diminuto vestido rojo, como el que normalmente usaría una groupie, su maquillaje es excesivo haciéndola parecer varios años mayor y está usando unos tacones altísimos con los que fácilmente podría romperse el cuello si se cae. Ella no tenía la experiencia de su hermana para caminar en pasarelas con plataformas tan altas. Me acerco para revisar sus pupilas, el café de sus iris ha desaparecido debido a que están completamente dilatadas y sus escleróticas están irritadas haciéndolas ver rojizas. Esto solo podía significar que había consumido algún tipo de droga.
- Mierda ¿sabes que ha tomado?
- Ehhh .- Rasca su cabeza. - La vi tomando tequila en el bar, pero como que le di un poco de marihuana cuando estuvo conmigo.
Mis manos forman puños al escuchar su respuesta y esta vez no me detengo y me abalanzo contra Ian. Lo tomo por el cuello y estampo contra la pared con fuerza. Él suelta un gemido e intenta quitar mis manos de su cuello, tampoco puede porque está drogado y apesta a whiskey. Quería juzgarlo y señalarlo, pero en el fondo sabía que era igual que él.
- ¿Estás idiota? ¿O tienes puta mierda en el cerebro cabrón? - Hablo entre dientes con rabia.
Si Agnes se enteraba de esto, me iba a matar y probablemente cancelaría todo lo del contrato.
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NO LO DIGAS
RomanceDe todas las advertencias dentro del contrato, solo una es la más importante... no lo digas. [Libro 1: Trilogía Reflectores]. Obra protegida por derechos de autor, se prohíbe su copia, adaptación o distribución sin la autorización del autor. Contien...