CAPÍTULO 30.- Días malos

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Los flashes de las cámaras son todo lo que veo

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Los flashes de las cámaras son todo lo que veo. Intento mantener mis párpados abiertos y hacer distintas poses a pesar de todo lo que pasa dentro de mi cabeza.

- Levanta más el brazo derecho. - Indica el director de la revista. - Muestra tu perfil ahora.

Aunque amaba demasiado mi trabajo, esta vez me costaba concentrarme con todo lo que sucedía con mi hermana. Parpadeo y levanto más el bolso Chanel que Wess ha decidido incluir en mi vestimenta.

- Ahora colócate aquí y pretende caminar por la orilla de la playa.

El vestido blanco holgado ondea a mi alrededor gracias a los enormes ventiladores que han puesto enfrente. Tengo un enorme sombrero playero  y unas zapatillas verde neón. No entiendo que buscan con esta editorial o cuál es su propósito, pero estaba segura de que las mujeres no iban con tacones a la playa. La arena que han traído desde algún lugar se mete dentro de los tacones mientras camino en línea recta. Se escuchan más clicks y luego alguien anuncia un descanso por un enorme megáfono.

- Bien hecho Agnes, nos vemos en veinte minutos.

Le doy una sonrisa amable al director y avanzo con prisa al camerino. Wess ya está esperándome con mi nuevo cambio; una falda corta de mezclilla y la parte superior de un bikini blanco.

Descanso para ellos, yo tenía que correr a buscar mi cambio de ropa y mi rostro sería desmaquillado tan rápido que mi cara quedaría roja y adolorida.

- ¿Es enserio? ¿No había uno más pequeño? - Pregunto saliendo del vestido.

- No seas así Agnes, tienes que verte guapa en esta editorial, a todo el mundo le va a encantar.

- Si, les va a encantar ver mis pechos prácticamente desnudos. - Bufo pero le quito la ropa y me cambio detrás de una cortina.

Salgo unos minutos después con la falda que me llega un poco más abajo de los muslos y el top diminuto que apenas cubre mis pechos, me gustaría cambiarlo por uno que me cubriera más, pero tampoco quería ser señalada como una modelo caprichosa. Todo me queda bastante bien, Wess sabía que cosas me iban y cuáles no. Era realmente bueno arreglándome.

- Tienes que mostrar para vender. -  Rueda los ojos fingiendo estar molesto. - No finjas que no conoces esta industria.

Tomo asiento y mi amiga Bruna llega con su enorme maleta de maquillaje. Rápidamente quita los restos del anterior y empieza a colocar capas de primer, base, sombras y polvos de distintos colores.

- Lo sé. - Tomo mi celular y enciendo la pantalla. - No tienes por qué recordármelo.

Mi hermana no ha enviado ningún mensaje y no sé si estar aliviada o preocuparme aún más.¿Estaría durmiendo? No, era tarde. ¿Viendo el televisor? Probablemente. El sonido de un nuevo mensaje hace que baje la mirada y sonrío al ver que es de Bozydar.

NO LO DIGASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora